miércoles, 18 de junio de 2025

¡Esto es un vino a mano armada!

Mis queridos cuatro lectores, quizás les sea conocida esta escena que voy a describir:

El capitán de meseros lo recibe en el restaurante y le da la bienvenida. A continuación, lo lleva a la mesa que les asignaron a ustedes y sus acompañantes. Una vez que están cómodamente sentados, les pregunta que si desean ordenar algo de beber. Usted, quizás de buen humor por tratarse de una ocasión especial, solicita la carta de vinos porque desea pedir una botella para celebrar.

El mesero regresa con la carta de vinos y se la entrega a usted.

En cuanto usted la voltea a ver, la carta de vinos cobra vida, saca un arma, y apuntándole grita: ¡Esto es un vino a mano armada!


¿Demasiado melodramática la introducción de este artículo? No tanto, comparada con la desagradable sorpresa que nos llevamos al ver los altísimos precios. ¡Es un robo en despoblado!

¿No me creen? Pues, sin decir de cuáles restaurantes obtuve las fotos, les muestro unas comparaciones del precio menudeo de unas botellas y los precios "vino a mano armada".

Vino Chianti Ruffino (Italia), uno de mis vinos favoritos. $650 pesos mexicanos la botella en el restaurante.


Mismo vino en Soriana: $299 pesos la botella.


¿Y a cuánto venden la copa de vino Ruffino en ese mismo restaurante?

¿¡Queeeeeeeé!?

A $140 pesos mexicanos la copa, significa que con sólo dos copas ($280 pesos) ya casi recuperaron el costo de la botella de $299 pesos. Y no olvidemos que los restauranteros pueden obtener precio de mayoreo, eh.

Yo pedí una copa de este vino en ese restaurante, y la verdad, por la cantidad que me sirvieron, le pueden sacar fácilmente 6 copas a esa botella. Es decir, de los $299 pesos invertidos, obtienen por copeo $840 pesos. ¡Qué abusivos!

Aquí les dejo otras cartas de vino a mano armada de un par de restaurantes más que he visitado.

¡Están locos!


¡No abusen, caramba!

Y eso que estas son cartas de lugares normales, imagínense esos lugares pipirisnais, cómo encajan el diente con sus vinos.

Y luego se preguntan que por qué no se consume tanto vino en México como en otros países. Pues con esos precios, ¿cómo?

Por eso, como lo escribí en un artículo para Vinísfera en mayo de 2010, a quienes nos gusta el vino preferimos comprarlo en tiendas y beberlo en casa, y así evitamos estas salvajadas de asaltos en despoblado.

Nota al pie de página: si quieren leer ese artículo que escribí para Vinísfera, lo encuentran en esta liga (dar clic). Estuvo muy bueno el artículo y los comentarios, tanto a favor como en contra (siempre habrá haters).

Ah, y qué podemos decir del dichoso descorche, esa cantidad de dinero que tienes que pagar al restaurante como derecho para poder abrir una botella que tú mismo llevaste.

Oigan, es otro robo. Hay restaurantes aquí en Monterrey donde te cobran $500 pesos de descorche. ¡$500 pesos! Como decía Héctor Suárez: ¿Qué nos pasa?

Mejor dicho, ¿qué les pasa a estos restauranteros?

Este tema da para mucho más, pero aquí lo dejamos por el momento.

¿Les ha pasado a alguno de ustedes, estimados lectores, ser víctima de este robo? Pueden dejar un comentario y compartir su experiencia si gustan.


Hasta la próxima.



martes, 17 de junio de 2025

Vendimia | por Ernesto Clemenza

Mis queridos cuatro lectores, no había leído algo así, tan poético, desde El Cantar de los Cantares. De mi autor invitado: Ernesto Clemenza.


 

Vendimia

por Ernesto Clemenza


Eran sus labios las primicias de la vendimia. 
¿Cómo no querer quedarme ahí y cosecharlos para siempre? 
Porque un día fueron macerados con la furia insulsa de la desilusión, para después ser trillados por el olvido… 


¡Venid a mis manos, vid mía! 
Dejad que mis dedos acaricien tu mosto. 
Dejadme revivir la semilla que alguien algún día dejó olvidada. 
Dejadme ponerte una guía para que tus pasos se queden bien firmes, para que tu vida sea retomada por ti, que tu corazón vuelva a latir y tus frutos a brotar. 


¡Venid, amada mía!
Para arroparte con ternura; que tus más brillantes jubileos aún no brotan. 
¿Me dejaras presenciarlos?


Crece a mi lado y florece vibrante, 
que de tu interior vendrá el vino que me regocije el alma mortal. 
Deja que beba de ti y embriágame de tus cosechas. 
Quiero catar cada una de tus añadas.



domingo, 15 de junio de 2025

Educando el paladar del mexicano para el vino

Mis queridos cuatro lectores, me he estado preguntando si no estaremos poniendo la carreta delante del caballo.




