sábado, 15 de noviembre de 2025

Reencuentro en el Salón Pezina

Quizás estén de acuerdo conmigo, mis queridos cuatro lectores, en que hay pocos momentos que son tan ansiados y tan celebrados como encontrarse nuevamente con buenos amigos y camaradas, tras un buen tiempo (probablemente, varios años) de no vernos en persona. Por supuesto, hoy existen medios electrónicos que nos permiten desde intercambiar mensajes hasta vernos mediante una videollamada, pero nunca de los nuncas será lo mismo que recibir con un amistoso apretón de manos y un fuerte abrazo a tus camaradas. Y así, de frente, poder echar una buena platicada para ponerse al día de lo que ha sucedido durante este tiempo.

Pues hace unos meses, en mayo para ser exacto, los planetas se alinearon y acordamos un reencuentro entre cuatro camaradas que habíamos llegado a conocernos al tener una afición en común: disfrutar de una buena cerveza. Y es que nuestro grupo es tan hetereogéneo o diverso, que te hace pensar: ¿de qué otra manera hubiéramos coincido dos estudiantes de Ingeniería, un diseñador gráfico, dos moneros e ilustradores y un licenciado en ciencias computacionales? Ni el multiverso de Marvel se atrevió a tanto.


Meses de noviembre de 2011 (arriba) y 2012 (abajo)
en casa del Mudo Vzz

Aunque la alineación no estuvo completa, al menos cuatro de los integrantes originales hicimos los planes para reunirnos: el buen Guffo Caballero, el Mudo Vzz, el jocoso maestro cervecero Eslem Torres y yo.

El lugar de encuentro pactado fue el Salón Pezina, cuya nominación fue sugerida por el Mudo y apoyada de manera unánime por el resto de los convocados. "Una belleza de cantina", fue como la describió, y añadió: "Dile a la tía Irma que vas de mi parte", dejando ver la familiaridad del Mudo con una de las dueñas de este salón tan tradicional de Monterrey.

Quiero hacer una breve pausa para aclarar que esta no pretende ser como una de las magníficas reseñas de cantinas regiomontanas que el buen Guffo publicó en su blog. Si gustan leerlas, pueden dar clic en este enlace.

Llegado el lunes 5 de mayo, me dirigí al cruce las calles Arteaga y la diagonal Asarco, en Monterrey. Sorprendentemente, el tráfico fue benévolo y llegué mucho antes de lo planeado, así que entré a esperar a los demás.

El tradicional Salón Pezina, ni más ni menos

Como diría la raza: llegué a barrer, pues era el único parroquiano en ese momento. La tía Irma (como cariñosamente llaman a una de las dueñas del salón e hija de Julián Pezina, su fundador), me saluda y me invita a pasar. La calidez de su bienvenida —que contrasta con la estereotipada imagen del cantinero rudo tras la barra gruñendo: ¿Qué va a tomar?"— al instante me hace sentirme cómodo y dirigirme a la barra. De la variada lista de cervezas que hay disponibles le pido una Carta Blanca; me destapa una botella bien heladita y me la entrega acompañada de su correspondiente botanita de cacahuates y fritos, faltaba más. ¡Ajúa! 

"Un poco de cerveza apagará el fuego"

Mientras espero a los demás bebiendo mi cerveza, me pongo a observar con suma atención la decoración de este lugar, bien limpio e iluminado, y no puedo más que pensar: ¡Chulada de maíz prieto, i 'ñor! Qué bueno es poder disfrutar de lugares como este todavía.

Aunque un poco de modernidad se nota en este sitio...


...en otras partes parece que el tiempo se detuvo

La tía Irma se me acerca para platicarme la interesante historia de este salón, fundado por su papá, al cual no se le permitía la entrada a las mujeres... ¡incluidas ellas! Me confiesa que, al principio, fue un gran conflicto para su hermana y ella el hacerse cargo de este negocio, pero no lo iban a dejar caer.

También me cuenta que el cronista regiomontano David Canales Martínez (soynorestense.com) ya va a incluir a esta cantina en la segunda edición de su libro Ruta del olvido. Entonces, ella saca unas hojas que el propio David Canales le dejó y que contiene un borrador del texto que le dedicará a este nostálgico lugar. Mientras la escucho leerlo, doy un sorbo a mi Carta y me alegro de saber que prontamente el autor reparará la omisión de no haber incluido este tradicional salón en la primera edición de su obra. Para mis adentros —y con una sonrisa en los labios— brindo por él.

Cuando la tía Irma termina su lectura, le pregunto sobre este letrero que cuelga de la pared y que realmente me intriga: ¿a poco en aquellos años vendían cervezas de Cervecería Cuauhtémoc y de Modelo? Efectivamente, así era. Resulta que su papá aprovechaba que por la ciudad pasaban algunos traileros de la Modelo y él les compraba algunas cajas para poder ofrecer a sus clientes productos de esa cervecería también. ¿Qué tal?

