martes, 23 de diciembre de 2025

"¿Es caro el vino en México? ", la eterna pregunta

Mis siempre discretos cuatro lectores, la pregunta de si es caro el vino en México siempre ronda las conversaciones de los entusiastas consumidores, quienes alguna vez la sacan a flote. Así es, desde aquella lejana primera etapa de este blog se ha cuestionado si el vino es caro o costoso en nuestro país comparado con otros países. 

Foto tomada de internet

La respuesta

La verdad es simple y llana: sí, el vino en México es más caro que en otros países como Chile, Argentina, Italia y España, por nombrar solo algunos. Y sí, la carga impositiva en México es una de las causas principales, pues esta no se aplica con la misma hostilidad en otros países.

Foto tomada de internet

El mismo Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV) ha publicado en su cuenta de la red social X (@cmv_mx)  cómo se calcula actualmente el precio del vino mexicano. Dicha imagen la reproduzco a continuación, para que se den una idea.


Además, el CMV en su cuenta de Facebook publicó lo siguiente: "Actualmente, el 42.5% del precio de una botella de vino corresponde al IEPS [Impuesto Especial sobre Producción y Servicios]. Se impulsa una iniciativa en la Cámara de Diputados para reducir este impuesto para vinos elaborados 100% con uva nacional."

Bueno, pues mientras eso no suceda estaremos pagando precios más altos que en otros países por el vino que llegue a nuestra mesa.


Pero, esperen un momento... esto es interesante

Mis duchos cuatro lectores, les cuento que agarré mis libretas de notas de cata de los últimos dieciocho años para obtener los precios que he pagado por algunos vinos que he comprado en este tiempo. Porque han de saber que en eso soy metódico: me gusta contar con toda la información posible. Y el precio es sumamente importante para mí a la hora de emitir la calificación de Relación Precio-Calidad (RPC). Así pues, me eché un clavado en mis apuntes.

Recibos, facturas,...


...notas de cata,...


...más notas de cata...


...y más notas de cata

Además, contaba con unos archivos en PDF de artículos donde se mencionaban precios de algunos vinos que aún se consiguen hoy día.

Tomado de Buena Mesa - El Norte - 3 de julio de 2009

Y tengo también algunos archivos de imagen con los precios de otros vinos.

Precios de julio de 2009 de Freixenet de México

—Este... ¿y cuál es el punto al que quieres llegar, Rafa?— quizás se estén preguntando ustedes, mis avezados lectores. Agradezco su paciencia y procedo a lo atractivo de este artículo.

Se me ocurrió hacer un análisis comparativo del precio de algunos vinos hace varios años (2008, 2009, 2010 y 2011) con el precio actual en 2025, mostrando el incremento en pesos mexicanos y en porcentaje. 

Pero, lo más interesante —lo es para mí— es que incluyo el monto del salario mínimo diario (SMD) en México (dar clic para ver las tablas) de los años comparados, y de esta manera, calculo la cantidad de salarios mínimos que se necesitaban para pagar dicho vino en ese año y en el 2025. Los resultados son muy reveladores.

Nota: a menos que se indique lo contrario, los precios corresponden a botellas de 750 mililitros.

Empecemos con vinos extranjeros, es decir, que fueron importados a México. De hecho, comenzaremos con uno de mis favoritos: el Chianti Ruffino (leer su nota aquí).


En el año 2008, la botella me costó $122 pesos mexicanos. El salario mínimo diario (SMD) era de $52.59 pesos mexicanos. Por lo tanto, se necesitaban 2.3 salarios mínimos diarios para poder comprar esa botella.

En el año 2025, el mismo vino (obviamente, una añada más reciente) me costó $289 pesos mexicanos. El SMD en 2025 es de $278.80 pesos mexicanos. Es decir, casi se necesita un poquito más de 1 salario mínimo diario para comprar esta botella.

Nota: se redondearon las cantidades de SMD a una sola decimal para facilitar la visualización.

¿Ven lo fascinante de esto? Aunque el precio de este vino se incrementó en $167 pesos (137%) del 2008 al 2025, ¡ahora se necesita 1 salario mínimo en vez de 2.3 para adquirirla!