¿De qué estás hablando, Willis?


Ah, sí. Perdón. El contexto. Estoy hablando respecto a tratar de educar el paladar del mexicano para el vino: que le interese probarlo, que le guste, que lo consuma y finalmente lo aprecie y quiera compartirlo con los demás.

Es que siento que en México es como si en vez de enseñarle aritmética básica a los niños en los primeros años de la escuela primaria, empezáramos ¡con ecuaciones diferenciales!

En vez de esto...


...empezamos con esto.

Digo esto porque, en la mayoría de los artículos y videos que encuentro en internet sobre vino, se quiere enseñar a catar el vino ¡antes que enseñar a disfrutarlo!

Por ejemplo, se utiliza un lenguaje enredado y rimbombante (apantallador) para describir el vino que se tiene en la copa, en vez de un lenguaje sencillo y llano.

El sommelier echando su cuento...

Es decir: ¡se está asustando a los posibles interesados en vez de hacer que se acerquen! Definitivamente, eso no ayuda en absoluto a educar el paladar del mexicano.

Miren ustedes, mis agudos y perspicaces lectores: las más recientes estadísticas (pueden leer la nota aquí) indican en el México únicamente el 5% de la población consume vino regularmente —2 botellas de vino al mes—. Como hay quienes dicen que ese porcentaje en realidad debe ser 8%, vamos a poner un número más alegre —aunque no sea cierto— para fines del ejemplo: digamos que el 10% de los mexicanos consume vino regularmente.

¿Y qué pasa con el otro 90%? ¡Es un montón de gente! Estamos hablando de personas que no lo consumen en absoluto o, a lo mucho, lo consumen en una copa para celebrar el año nuevo, y párenle de contar.


Nota al pie de página: Al decir vino me estoy refiriendo al vino de mesa, la bebida que se obtiene de la fermentación de la uva (sea espumoso o sin burbuja); no incluye ni tequila, ni mezcal, ni vodka, ni Caribe Cooler, ni nada de ese tipo.

 

Al releer el ejemplar No. 1 de la revista Vinísfera (marzo-abril de 2008), en la cual incluyeron entrevistas  a varios jóvenes sobre el vino de mesa, ellos respondieron cosas como:

—"El vino es para personas mayores".

—"Se me hace amargo".

—"Me recuerda a papá, porque es quien abría la botella".

Fueron apenas un par de jóvenes que dijeron que sí les gustaba el vino. Ese panorama no ha cambiado mucho al día de hoy.


ENTONCES, ¿QUÉ HACER?

Como todos sabemos, e incluso lo publiqué en mi artículo ¡Hey, créanme! Hay vida después del Lambrusco (lo pueden leer en esta liga), en México nos encanta el sabor dulce, ya sea en alimento (pan dulce, por ejemplo) o en bebida (como la Coca Cola). Bueno, pues hablando con mi buen camarada sommelier y winemaker Osvaldo Tinoco (@tinocosommelier) sobre este mismo tema, me di cuenta de que él leyó muy bien esta oportunidad de mercado, y se enfocó primero en educar el paladar, introduciendo en su línea de vinos jóvenes Flöw vinos semidulces, los cuales son un verdadero éxito con las personas que quieren, como dicen, "aprender de vino". Son vinos que gustan mucho y se le acaban pronto en los eventos y festivales a los que va.

La razón: son vinos de muy buena calidad (ya los he probado) y de sabor "dulcecito". Y, además, Osvaldo deja que primero lo disfruten, que les guste, ¡y no se pone a tirar un choro mareador típico de sommelier!

Les digo: primero se necesita que aprendan a disfrutarlo. La primera pregunta debe ser: "¿Te gustó?", y no empezar con preguntas como "¿Qué te dice el examen organiléptico que realizaste?, ¿qué aromas o sabores detectas?, ¿notaste si tiene barrica o no?, ¿cómo sentiste los taninos?, bla, bla, bla. 

¡Prrrrrrrrt! Suena una soberana trompetilla con dedicatoria a... quien corresponda.

Si los interesados apenas están empezando en el mundo del vino, como decía Clavillazo: "La cosa es calmada". (Puntos extras si lo leyeron con su voz)

Por lo tanto, lo que se puede empezar haciendo es recomendando vinos de sabores dulces a semidulces, pues éstos abren la puerta para que, después, se desee pasar a probar los vinos secos, los que no son dulces. Lo digo por experiencia, pues personalmente, el primer vino que captó mi atención fue el Riunite rosado.

Bien frío es muy sabroso.

Se trata de abrir la puerta, y no hacer que la cierren a la primera oportunidad porque quisimos que apreciaran un Grand Cru francés.