Antes de la maldita exclusividad:
las cervezas de la Cuauhtémoc (hoy Heineken) y la Modelo juntas

Terminaba de explicarme cuando llegó el segundo convocado: el buen Guffo Caballero. Hizo lo propio al pedir una Carta Blanca a la tía Irma, mientras echábamos la platicada para ponernos al corriente sobre qué habíamos hecho en estos más de diez años de no vernos en persona.

Con el buen Guffo en el Salón Pezina

Por supuesto, entre otros temas, hablamos del premio que ganó y fue a recibir hasta el Palacio de la Paz, en la Haya, Países Bajos. "Y todo por un dibujo", como él mismo tituló un artículo de su blog (liga aquí), al cual le siguieron dos artículos relacionados más (liga aquí y también aquí). Un gustazo poder estar compartiendo este momento con él.

En eso, llegó el tercer convocado: el Mudo Vzz. Cabe aclarar que así es como  el estimado firma sus obras, las cuales comparte en su cuenta de Instagram @elmudolb.



Con las Cartas sobre la mesa —tres en total—, continuamos la sabrosa conversación, en lo que esperábamos a que el último invitado se manifestara. El acontecimiento se estaba desarrollando mejor de lo imaginado.

El Mudo y el Guffo: calentando motores

Por fin, llegó el último de la noche: el jocoso Eslem Torres, quien no desentonó y pidió su Carta Blanca también. Ahora sí, nos dirigimos a una mesa para poder seguir más cómodamente con la interesante plática, ahora más aderezada de anécdotas y experiencias cerveceras, cortesía de Eslem y del Mudo, quienes han invertido mucha de su pasión, así como tiempo y dinero en ese embriagante mundo de la cebada fermentada. Hasta concursos internacionales de cerveza se han logrado traer a Monterrey. ¡Échate ese trompo a la uña!

Ahora sí, la alineación planetaria se había consumado. ¡Aleluya! Para que no cupiera la duda, la foto del recuerdo era necesaria y el buen Guffo tuvo a bien captar este momento para la posteridad. A ver, todos, digan: ¡Cheve!

No es lo mismo los cuatro mosqueteros que diez años después

Como me imaginé que les ganaría la curiosidad de saber cuál es la frase que forman los nudillos del Mudo (ya los conozco, mis intrigados cuatro lectores), he aquí un acercamiento para que se aprendan este mantra.

More beer! parfavar

Como ya estaba inquieta la Chavela, pedí un cortadillo para echarle algo a la bodega (como llamaba al estómago el Piporro). Debo decir que estaba buenísimo el sazón del platillo, con lo cual el Salón Pezina cumple la máxima de que la comida de cantina es sabrosa.

Pa' dentro que están cenando

El platillo y sus tortillas fueron sagradamente consumidos, así como otras rondas de cerveza mientras la animada plática se desenvolvía de la manera más natural. Lo he dicho antes: existen personas con las que te llevas tan bien que pareciera que apenas dejaste de verlas ayer, aunque en realidad hayan pasado años. Tener camaradas de sangre ligera es una bendición.

Pasado el tiempo, su servidor tuvo que retirarse dejando al Guffo, al Mudo y a Eslem conversando de lo lindo. Tras un fuerte abrazo con los aludidos, me despedí de la tía Irma y su hermana Linda—quienes estaban atentas viendo el Telediario— y dejé el Salón Pezina, con una gran sonrisa en la boca por esa gratísima experiencia.

Espero que los planetas vuelvan a alinearse de nuevo para tener otro de estos reencuentros, que sin duda alegran el corazón como pocas cosas pueden hacerlo.

Postdata.-

Cuando aún estaba revisando la redacción de este artículo, llegó el libro que estaba esperando: Ruta del Olvido (2da edición), del cronista David Canales Martínez. Y, con gran satisfacción, pude comprobar que ya incluye a este entrañable lugar: el Salón Pezina.





¡Bien hecho, David Canales, por cumplir su palabra! 


Hasta la próxima.


domingo, 9 de noviembre de 2025

¿Expertos?

Hace ya varios años (fue en julio del 2010, para ser exactos), tuve la oportunidad de participar en un artículo que publicó la página De10.com.mx del periódico El Universal (antes de que se especializara únicamente en deportes), en el cual a varios entusiastas del vino se nos pidió dar nuestras recomendaciones sobre diez vinos mexicanos que nos gustaran y que pudiéramos clasificar como "vinos que los lectores no deben dejar de probar". ¿En qué deberían estar basadas nuestras recomendaciones? En nuestra experiencia probando muchos vinos a lo largo de los años.

Cuando el autor del artículo, Mario Enrique Sánchez, recopiló nuestras recomendaciones y estas fueron publicadas, el título que le puso me desconcertó, pues nos describía como "expertos" y "especialistas en esta bebida".

En mi caso, aproveché la sección de comentarios de ese artículo para aclarar que no me consideraba experto, sino más bien un entusiasta aficionado y promotor del vino mexicano. Personalmente, me sentí impulsado a hacer dicha aclaración porque, al oír hablar de expertos en vino, se me vienen a la mente nombres de enólogos y sommelieres que han dedicado su vida a adquirir diversos conocimientos y experiencias que, sin duda, permiten considerarlos de esa manera.

