Mis apreciados cuatro lectores, empiezo este artículo con la siguiente imagen.
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$800 pesos tirados al caño... |
Este es otro caso donde el sentido común es vencido por la impaciencia del marketing. ¿Por qué digo eso? Por que es evidente que en el último par de años ha habido un auge en la producción de vinos de color naranja, como el especimen que me ven vaciando en la cañería en la imagen de arriba.
No voy a entrar en detalles sobre cómo se elaboran el vino naranja, que recibe también el nombre de vino brisado o vino blanco brisado. Si les interesa saber sobre eso, los invito a dar clic en esta liga: Wikipedia/Vino_brisado.
Por lo que he leído, sé que hace muchísimos años que se elabora este tipo de vino, eso no es nuevo. Lo novedoso es el auge de muchas bodegas de todo el mundo —incluido México— por meter en su portafolio de productos un vino de este color.
Es verdad que su color es muy llamativo, poco convencional, como el que probamos Elsa y yo ayer.
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Sin duda, estaba bonito el color. |
"Pero, ¿en qué consiste la falla del sentido común a la que te refieres?", quizás se estén preguntando.
Es muy sencillo:
el vino no se bebe con los ojos.
Pretender que un vino será un éxito sólo por su color ¡es una falta de sentido común enorme!
El vino en cuestión, es un vino mexicano que me costó $800 pesos la botella (mi cartera sufrió un microinfarto ayer). En vista nos pareció muy bonito, sin duda. Pero en nariz y en boca no trae nada bueno. El aroma que despide es —y no estoy exagerando, eh— similar al de una cáscara de plátano que ya tiene un par de horas en el bote de basura en un día caluroso. Y en boca era desagradable. Tanto que ni nos tomamos las copas que serví. Casi toda la botella terminó en el caño.
¡¿Cómo es posible que saques eso al mercado!? ¿Sólo para decir que produces un vino naranja y aprovecharte del hype, ese entusiasmo desmedido promovido por el marketing? ¿En serio?
Eso es una falta de respeto para nosotros los consumidores.
Claro que sé que hay productos que quieren ser novedosos, pero tienes que respaldarlo con buena calidad. Por ejemplo, la cerveza Bantha Haze —en referencia a la leche de Bantha— que sacó la microcervecería Farland Aleworks para el Star Wars Day (Mayo 4, 2025). La pude probar en el bar Cheve Craft (@chevecraftmx) y estaba sabrosa (con frescas notas a maracuyá).
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Bantha Haze |
El famoso Vino Verde (Vinho Verde) de Portugal que he probado —spoiler: no es verde, sino blanco— ha sido de muy buena calidad, y excelente para los días de calor.
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Vinho verde portugués |
A pesar del coraje, voy a mantener mi principio editorial de no publicar notas de cata de vinos que no alcanzan las 3 estrellas de 5 posibles. No tiene caso. Tampoco voy a decir el nombre de la bodega que hizo ese vino digno de conocer —recién salido de la botella— el sistema de drenaje de la ciudad.
Y antes de que alguien pueda decir que soy malinchista por hablar así de un vino mexicano, habría que considerar lo que significa ser malinchista: actitud de quien muestra apego a lo extranjero con menosprecio de lo propio. Si eso fuera cierto, ni siquiera le daría oportunidad a ningún vino mexicano en mis reseñas, ¿y qué creen? La categoría vinos de México (den clic aquí) tiene 23 entradas en este preciso momento, y la que sigue en cantidad sólo tiene 5 entradas, que corresponde a vinos de España. Así que, "malinchista, ¡mis polainas!", como dirían los clásicos.
Ahora, si me lo permiten, vamos a probar al rato un vino rosado mexicano del que ya he recibido un buen comentario. Digo, para quitarnos el mal sabor de boca... a cáscara de plátano.
Hasta la próxima.