Recordemos: la aritmética va mucho antes de llegar a las ecuaciones diferenciales o la "Transtornada de Laplace" —como le decíamos de cariño en la FCFM— .


Ahora bien, ¿se ha intentado en México antes hacer esto de acercar el vino a los jóvenes, de una manera más amena, despreocupada y masiva, en vez de la típica cata acartonada de una bodega o tienda de vinos? Sí, de hecho sí se ha hecho el intento.

Somos muchos los de la generación X que el primer vino que probamos fue el famoso Padre Kino, de la bodega Casa Pedro Domecq, avecindada en Baja California, allá en los años 80s.

Padro Kino blanco

Padre Kino tinto

Cómo olvidar su envase único, muy fácil de abrir (no se ocupaba sacacorchos) y con forma de florero, lo cual hacía que muchos lo conserváramos para otro uso. Yo aún tengo uno de esos envases y lo utilizo como decantador.

Miren, estos son los comerciales de los años 1984 y 1985 que circularon por la televisión abierta sobre este vino. Tenía una cancioncita muy pegajosa, la cual algunos todavía recordamos aunque la escuchamos en la niñez.


Este humilde vino hasta llegó a tener ficha técnica en internet, antes de que descontinuaran su producción.

Ficha técnica del Padre Kino blanco


Ficha técnica del Padre Kino tinto


Este vino era sumamente básico, pero la idea no era ganar la Gran Medalla de Oropel del ultra mega famosísimo Concurso Mundial de Bruschetta. No, más bien se quería acercar de manera agradable el vino a los jóvenes. No era un vino seco que repeliera a los paladares primerizos, sino que era más bien afrutado, amable, sencillo y llano que se recomendaba beber frío.


¿Y en la actualidad? Pues se pueden encontrar en la localidad buenos ejemplos de vinos dulces a semidulces para que los neófitos empiecen disfrutando del vino, y después puedan escalar a otros vinos.

Ejemplos de esos vinos son:



Sommelier y winemaker Osvaldo Tinoco



Otros vinos dulces y semidulces que me han recomendado y he probado son estos que se consiguen en la tienda HEB:

Perla Rossa Merlot bien frío


Vinos de La Redonda, tinto y rosado


Blanc de Zinfandel de L. A. Cetto



En resumen, mis queridos cuatro lectores, hay que descomplicar el mundo del vino, como siempre ha pretendido el espíritu de Prometeo embotellado (aquí la nota).

¡Hay que divertirse probando!



¡Vamos a educar el paladar mexicano para el vino!

Asistentes a la cata privada de Flöw con Osvaldo Tinoco


Hasta la próxima.




domingo, 8 de junio de 2025

La maldición de Disneylandia


Hola, mis queridos cuatro lectores. Acerca del título de este breve artículo, aclaro que no pretendo ni referirme a las malas decisiones tomadas por la empresa de entretenimiento Disney respecto a sus últimas películas.

No, me refiero a algo más personal. Miren, es domingo por la noche, y viene a mí un recuerdo de infancia: me recuerdo viendo la televisión en casa con mi familia, específicamente en el canal 6 (XHGC), cuando empieza la canción que aparece en el siguiente video:

¡Va a empezar Disneylandia!

Y, aunque pudiera parecer que era un momento alegre por las caricaturas que fueramos a presenciar —por enésima ocasión—, al mismo tiempo se hacía un nudo en el estómago ante la inminente realidad: mañana será lunes y tendremos que iniciar una semana más de clases en las escuela. ¡Ouch!

No creo ser el único que sigue teniendo esta poco grata sensación, a la cual ya los estudiosos le han puesto nombres: "síndrome del fin de semana", "síndrome del domingo" y "la angustia del domingo". Hay muchos artículos al respecto (en esta liga les comparto sólo uno).

Aunque pasa con menos frecuencia y a menor grado, todavía me sucede. No sé si a algunos de ustedes les pase también.

Pero ¡hey!, después de todo, sobrevivimos y aquí estamos, ¿no?

A terminar la nochecita de domingo, dejar todo listo para mañana... y a mimir.


Hasta la próxima.












viernes, 30 de mayo de 2025

Falacias: qué son y algunos ejemplos

Mis queridos cuatro lectores, hoy se me antojó compartir con ustedes, un público culto y conocedor, este artículo que escribí allá por agosto del 2009, sobre un tema que siempre me ha parecido interesante. Espero que para ustedes también lo sea.



Una falacia es la aplicación incorrecta de un principio lógico válido. Se trata de un tipo de razonamiento erróneo y, aunque pueda verse como un término filosófico muy elevado, la falacia es más común de lo que pensamos, pues incurrimos en ella todos los días, y es la razón por la que muchos matrimonios fracasan, mucha gente no se cura o se muere, por la que se vota por tal o cual candidato o por la que las familias y los amigos se distancian, entre otras cosas. En su sentido inverso, la publicidad se vale de un tipo específico de falacia –el argumentum ad hominem- para connotar la calidad o exclusividad de determinado producto a través de la afirmación tácita de que una “celebridad” lo avala.