Ahora bien, al buscar en el diccionario la definición de la palabra “experto” encontré que así se describe a un “entendido en la actividad que le es propia”. Eso me hizo meditar en lo siguiente: si algunos de los que participamos en ese artículo no éramos (y algunos seguimos sin serlo) ni enólogos, ni winemakers, ni sommelieres, ¿cuál es la actividad que nos es propia respecto al vino?

La respuesta es sencilla: somos consumidores. Pero no solo de esos que toman vino porque sí, sino consumidores que nos gusta aprender, investigar, preguntar, saber lo que estamos bebiendo y comparar. En otras palabras, nos estamos volviendo expertos en el consumo del vino. Les aseguro que nuestro tiempo, dinero y esfuerzo nos ha costado.

Viéndolo desde ese punto de vista, el título del artículo no me pareció tan mal. Incluso ahora me doy cuenta de que conozco a muchos expertos consumidores de vino, y algunos hasta con especialización: en Oportos, en Barolos, en vinos catalanes, en vinos rosados, en rieslings y un larguísimo etcétera.

He tenido la fortuna de coincidir con varios de ellos, como aquel ameno grupo que formamos, llamado los Enófilos Regios Antipaleros (es una larga historia), así como con don Carlos Villarreal Martínez y su grupo de evaluadores de vino.

Algunos expertos consumidores con los que he coincidido:
Iván Pérez Arteche, Salvador Costa, Cuauhtémoc Villasana, Luis Cantú, David Valencia; don Carlos Villarreal Martínez, don Enrique Abaroa y don José María Infante


“Quien no añade nada a sus conocimientos, los disminuye”, dice el Talmud. Así que debemos seguir catando y probando (con conocimiento de causa), pero sobre todo disfrutando muchos vinos diferentes para seguir incrementando nuestro conocimiento. El vino es para compartir, y nuestras experiencias con el vino, también. ¡Manos a la obra! ¡A formar más expertos consumidores!

Hasta la próxima.

Western Cellars California Red Zinfandel | Western Cellars California | 2022 | Estados Unidos | Tinto | Seco

Mis apreciados cuatro lectores, en esta ocasión voy a contestar una pregunta que me dejaron en un comentario, la cual decía: ¿Qué es lo más extraño con lo que has hecho maridaje? Bueno, pues voy a compartirles uno de los maridajes más sorprendentes que Elsa y yo hemos experimentado hasta la fecha.

Empecemos por el principio con esta reseña.

Western Cellars California Red Zinfandel 2022

  • Vino: Western Cellars California Red Zinfandel
  • Cosecha: 2022
  • Productor: Western Cellars California 
  • País: Estados Unidos
  • Región: Lodi, California
  • Uvas: 100% zinfandel
  • % alcohol: 13.5
  • Precio: $299.00 pesos mexicanos (en HEB, de Gómez Morín)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: **** (4 de 5)
  • Disfrutado el día: 25 de octubre de 2025

Como lo mencioné en la nota del vino The Prisoner Red Blend, la zinfandel es mi uva tinta favorita. Vinos elaborados al 100% con esta uva son difíciles de encontrar (al menos en Monterrey) por lo que cada vez que nos encontramos con alguno lo compramos.

Hace muchos años, conseguíamos un vino 100% zinfandel de la vinícola Kendall-Jackson (kj.com) que era buenísimo. Lamentablemente, ya no lo traen a Monterrey —snif—.

Key Jay, ¿a dónde te fuiste que ya no volviste?

Pero, ¿cómo le fue a este vino estadounidense de Western Cellars California?

Creo que no hay duda de qué país proviene este vino

Se trata de un vino de color rojo profundo, con más tendencia al tono rubí que al púrpura. 

Vista de Western Cellars California Red Zinfandel 2022

La nariz nos muestra un vino frutal, con notas principalmente de frutilla roja y especias. Y, en la boca, se reafirman estos sabores frutales y especiados, que son cruciales para el interesante maridaje que les quiero compartir.

En boca, se trata de un vino seco (no es dulce), de cuerpo mediano, con taninos astringentes y buena acidez. Esto hace de los vinos zinfandel una buena elección para acompañar cortes de carne, como el T-bone que cenamos en esa ocasión.

El zinfandel siempre queda bien con un corte de carne

Hasta aquí, todo es normal respecto al maridaje. Bueno, pues el maridaje se vuelve especial cuando usamos este mismo vino zinfandel para acompañar el postre.

Así es, mis pacientes cuatro lectores: este vino seco (no dulce) acompaña sorprendentemente bien... ¡al pastel de zanahoria o carrot cake!

Maridaje sobresaliente

¿Se esperaban esta propuesta? 

Por supuesto, tiene mucho que ver que el pastel de zanahoria esté correctamente preparado, pues las especias juegan un papel preponderante en que este maridaje funcione. En esta ocasión, Elsa fue quien horneó en casa este pastel, pues la mayoría de los pasteles comerciales que se consiguen son demasiado dulces y escasos de especias. 

Ah, debo aclarar que la prueba es sin el merengue —o topping, frosting, cobertura— (que acostumbra ser de mantequilla), sino únicamente con el pan.