¿Significa esto que este vino es más accesible ahora? Ustedes decidan.

Ahora que creo que ya quedó clara la idea de este análisis, mis siempre inteligentes cuatro lectores, les comparto los datos de otros vinos extranjeros.







Ahora, le toca a los mexicanos

Personalmente, lo que más compro y pruebo son vinos mexicanos, por lo que he tenido la oportunidad de conocer muchísimos, de todas las calidades. 

Dicho lo anterior, es comprensible que les compartiré más datos de vinos mexicanos que de extranjeros, a la vez que mencionaré algunas ideas que me vinieron a la mente cuando vi los resultados.

Monte Xanic es una bodega mexicana que desde el inicio se identificó como elaboradora de vino boutique, que es una manera elegante de decir que iba a hacer vino con un costo superior al término medio. Para algunos, eso significa caro. Miren, había vinos que casi costaban 5 SMD.

Vean ahora estos números.




La bodega L. A. Cetto es la más grande de México, la que más vino produce en este país. Tiene varias líneas de precios, desde las accesibles hasta las premium.



Freixenet de México, ubicada en Queréraro, se ha mantenido en operaciones.




Viñedos La Redonda, también de Querétaro, ha tenido varias líneas, de las cuales Orlandi es una de ellas.


Bodegas de Santo Tomás, en el tiempo ha tenido varias líneas (algunas ya han desaparecido, como la llamada Vientos) y ediciones especiales. ST es su línea básica.


Analogía es otro proyecto queretano que se ha mantenido.


De Tecate, Baja California, el vino Puerto Nuevo (uno de nuestros favoritos de los Vinos 3B) sigue siendo muy accesible.


Los siguientes datos te hacen preguntarte muchas cosas

Mariatinto, un favorito mexicano de muchos, es un vino que llegó rompiéndola (como dicen los amigos argentinos) y tuvo mucho éxito desde su inicio. Tanto que desde que empezó tuvo un precio alto. Miren ustedes: en el 2009 se necesitaban poco más de 8 salarios mínimos para comprarlo. Hoy las cosas han cambiado.


Un vino que se volvió de culto en México es indudablemente Vino de Piedra. Si 8 SMD se les hacía mucho por el Mariatinto, vean ustedes que en 2008 se necesitaban 15.5 SMD para comprar este vino. Ahora, nada qué ver, aunque sigue siendo de precio elevado.


El vino blanco de Casa de Piedra es Piedra de Sol, hermano "menor" del Vino de Piedra.


¿Por qué alcanzaron esos precios Mariatinto, Vino de Piedra y otros vinos más con precio alto de esa época? Para quienes vivimos de cerca esa etapa de resurgimiento del vino mexicano, al principio de este milenio, es evidente que la burbuja de auge se reventó. Se acabó ese empuje, ese hype que permitió al mercado aceptar dichos montos.

La burbuja se reventó

¿Cómo dijo que dijo?

Estos datos sí que me dejaron perplejo. Me refiero al resultado de la bodega parrense Rivero González, específicamente con su vino Rivero González Tinto.

Pasó de valer $170 pesos mexicano la botella en 2008 a $1000 pesos en 2025 (un incremento del 488%), siendo el único vino de esta muestra que ocupa más salarios mínimos diarios para comprarse: pasó de 3.2 a 3.6.

Pareciera que la burbuja mencionada arriba se anda paseando por Parras.

Otros vinos de esta bodega que se analizaron son estos.


Conclusiones

Como esta no es una clase preparatoriana de ESEM (Estructuras Socio Económicas de México), no me voy a meter a tratar de explicar que si el poder adquisitivo real ha aumentado o no en estos años. Ese no es mi campo.

A mí me han llegado a preguntar porqué he pagado "tanto" por una botella de vino. De hecho, en este preciso momento que escribo, he reseñado 6 vinos que valen entre $800 a $1000 pesos mexicanos y 4 vinos de más de $1000 pesos mexicanos. Aunque les aseguro que he probado muchos más en casi dos décadas.

Mi respuesta es sencilla: porque pienso que lo valen.