La verdad, aquel vino Kendall-Jackson que mencioné arriba —y que tanto añoramos— se sentía más especiado que este Western Cellars, pero aún así, éste cumplió bastante bien con su misión. El vinito y este delicioso pastel armonizaron muy bien.

Con base en lo que pudimos apreciar de este vino, le doy un 4 sobre 5 en mi Relación Precio-Calidad. Es un vino bastante bueno y no es tan caro.

¿Qué les pareció? Aunque este vino no podría estar en la etiqueta de vinos de postre publicado en este blog (dar clic para ver los reseñados), si quieren darle una oportunidad a esta armonía vino-alimento seguramente se asombrarán.

Hasta la próxima.

domingo, 26 de octubre de 2025

Mis horas de vuelo - Álbum con algunos vinos probados al momento

Mis siempre  apreciados cuatro lectores, en esta ocasión quiero compartir con ustedes, a manera de "mis horas de vuelo", por así decirlo,  un álbum fotográfico con algunos de los vinos que he probado hasta el momento. Digamos que son como mis horas de vuelo como consumidor de vino.

He acostumbrado documentar fotográficamente, cuando ha sido posible, la mayoría de los vinos que he probado —con cámara compacta, profesional o la de mi celular— aunque de muchos no tengo un registro.

Unos cuantos probados en una ocasión

De muchos de esos vinos que verán en las fotos aún conservo mis registros escritos de las notas de cata realizadas en ese momento. De hecho, empecé a registrarlos en esta pequeña libreta, decorada y forrada por un servidor, específicamente para este fin.

Mi primer registro de notas de cata

Claro que me acabé esa libreta, lo que me llevó a iniciar otra, y luego otra, para pasarme a una carpeta rellenable, hasta que ahora utilizo una libreta especializada.

La evolución de la documentación de mis notas de cata

Antes de cerrar el blog anterior, llevaba un registro de poco más de 800 vinos probados. Claro que cuando cerré aquel blog no dejé de probar vinos, así que fácilmente el millar fue superado hace tiempo.

Bueno, la idea es que puedan ustedes conocer los tipos de vinos con los cuales he armado la memoria sensorial —a través de los años y con mucha práctica— que uso para comparar los vinos que pruebo y reseño para ustedes, con mucho gusto, mis valiosos cuatro lectores.

Sin decir más, aquí abajo les pongo la liga para acceder al álbum fotográfico.

Den clic en esta liga para ir al álbum "Algunos vinos probados"


Otra manera de acceder a ese álbum será dando clic en esta imagen que verán, ya sea en el lado derecho de su navegador de la computadora, o en la parte de abajo del navegador de su celular.


Este álbum lo estaré actualizando cada vez que pruebe un vino nuevo. De hecho, ustedes notarán que el álbum contiene algunos vinos de los cuales aún no he escrito su reseña. Paciencia y saldrá en su momento, porque traigo muchos pendientes.

Espero les agrade este acervo fotográfico.

Hasta la próxima.


sábado, 25 de octubre de 2025

The Prisoner Red Blend | The Prisoner Wine Company | 2022 | Estados Unidos | Tinto | Seco

Desde que probé este vino, hace ya más de una década, The Prisoner Red Blend se ha convertido en uno de mis vinos favoritos por una sencilla razón, mis encantadores cuatro lectores, que es que está elaborado principalmente con la uva tinta zinfandel, que puedo decir es mi uva favorita.

Aún así, no crean que hay ningún favoritismo al elaborar esta reseña, eh (guiña el ojo).

The Prisoner Red Blend 2022

  • Vino: The Prisoner Red Blend
  • Cosecha: 2022
  • Productor: The Prisoner Wine Company (theprisonerwinecompany.com)
  • País: Estados Unidos
  • Región: Napa Valley, California
  • Uvas: zinfandel, cabernet sauvignon, petit sirah, syrah, merlot y malbec
  • % alcohol: 15.2
  • Comentarios: crianza en barrica de roble
  • Precio: $1799.00 pesos mexicanos (en La Castellana - lacastellana.com)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: ***** (5 de 5)
  • Disfrutado el día: 23 de julio de 2025


Aunque la etiqueta no lo especifica, se entiende que la uva usada mayormente en este ensamble es la zinfandel porque, como muestra la lista de uvas que tomé de la propia página web de la bodega, la zinfandel es la uva que ponen al principio. Si se fijan, no están en orden alfabético tampoco. Así que ahí tienen un tip más para su acervo enológico. Las demás uvas ayudan a dar estructura y personalidad a este vinazo. Y, como bien nos explicó don Carlos Villarreal Martínez (leer esa nota aquí), es mucho más complicado hacer un vino de una mezcla de uvas que uno de una sola uva. Aquí el enólogo —como dijo don Carlos— es el verdadero héroe.

Al servirse en la copa este gran vino, disfrutamos de un profundo y limpio color rojo-púrpura.

Vista de The Prisoner Red Blend 2022

En nariz es todo un concierto de aromas, desde potentes a sutiles, destacando de inicio la frutilla negra y roja, como arándanos y ciruela. El paso por barrica (que tampoco lo dice la etiqueta) se hace evidente por notas típicas de la crianza como son tabaco de pipa con aroma de vainilla, nueces y algo especiado. A pesar de su grado de alcohol superior a lo que acostumbramos probar (son 15.2%), no se percibe en la nariz esa sensación caliente cuando no está bien integrado y sobresale notoriamente. No, no es así. El buqué de este vino es elegante y delicioso.

En la boca se confirman todos los aromas frutales como sabores potentes, en un vino de cuerpo pleno y sedoso, con taninos medianos y astringentes (como se esperaba), con un final muy largo al pasar por la garganta. Por supuesto, es un vino seco, y con una excelente acidez.

¿Qué les puedo decir? Para mí, este vino ha merecido siempre las 5 de 5 estrellas en mi Relación Precio Calidad (RPC) que hoy le vuelvo a otorgar.

Ahora, el maridaje recomendado con este vino es un buen corte de carne asada, pues sus potentes y afinados taninos pueden cortar la grasa y la proteína sin ningún problema. Es una de las bellezas de la uva zinfandel, que es de las más potentes junto a la cabernet sauvignon y la shiraz.

Elsa y yo probamos en octubre del año pasado este mismo vino pero en su cosecha 2021, cuando fuimos a las cabañas Los Encinos, en Santiago, N.L.

The Prisoner Red Blend 2021

El maridaje le quedó fantástico. Se los recomiendo ampliamente.


Ahora, quiero hacer mención importante de lo siguiente: aunque este vino se puede conseguir en la tienda de vinos La Castellana, específicamente este vino 2022 que acabo de reseñar fue traído directamente desde la vinícola The Prisoner, ubicada en Napa Valley, California, Estados Unidos, como un regalo. Con razón no le hallé los marbetes del SAT por ningún lado. 

Fue una sumamente agradable e inesperada sorpresa, totalmente urdida en secreto por mi amigo Eliel y su novia Guille. ¡Qué detallazo, en verdad! Muchas gracias a ambos. Que Diosito les dé mucho más —snif—.

Definitivamente, este es un vino para una ocasión especial, como compartirlo lo antes posible con tus seres queridos. ¿Qué puede ser más especial que eso?

♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

Hasta la próxima.



"Escribir es un trabajo tan difícil como la minería de carbón. Pero sin el glamour."

Mis serenos cuatro lectores, acompaño este momento de redacción con una taza de buen café espresso, mientras medito en la frase de Fran Lebowitz que da título a este artículo.

El buen café debería ser un derecho divino

Bien saben ustedes, público culto y conocedor, que el contexto es sumamente importante para captar realmente el sentido con que el hablante dijo una frase, a fin de no terminar usándola mal.

A lo que se refiere Fran no es al simple hecho de tomar pluma y papel —o un dispositivo mecánico (máquina de escribir) o uno electrónico (celular, tableta, portátil)— y ponerse a plasmar letras y signos de puntuación. Ella se refiere a la profesión de ser escritor. Y, no solo eso, sino también a ser un buen escritor. Porque, como ella misma ha dicho —y coincido con ella— no todos tenemos el talento de los grandes escritores, ni los antiguos ni los contemporáneos. Pero, no por eso vamos a dejar de escribir, ¿verdad?

Si alguien quiere dedicarse a ser escritor, es decir, que vaya a querer vivir de eso, pues tiene una presión mucho mayor que quienes simplemente deseamos expresarnos usando palabras. De ahí es donde surge esa dificultad que ella describe como la que vive un minero que baja a las entrañas profundas de una peligrosa mina de carbón —¡imagínense!—, ah, y sin ser tan glamorosa la vida del escritor como la del minero. Tan irónica Fran, como siempre.

Personalmente, como ya mencioné antes en este escrito, es por gusto que escribo en este blog, así como lo hice en el anterior. Acá entre nos, les comparto que cuando tenía el blog anterior me propusieron de Kala Editorial (quienes le publicaron un libro de cuentos al buen Guffo Caballero [liga aquí]) el hacer un libro con notas de mi blog. Como no tenía el interés ni las ganas de gastar dinero en eso (oh sí, por si no lo sabían, tú tienes que meter de tu lana) les agradecí la propuesta pero la decliné.

Con todo y dedicatoria del buen Guffo

En mi caso, la escritura es mi hobby, mi pasatiempo. Es como, por ejemplo, conozco a algunos que tienen el pasatiempo de andar en bicicleta de montaña. Estas personas saben que no basta con contar con un buen equipo, sino que necesitan conocer ciertos principios y reglas, y tener en su haber herramientas para hacer su actividad ciclista mejor cada día (no es lo mismo andar en planito que en una subida, y mucho menos en una bajada escarpada). 

Quienes gustamos de escribir sabemos muy bien que únicamente contamos, como "material", con palabras y signos de puntuación.  No hay más. Pero no basta con ello, pues necesitamos también seguir las reglas de gramática, de sintaxis y de ortografía para poder expresar de la mejor manera lo que queremos decirQue sea entendible. Sabemos que se trata de que quien lea nuestros escritos lo haga sin la necesidad de que estemos nosotros presentes para explicarles lo que quisimos decir. Si ese fuera el caso, entonces fracasamos como escritores. 