¿Me he llevado chascos tras haber pagado tanto? Una sola vez, con un vino mexicano que nos supo a chamoy. Fue épico y una gran anécdota. Solo por eso, no me arrepiento.

Después de todo lo expuesto aquí, mis apreciadísimos cuatro lectores, ¿qué opinan? ¿Es caro el vino en México?


Hasta la próxima.


viernes, 19 de diciembre de 2025

Criado en Roble Tannat | Bodega Montes Toscanini | 2020 | Uruguay | Tinto | Seco

Mis entusiastas cuatro lectores, ahora Elsa y yo celebraríamos juntos el primer aniversario de este blog, y para hacerlo escogimos un vinazo: Criado en Roble Tannat, cosecha 2020, de la bodega uruguaya Montes Toscanini (montestoscanini.com).

Criado en Roble Tannat 2020


Este vino lo probamos por primera vez en un restaurante súper recomendable: DiVino Bistro (IG: @di.vino.bistro) (FB: Divino-Bistro) (Open Table: DiVino Bistro Monterrey), el cual es divinamente atendido por Arturo Logroño. Aunque este vino se vende por botella, creo que le caímos bien a Arturo porque nos vendió un par de copas para acompañar el plato principal de la cena.

Elsa y yo en Divino Bistro Wine Market

Buena jugada de Arturo, pues nos gustó tanto que le compramos una botella y nos la trajimos a casa. 

Les comento que me llamó mucho la atención ver el montón de medallas que ha ganado este vino. Está más condecorado que un general norcoreano lambiscón.

Creo que por ahí cabe otra medalla...

Pero bueno, como ya mencioné en mi artículo de principios editoriales (den clic aquí para leerlos): yo no bebo medallas, bebo vino.


Hablando de este vino, mis avispados cuatro lectores, déjenme decirles que la uva con la que fue hecho, la tannat, además de ser la única uva con nombre capicúa (palíndromo) que conozco, es, a mi parecer, la más potente de todas las tintas. Asimismo, es la uva insignia de Uruguay. Tan es así, que si encuentran un vino elaborado con tannat casi les puedo asegurar que es uruguayo.

Siguiendo la recomendación de Arturo Logroño, decantamos este vino, así como él lo hizo en Divino Bistro (vean la foto allá arriba). Lo dejamos alrededor de cuarenta y cinco minutos oxigenándose, dándole oportunidad de que abriera para hacerlo más amable.

El tannat oxigenándose en nuestro decantador estilo Padre Kino (...¡qué padre vino!)

Una vez que ya estuvo en condiciones de ser bebido, procedimos a hacer la nota de cata. Vamos a ver qué encontramos.


  • Vino: Criado en Roble Tannat
  • Cosecha: 2020
  • Productor: Bodega Montes Toscanini (montestoscanini.com)
  • País: Uruguay
  • Región: Las Piedras, Canelones
  • Uvas: 100% tannat
  • % alcohol: 14.0
  • Comentarios: crianza de 15 meses en barrica de roble francés; sin filtrar ni estabilizar; enólogo: Leonardo Montes
  • Precio: $900.00 pesos mexicanos (en Divino Bistro Monterrey)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: ***** (5 de 5)
  • Disfrutado el día: 7 de diciembre de 2025

Sabemos muy bien que el vino no se bebe por los ojos, pero... ¡miren qué bonito color! Un profundo color rojo-púrpura, limpio y brillante.

Vista de Criado en Roble Tannat 2020

En nariz, este vino es complejo, y va desenrollando los aromas como si fuera una alfombra; mientras pasa el tiempo van apareciendo más y más notas. Las que distinguimos fueron frutillas negras como mora, ciruela e higo maduro. Además, una ligera nota a humo avainillado (como de tabaco de pipa), y el aroma floral de las violetas. Todos, en conjunto, dan un buqué muy elegante, perfumado.

En la boca... ¡madre mía! Toda esa intensa frutosidad convive con sabores a hierba, a mineral y a cacao, en un vino de cuerpo pleno, con taninos altos pero pulidos, y una magnífica acidez que ponía a prueba el autocontrol para no bebernos la copa tan rápido de lo delicioso que está. Obviamente, es un vino seco, no dulce. Y aunque tiene 14% de alcohol, este no es tan evidente. Tiene un largo final y está perfectamente balanceado.