A diferencia de cuando nos expresamos hablando frente a alguien, que podemos hacer pausas, o gestos con nuestras manos, los ojos o la misma boca, o que aceleramos o bajamos el ritmo de la plática, o subimos o bajamos el tono para sonar más ansiosos o calmados, respectivamente, los escritores no contamos con esos recursos; tenemos que tratar de expresar la ironía, la tristeza, la felicidad y todas las demás emociones usando únicamente palabras y signos de puntuación. Difícil, ¿verdad?

Personalmente, quiero mejorar en mi redacción, porque es algo que me gusta: aprender cosas nuevas. De hecho, ya me inscribí a un curso de Redacción Sin Dolor, basado en el trabajo del Maestro Sandro Cohenque iniciará la próxima semana.

Basado en el trabajo del Maestro Sandro Cohen

Seguramente me daré cuenta de muchos errores de redacción que cometo, pero eso será lo más emocionante: aprender cosas nuevas y enderezar lo que ande torcido.

Si les llegara a interesar el curso, den clic en esta liga.

Luego les cuento cómo me fue. 

Hasta la próxima.


viernes, 24 de octubre de 2025

8KM Carmenere | Santa Rita | 2024 | Chile | Tinto | Seco

Mis siempre considerados cuatro lectores, les tengo una noticia: ya es viernes. Y, como decía el gran Maestro Germán Dehesa: hoy toca

En este caso, hablo de lo tocante a echar un buen vinito, y qué mejor si es un espécimen digno de añadirse a nuestra lista de vinos 3B: bueno, bonito y barato. Ah, y con maridaje sugerido, faltaba más. "Pa' que vean cómo los quiero, condenadotes", diría el otrora famoso personaje, El Mostachón, de Los Polivoces.

A'i les va.

8KM Carmenere 2024

  • Vino: 8KM Carmenere
  • Cosecha: 2024
  • Productor: Viña Santa Rita (santarita.com)
  • País: Chile
  • Región: Valle Central
  • Uvas: 100% carmenere
  • % alcohol: 12.5
  • Precio: $159.00 pesos mexicanos (en tienda HEB)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: ***** (5 de 5)
  • Disfrutado el día: 19 de julio de 2025

No había caído en cuenta de que no había publicado antes una reseña de algún vino chileno. Mea culpa. Pero vamos a resarcir esa afrenta vinícola en este momento.

Como pueden ver, se trata de un vino muy accesible, que no pasa de los $200 pesos mexicanos, y que fácilmente se encuentra en tiendas de autoservicio, como el HEB donde lo compré yo.

Vista de 8KM Carmenere 2024

Nota a pie de página: se podría escribir un artículo completo de la fascinante historia de la uva carmenere, la cual creían que había desaparecido del mundo, pues en Europa toda fue devorada por la plaga de la filoxera. Pero, no es el momento. Baste con decir que fue milagrosamente hallada en Chile y aún podemos disfrutar de esta uva poco conocida, pero muy agradable. Spoiler alert: creían que era uva merlot.

Como pueden ver en la foto, se presenta un vino de profundo color rojo-púrpura, muy limpio de apariencia.

En nariz se muestra aromático, con notas totalmente frutales, a frutilla oscura, como arándano negro. Aclaro que no tiene el aroma a chicle, la nota bubblegum, que personalmente no me agrada. Este huele muy rico.

En la boca se siente seco, pero afrutado (no dulce), y con una acidez muy viva, la cual podría sentirse demasiado si no se sirve a una temperatura más abajo de 15 grados centígrados. Yo sugiero tomarlo a 12 grados centígrados. De hecho, la merlot no tiene la misma acidez de la carmenere, por lo que no entiendo cómo las confundieron los chilenos, pero bueno, eso es otra historia y no quiero tener problemas diplomáticos. Viva la paz.

Este vino es de cuerpo ligero, con taninos medianos y suaves, y con un final largo.

Nos pareció un vino bien balanceado, excelente para ser un vino de diario, por lo que le doy 5 de 5 estrellas en mi Relación Precio Calidad (RPC). 

Y para acompañar este vinito 3B, nos decidimos por unas empanadas argentinas, donde predominó la carne (natural, picante, dulce), aunque hubo chistorra y champiñones también.


Maridaje de esa ocasión

Las que quedaron mejor con el vino, para nuestro gusto, fueron las de carne picante, después las de carne dulce, y finalmente un empate entre las demás.

En Chile hay varias bodegas confiables, y Santa Rita es una de ellas. Tiene vinos de precio mayor, pero aún los de precio más moderado, como esta línea 8KM, valen la pena.


Así que, ¿qué esperan? Váyanse por su vinito y sus empanadas, pizzas, tacos, hamburguesas, o lo que gusten, y que Dios bendiga lo que caiga en la barriga.

Recuerden: hoy toca.

Hasta la próxima.



Observando el mundo | "¿Te preocupa la IA (inteligencia artificial)?"

Mis afables cuatro lectores, les cuento que cuando retomé la escritura de mi blog, y a medida que iban surgiendo mis artículos publicados en este, hubo quien me preguntó que si yo los escribía directamente o los generaba mediante inteligencia artificial, la tan últimamente mentada IA.

Sinceramente, confieso que me sorprendió mucho tal insinuación, y desconozco lo que haya motivado a esa persona a suponer que yo podría estar usando la IA para escribir mis artículos. A quienes realmente me conocen y han tenido la oportunidad de conversar conmigo, esa idea no les cruzaría por la cabeza.

No, no utilizo herramientas de IA para que escriban por mí los artículos que luego publico bajo mi nombre en este blog. Todo lo que ustedes, mis cordiales cuatro lectores, leen en este blog fue meditado, investigado, redactado y corregido por una mente humana: la mía. Escritura al estilo de la vieja escuela —old school—.

Artículos escritos al estilo de la vieja escuela

Por supuesto, cuando no cuento con material suficiente en mi biblioteca  sobre algún tema del que quiera escribir, o se trate de un tema sobre el que sea pertinente buscar información actualizada, entonces investigo usando búsquedas de Google. Nunca he utilizado alguna herramienta especializada de IA, como el célebre ChatGPT. ¿Las usaré expresamente para esto algún día? No. No me interesa.

Siendo un profesional del área de Informática no soy nada ingenuo como para declarar "Nunca usaré la IA", pues sé que las búsquedas de Google la utilizan, así como los videos que me sugiere YouTube, las canciones que me recomienda Spotify y "cree que me pueden gustar", los oportunos mensajes de la aplicación Uber Eats que parece saber exactamente el momento cuando me empieza a rugir la tripa de hambre, sin olvidar los Google Ads que empiezan a aparecerme sin que yo haya hecho una búsqueda en forma en Google, sino que simplemente hablé en voz alta con alguien sobre algún producto que me interesaba (tétrico, ¿verdad?).

Quienes piensen que la IA es el futuro están muy equivocados. La IA es el ahora.

"¿Te preocupa la IA?", es una pregunta que se escucha frecuentemente en muchas partes.

"Estoy más preocupada por la inteligencia humana que por la inteligencia artificial", respondió no hace mucho a dicha pregunta la escritora Fran Lebowitz en una entrevista con su ya famosa agudeza. En este caso, concuerdo con ella. Seguimos buscando vida inteligente en el espacio sideral cuando, en realidad, es más urgente encontrarla en este planeta. Pero bueno, qué le vamos a hacer.

Sobre la IA se dice mucho que nos va a quitar los trabajos, tal como decían nuestros vecinos del Norte sobre los indocumentados que entraban a su país. Y no los veo haciendo redadas para deportar las herramientas de IA. Sospechoso...

Hablando en serio (o al menos intentándolo), si hay algo que en este momento sí me preocupa sobre el uso de la IA son los mentados algoritmos que las empresas tecnológicas han desarrollado, basándose en estudios neurológicos y psicológicos, para influenciar nuestras decisiones. Y esos algoritmos, que son carísimos pues generan ganancias increíbles, se han aplicado a navegadores, redes sociales, páginas de internet y aplicaciones de todo tipo para mostrarnos lo que ellos quieren que veamos.

A ver si me doy a entender: en los inicios de los navegadores, allá por mediados de los años 1990, estas herramientas te traían toda la información que existía publicada en internet en ese momento. Por ejemplo, sería como si necesitaras cierta información y tú fueras a una biblioteca pública y pudieras acceder a todos los libros que hay ahí para investigar. Tú eras quien decidía en qué te ibas a enfocar. Eras tú quien limitaba la información con la que trabajarías.

Pero ahora, la manera en que se diseñan los algoritmos —oh, sí, esto está hecho así con toda la intención— es buscando que únicamente se te presente aquello que quieren que veas, pues lo que se busca es que permanezcas la mayor cantidad posible de tiempo dentro de la página o aplicación que estés usando. Porque eso significa dinero. Por eso el algoritmo sabe más de tus gustos que tú mismo.

Siguiendo con el ejemplo mencionado arriba, ahora sería como si entraras a la biblioteca pública, pero de inmediato cerraran una parte de la biblioteca y solo te dejaran entrar a una pequeña parte de ella que es en la que ya habías estado antes. No eres tú quien ahora limita la información con la que puedes trabajar. Alguien más la limita por ti.

¿Qué es lo grave de esto? ¡Que están limitando tu capacidad de pensar! ¡De conocer de diferentes temas! ¡Diferentes opiniones! ¡Incluso contradictorias!

¿Las consecuencias? Las vemos hoy más que nunca: las opiniones están totalmente polarizadas. Los asuntos se mueven únicamente entre blanco y negro, sin tener la capacidad de ver, no solo un amplio espectro de grises, ¡sino los demás colores, por Dios!

Si piensas que la Tierra es plana, el algoritmo se encargará de mostrarte únicamente información que diga que la Tierra es plana (así como que son unos imbéciles los que digan lo contrario), porque sabe que eso es lo que te gusta y, por lo tanto, te hace quedarte más tiempo en las redes y páginas que concuerdan con tu opinión, y eso significa dinero para los dueños de esas redes, páginas y aplicaciones. Si una de estas herramientas te presentara alguna información que dijera que la Tierra es redonda, tú podrías salirte de esa aplicación y el dueño perdería tu atención, y eso es malo para el negocio. Tome m'ijo, más opiniones sobre lo plano que es nuestro planeta.