Este es también un vinazo al que le doy 5 de 5 estrellas en mi Relación Precio Calidad (RPC). Bien ganados.

Ahora bien, les doy una recomendación: un vino tan potente como este yo sugiero maridarlo con un buen corte grueso de carne asada, para que estos taninos impresionantes corten bien a través de la proteína, además de que este vino necesita un platillo con mucho sabor que pueda competir con la potencia de la tannat.

Dicho lo anterior, para la cena echamos a'i unos pellejos al asador, los cuales quedaron bastante bien (y no lo digo porque los haya cocinado yo).

Apenas un buen t-bone para acompañar al tannat

Huelga decir que el maridaje quedó muy bien y disfrutamos mucho de esta cena familiar de celebración. En estos casos, siempre, lo mejor es la compañía.

The dinner is served

Si les gustaría probar este vino, dense una vuelta al Divino Bistro (arriba puse las cuentas de redes sociales y OpenTable). Tienen mucha variedad de vinos. Se sorprenderán.

¡Ah! Una última recomendación. Después de probar un vino tan potente como este, tengan cuidado con la siguiente botella que abran. Si no es de la misma potencia de la uva tannat, podría llegar a saberles a agua. 

Hasta la próxima.



jueves, 18 de diciembre de 2025

«Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo…»

Artículo publicado originalmente en la página Vinisfera.com el 26 de abril de 2010

Imagen cortesía de Vinísfera

Tenemos un marcado gusto por crear superhéroes, rockstars, iconos. Pero, ¿es esto saludable para nuestra industria vitivinícola?

Por Rafa Ibarra

26 abril, 2010

Hace una semana, por medio de Twitter, Vinísfera sugirió el siguiente tema con la intención de abrir un vino-debate“Hugo o JOse, ¿Por qué?. Evidentemente, el portal se refería a los enólogos Hugo D’Acosta y José Luis Durand.

Ante la sacada de onda general hubo a quien hasta le pareció agresiva la pregunta. Ésta fue replanteada con la idea de clarificarla, quedando así: «¿Qué enfoque enológico prefieres o por qué te gustan Hugo D’Acosta y José Luis Durand?.

Algunos agarraron un partido u otro y lo justificaron;  otros (me incluyo) dimos opiniones mostrando imparcialidad al respecto. Pero se me hizo muy curioso cómo, de entrada, la raza pensó que la idea de este debate era para echarles tierra a estas conocidas figuras del mundo del vino en México.

Estoy completamente seguro que no había mala intención al hacer la pregunta. Aún así, no me agradó y paso a explicarles los porqués.

Primero, porque crea división. Quizás solo mentalmente, pero división al fin y al cabo. Quienes ni se habían planteado dicha pregunta empezaron, en algunos casos, a pensar en las virtudes y defectos de los vinos elaborados por estas personas.

En otro caso, hubo quienes tomaron partido por moda, por oídas, o solo porque sí. Ni uno ni otro puedo considerarlo como el mejor de los casos. Porque en nuestra naciente e inmadura cultura del vino mexicano, creo que no conviene fomentar divisiones, mentales o reales. Si hay algo que nos hace muchísima falta —y no lo digo solo yo—  es unidad en nuestra industria vitivinícola nacional.

Me parece que la pregunta con que inicia este texto es equivalente a decir: «¿cabernet sauvignon o merlot?». Son variedades diferentes. Los mejores vinos tintos del mundo se elaboran con mezclas en las que ambas uvas participan. ¿Ven la importancia de la diversidad? Además, si no la tuviéramos, qué aburrido sería el vino, en México y en todo el mundo.

La segunda razón por la que no me agradó la pregunta, voy a plantearla así: ¿acaso los únicos enólogos en México en que nos debemos fijar son Hugo D’Acosta y José Luis Durand?, ¿dónde dejamos a Laura Zamora, Hans Backhoff, Víctor Torres Alegre, Camillo Magoni, Christoph Gaertner, Miguel Ángel de Santiago y Francisco Rodríguez (por nombrar solo algunos)? Creo que ellos también han hecho los méritos suficientes —y algunos hasta más— para que investiguemos sobre ellos y los incluyamos en nuestras futuras conversaciones sobre vino mexicano.

Es cierto que los enólogos más mediáticos en México son D’Acosta y Durand, no lo podemos negar. Tampoco podemos ignorar que en nuestro México lindo y querido tenemos una especial facilidad y un marcado gusto por crear superhéroes, rockstars, iconos. Pues que se siga haciendo en ámbitos como el fútbol, las telenovelas y la política, no hay problema. Pero, por favor, no lo extrapolemos a nuestro querido mundo del vino. ¿De acuerdo?

Mientras escribo estas líneas, en Ensenada se está llevando a cabo el XI Festival de las Conchas y el Vino Nuevo, evento que da inicio oficial a las Fiestas de la Vendimia 2010, en el cual todas las bodegas de los valles exhibirán sus vinos. Presentes estarán la gran mayoría de los enólogos y propietarios de las bodegas, mostrando orgullosos el fruto de su trabajo y su propuesta para nosotros, los consumidores. Diversidad. Armonía. Convivencia. Eso es lo que queremos, ¿o no?

Si acaso en el futuro alguien nos llega a hacer nuevamente esa pregunta, ya sea con o sin mala intención, habremos de responder sin dudar: «¡Los dos!».

www.elmundoderafaibarra.com

N. de la R. (Carlos Valenzuela):

Como complemento a la nota de Rafa, y aclaratoria sobre la intención de la pregunta original, cabe decir que ésta es tan válida como cuestionar sobre tu preferencia sobre las peras o las manzanas, en el amplísimo y delicioso mundo de las frutas. Quizá tu fruta favorita es la sandía, pero la pregunta expresa no tiene la intención de saberlo, como tampoco quiere comenzar una lucha entre los dos frutos. Simplemente de entre esas dos opciones; ¿cuál prefieres, y por qué?

Así pues, en nuestra pregunta: «¿Qué enfoque enológico prefieres o por qué te gustan Hugo D’Acosta y José Luis Durand?» El debate propuesto es sobre la enología; sobre qué caldos has probado, sobre si tu gusto personal va más sobre la línea de potencia y expresión de terroir que es el discurso tradicional de Hugo, o sobre la búsqueda de la perfección vitícola y enológica de JOse. El avance real en este y otros temas se dará solo en la medida que debatamos la idea y no a la persona. Nunca se preguntó quién te cae mejor, a quién prefieres, cuál es tu enólogo favorito de toda la historia… La pregunta es una, y es clara: ¿Cuál enfoque enológico prefieres? Ojalá sirva este foro para saberlo, pues es hora de que al menos para mí, hay muchos vértices del gusto mexicano por el vino que son incógnitas y pienso seguir buscando su definición.

–CV.


miércoles, 17 de diciembre de 2025

¿Y qué pasa...? | por Rafa Ibarra


¿Y qué pasa...?

por Rafa Ibarra



¿Y qué pasa cuando no puedes ser tú, 
cuando no debes ser tú?

¿Y qué pasa cuando ser tú
no es suficiente?

¿Y qué pasa cuando te piden ser alguien más,
cuando te piden seguir unos pasos inalcanzables, 
divinos...?

¿Y qué pasa cuando te esfuerzas con todo tu ser,
y te acercas lo más posible,
y te dicen que "no es suficiente"?


¿Y qué pasa si en ese proceso 
te pierdes,
y en la confusión 
ya no sabes quién eres?


¿Y qué pasa si cuando tratas de buscarte de nuevo,
te vuelven a decir que tu nuevo yo "no es suficiente"?


¿Y qué pasa si te abandonan por eso?


¿Y qué pasa si ya no te encuentras...?


¿Y qué pasa si todo fue mentira,
y siempre estuviste solo?


¿Y qué pasa... 
si ya no estás?


¿Y... si nunca estuviste?


domingo, 14 de diciembre de 2025

Hablemos la neta: ¿hacer cerveza es cocinar, sí o no?