Así pues, esto es lo que me preocupa de la IA, y ya lo estamos sufriendo actualmente; no es un problema futuro.


Ahora bien, la IA es una herramienta, como un cuchillo de cocina. En las manos de un niñito es sumamente peligroso, pero cuando está en las experimentadas manos de un gran chef, este puede preparar cosas maravillosas. De la misma manera, si esta herramienta, la IA, cae en manos de gente sin escrúpulos y con mucho dinero, y si no hay todavía leyes locales ni internacionales que permitan capear los peligros que la IA pueda representar, entonces lamento informarles que hay un infante desenfrenado con un cuchillo cebollero, sumamente afilado, corriendo por la casa. ¡Sálvese quien pueda!


Hasta la próxima.


jueves, 23 de octubre de 2025

Un acto de rebeldía: reparando mi estéreo Sony HCD-FL3

Esta historia empieza con un estéreo de alta fidelidad (HiFi) (que también funciona como Home Theater 5.1) modelo HCD-FL3 que compré hace más de 20 años en la propia tienda de la marca Sony, la cual estaba en Plaza Fiesta San Agustín. El equipo, además de ser nuevo y estar brutal, se encontraba en remate. ¿Cuál era su pecado? No tocaba archivos en MP3, y los nuevos equipos ya lo podían hacer. Como eso me vino importando menos que nada, me traje esta joya a casa, y desde entonces lo utilizábamos mi esposa y yo.

Pero, como dice la proverbial frase: "Todo por servir se acaba —y acaba por no servir—". Así que era necesario buscar quién le entrara en serio a arreglar un equipo de estas características (marca, "antigüedad", complejidad).

Nuestro estéreo siendo revisado


Afortunadamente, alguien sí le quiso entrar, y fue el Ing. Alejandro Pérez González, en su taller AC DC Electrónica. Y digo que fue afortunadamente, porque es muy cierto que la gente te dice que mejor te compres un equipo nuevo, en vez de tratar de arreglar el que ya tienes. Estamos en la era del hiperconsumismo, ni más ni menos. Así que, esta frase que me encontré hace tiempo, tiene mucho sentido.
Platicábamos mi esposa y yo que cuando éramos más jóvenes, todo se mandaba a arreglar. Zapatos, ropa, aparatos eléctricos y electrónicos, relojes, cámaras, etcétera. Uno no tiraba a la basura las cosas inmediatamente al fallar o sufrir un desperfecto, sino que se intentaba arreglar. Y la mayoría de las veces se lograba.

Las cosas se cuidaban porque sabíamos lo que había costado obtenerlas, ya sea por nuestros padres o por nosotros mismos.

Por supuesto, obtener algo por medio de la compra es —ahora— mucho más rápido y cómodo que emprender la dura labor de conseguir que te lo arreglen. Investigar dónde lo puedan arreglar, sacar tiempo libre para ir al negocio en su horario de trabajo transportando el objeto descompuesto, preguntar en varios lugares para obtener el mejor precio, esperar a que hagan la reparación y, en su caso, añadir la espera de las partes dañadas que se mandaron pedir. Todo esto implica un esfuerzo y mucha paciencia que las nuevas generaciones no tienen, gracias a la gratificación instantánea que hoy ha permeado hasta la médula. 


¿Y en qué resultó mi acto de rebeldía?

Vivito y coleando

Finalmente, tras un año y medio —sí, leyeron bien— en que se tuvieron que mandar traer piezas que Sony ya no tiene en existencia en México, y además con el reto para el ingeniero Alejandro con este tipo de equipos que tienen muchas piezas interconectadas (el mecanismo de torre de cinco CDs es genial pero complicado), el estéreo volvió a casita. De hecho, en este momento estoy escuchando, de mi colección de vinilos, la banda sonora de la película "E.T., el extraterrestre".



¿Valio la pena la espera? Definitivamente. "A lo que vale la pena, toma tiempo llegar", dice el respetado Dr. Enrique Rojas. 

El buen libro dice que "para todo hay un tiempo". Así que, ahora, ha llegado el tiempo de disfrutar de la calidad de sonido que solo un equipo de alta fidelidad puede dar.

Parte posterior, donde van todas las conexiones


Todo el equipo montado en su sacrosanto lugar


El control remoto del estéreo, ¡simplemente brutal!


Tornamesa, audífonos semi profesionales y demás gadgets

¡Ah! Por cierto. Con el paso de los años y el avance de la tecnología, en que ahora las conexiones se hacen inalámbricamente mediante Bluetooth, no importa que nuestro estéreo no toque CDs con archivos MP3, porque ahora cuenta con un adaptador receptor de audio Bluetooth, así que el estéreo ahora toca sin ningún problema los playlist de Spotify emitidos desde mi celular, tableta o portátil.

Me encantan las historias con un final feliz.

Hasta la próxima.