Como ustedes, mis queridos y a veces concurrentes cuatro lectores, ya sabrán, en este blog buscamos siempre decir la verdad, o como decimos en México: hablar la neta. Pues en esta ocasión, retomo parte de la muy amplia entrevista que le hice al jocoso Mr. Moustache, aka Eslem Torres (leer aquí la primera parte), en abril del 2025, para compartirles la respuesta que me dio a una pregunta directa y sin rodeos que le hice. 

La pregunta

Dicha pregunta fue planteada de la siguiente manera: "Dicen que, a diferencia del vino (que depende de la calidad de la uva —que si llovió o no este año, que si se abonó bien la tierra o no, que si se cuidó bien la vid o no, etcétera—), hacer cerveza es cocina. ¿Tú qué dices?"

El contexto

Antes de compartirles la respuesta de Eslem, quiero aclarar que él mismo mencionó esa expresión (en la grabación que tengo) para referirse a la elaboración de sus cervezas ("Cuando voy a cocinar..."), por lo que creo que Eslem no la tomó como una manera de devaluar o depreciar su arduo trabajo, sino como lo que es: una forma de sobresimplificar demasiado las implicaciones de hacer buena cerveza, una frase salida de los labios de algún esnob del mundo del vino (que abundan, créanme). Pero a Eslem, siendo el jocoso Eslem, se le resbalan esos "ataques".

Eslem cocinando su cerveza
(Foto cortesía de Eslem Torres)


Por otro lado, quienes hemos investigado con más profundidad que el consumidor despreocupado sabemos que, efectivamente, hay recetas a seguir para hacer determinados estilos de cerveza. Hay muchos libros que incluyen tales recetas. Aquí les muestro uno que se consigue en Amazon.



Algunas de las recetas que este libro contiene

La respuesta de Eslem

Creo que decir "cocina" viene demeritándolo [al proceso], pero no creo que estén completamente equivocados. 

Yo creo que hacer cerveza es más bien biología e ingeniería: es un proceso bioquímico, y la tecnología y la ingeniería [son] para mantener ese proceso constante. 

Tenemos la ingeniería y la biología para, si tenemos una mala malta, saber cómo combinarla y agregarle la levadura, que se le tenga que dar algún potenciador con alguna enzima —darle un dopaje deportivo a la levadura— que realmente son nutrientes para compensar. Además, si mi malta en vez de darme 15 grados Plato* de gravedad con el azúcar que trae me va a dar 14, pues le agrego un costal más.

*Nota importante: Los grados Plato son una medida de la cantidad de azúcar en el mosto y, en última instancia, en la cerveza final. El cervecero debe medir el contenido de azúcar utilizando un instrumento como un hidrómetro o un refractómetro. Esto se mide antes de que comience la fermentación y luego de nuevo cuando la fermentación ha terminado y la cerveza se envasa.

Más bien, aquí no hay recetas. O sea, sí hay una receta base, pero tú tienes que respetar el perfil final que vas a requerir. Si mi receta dice diez costales de malta base y uno de malta cristal, yo no puedo seguirla al 100% todas las veces, porque a lo mejor este lote de malta viene diferente al anterior; microcosas, pero a lo mejor tiene más proteína porque fue un mal año, tiene menos azúcares, viene más turbio o el cristal viene ligeramente más tostado. Usualmente, si el lote es igual que el anterior, ya no batallo y sigo la receta.

Y [así] tienes un producto que es constante. Porque yo ya sé los alfaácidos que tiene mi lúpulo, porque lo compré de la región alemana que siempre lo compro. Resulta que tiene una variación de alfaácidos, pero eso no quiere decir que en el hervor en vez de medio kilo le voy a agregar, por ejemplo, 480 gramos, porque yo quiero llegar a un punto de amargor exacto. Eso sí lo puedo modificar.


Con el grano pasa igual. Yo necesito mis 15 grados Plato de azúcares. ¿Cómo voy a llegar a ellos? Con la malta que tengo. Si van a ser 250 o 275 kilos, yo ya sé el perfil que quiero de la levadura. Para que mi levadura sea muy limpia necesito meterle 0.75 gramos por litro, si esta es nueva; si es reusada, tengo que llevármela al laboratorio para checar cuántas células tengo, cuántas requiero para no tener una fermentación estresada, y que fermente con el perfil que quiero.

Todo eso, pues sí es una receta; pero también es ingeniería de proceso. Como te decía, es un bioproceso.

—Entonces, le tienes que estar ajustando.

Ajá. Porque tenemos un dicho muy común entre nosotros [los cerveceros]: "Yo no hago cerveza; yo hago mosto".

La levadura hace la cerveza. Mi trabajo es darle las características esenciales y necesarias para que ella haga su trabajo. Muchas veces he pedido que hagamos un letrero de Empleado del Mes y pongamos [la foto de] una célula de levadura.


La jocosa idea de Eslem

Porque si la levadura dice no trabajo, ya te amolaste y no hay cheve.

Y de repente nos mete unos sustos; sobre todo cuando es levadura reutilizada. Usualmente, yo programo mis cocinadas para sacar la levadura de un tanque y meterla directamente en otro. Está terminando de jalar [trabajar] y póngase a jalar otra vez.  

También puedo sacar la levadura, almacenarla en otro tanque, guardarla en frío y luego volverla a utilizar. Cuando hago eso, a veces se tarda un poquito en arrancar. Puede tardar 12 horas o hasta un día más, a veces. Y sí me saca un susto. ¿Arrancará? ¿No arrancará? ¿Qué hago? ¿La revuelvo, le meto más? Ahí ya es el proceso para que se active. Pero, a veces, si la levadura no jala y el mosto está ahí se puede contaminar. Tenemos que comprar levadura nueva, reponer el proceso y ya perdimos unos días.


—¿Qué me puedes decir del agua?

El agua la puedes modificar a tu gusto. Tenemos ósmosis inversa, le puedo agregar sales o tener una salinidad muy limpia, una dureza muy ligera o dura (sic), dependiendo del estilo que quiera. Puedo simular cualquier tipo de agua, prácticamente.

—¿Inyectas en tu cerveza el dióxido de carbono?

Sí. No hacemos carbonatación natural.

—¿Existen defectos que surjan en el proceso que se puedan corregir y otros que no?

Así es. Por ejemplo, entre los que sí se pueden corregir está el aroma a azufre, y hay varias maneras de hacerlo. El [defecto] butírico (aroma a vómito de bebé) no hay manera rápida de arreglarlo, además de que la cerveza que se logra rescatar no puede ser del mismo estilo que se pretendía al principio.

Por el contrario, el [defecto de] diacetilo no se puede corregir.

Conclusión

No sé si estén de acuerdo conmigo, mis analíticos cuatro lectores, pero creo que nos queda muy claro que hay muchos más factores en el proceso de elaboración de buena cerveza de lo que podemos imaginar. De hecho, si simplemente pensamos en el control de la temperatura del mosto durante el proceso (que no mencionó Eslem porque ya lo tiene automatizado), nos impactaría.

Pero, imagínense que un insumo importante del proceso como la malta base o el lúpulo o la levadura, ya no fuera posible conseguirlo. Tú ya tenías bien dominada tu receta base con esos ingredientes que ya sabías bien cómo se comportaban y cómo los podías ajustar. Ahora vas a tener que experimentar y ver cómo se comporta ese nuevo insumo con los demás, para mantener el perfil que tu clientela ya conoce y aprecia. Es una ardua labor, sin duda.

Afortunadamente, en cervecería Huerca (cervezahuerca.com) Eslem cuenta con una mini planta para hacer experimentos en pequeño antes de lanzarlos a gran escala.

Poquito porque es bendito

Entonces, aunque por cariño los cerveceros le llamen cocinar a su proceso, este es bastante complejo.


La entrevista con Eslem da para otros artículos más, así que por el momento dejemos la nota hasta aquí. Espero que haya sido de su agrado.

¡Ah! Y no dejen pasar la oportunidad de probar las creaciones de Eslem más accesibles (al menos en las tiendas HEB de Monterrey): las cervezas Huerca.

Buenísimas las cuatro huercas


Con el jocoso maestro cervecero Eslem Torres 

Hasta la próxima.