 

Falacias no formales o cómo identificar lo rebatible.

Las falacias enturbian la comunicación porque son juicios que parecen verdaderos, pero no lo son. Identificarlas es útil para expresar claramente nuestras ideas y para impedir que otros nos manipulen. Basta con leer los anuncios de la calle para que empiecen a saltar a nuestra vista. Son tan usuales desde tiempos tan antiguos, que están clasificadas en latín. La siguiente es una lista de las falacias no formales.

 

Falacias no formales más frecuentes

1. Ad baculum que apela al báculo—: sostiene la validez de un argumento basándose en la coacción, la intimidación y en la amenaza del uso de la fuerza.

Si no votas por quien ya sabes, vas a perder lo que ya sabes.

 

2. Ad consequentiam —que apela a las consecuencias—: consiste en negar la veracidad de un argumento sólo por las posibles consecuencias negativas del mismo.

Seguro que hay vida en otros planetas; si no, sería un terrible desperdicio de espacio. 

[Tomado de la película Contacto (1997)]

 

3. Ad hominem —que apela a la persona—: basado en la descalificación al interlocutor o a otra persona aludida. Se incurre en este tipo de falacia cuando se tergiversa un argumento válido y se afirma que X es una proposición falsa porque la persona que la afirmó tiene algún defecto atacable, en lugar de preocuparse por la veracidad de X. En otras palabras, cuando en lugar de ocuparse de la validez de la proposición, se hace una crítica moral del interlocutor. La falacia entonces consiste en eludir el tema y dar sólo una opinión personal irrelevante sobre la moralidad del otro y se construye así:

1. A afirma X

2. Hay algo cuestionable acerca de A

3. Por tanto, X es falso


Este argumento abusivo —tambien llamado argumentum ad personam, tan utilizado en política, negocios y cuestiones civiles, no es más que una de las múltiples perversiones de la lógica sensata. Ahí les van algunos ejemplos:


—Juan dice que Miguel es un estafador.

—¿Juan? Mira, ese mejor que se calle, que yo lo he visto detrás de las niñas del instituto.

El hecho de que Juan se sienta atraído por las jovencitas no invalida su argumento de que Miguel sea un estafador; además ambos hechos carecen de relación entre sí.

 

—¿Ya viste la última película de Tom Cruise?

—No, pero ha de ser malísima, ese tipo anda en la Cienciología.

Es cierto que Tom Cruise es seguidor de la Cienciología, pero eso no determina que sus películas sean buenas o malas.

 

—Doctor (gordo): Señora, si usted quiere curarse, tiene que bajar de peso.

—Señora (pensando): Yo a este triste gordo qué le voy a hacer caso, con lo que él debe de tragar.

Que el médico esté gordo no tiene nada que ver con el hecho inaplazable y cierto de que la mujer debe adelgazar.

 

Pero ojo, no todo es falaz en el argumentum ad hominem, ya que muchas veces lo que hace o es un personaje sí puede interferir con lo que dice; un ejemplo de esto es cuando Bill Clinton juró decir la verdad siempre, pero mintió sobre su relación con Mónica Lewinsky, lo cual contradecía sus declaraciones; y no se trata de su vida sexual ni de su capacidad para gobernar sino de su honestidad. O bien, cuando una actriz famosa por su buen cuerpo recomienda hacer tales o cuales cambios en la alimentación; quizá dicha actriz sea tonta y sus opiniones en otro aspecto —como política o cultura— no sean dignas de tomarse en cuenta, pero, en este caso, sus consejos sí pueden ser veraces, porque quizá debido a éstos ella tiene ese cuerpo.

 

4. Ad ignorantum —que apela a la ignorancia—: se dice que algo es verdad sólo porque no se ha probado su falsedad.

—¿Que tu hermana fue abducida por alienígenas? Eso es ridículo— dijo Scully.

—Bueno, mientras no puedas probar lo contrario, tendrás que aceptar que es cierto— respondió Mulder

[Tomado de la serie de televisión Los Expedientes secretos X]

 

5. Ad misericordiam –que apela a la lástima-: busca que el interlocutor acepte la verdad de una conclusión por piedad o compasión.

No puede ser que mi trabajo esté mal redactado: pasé dos noches sin dormir para hacerlo.

 

6. Ad nauseam —hasta la nausea—: se apela a que un tema se ha discutido tanto —hasta el hartazgo— que no vale la pena cuestionarlo.

¡Ay, ya, por favor!, llevamos años discutiendo esto y no llegamos a nada; mejor digamos que es cierto.

 

7. Ad numerum —por número—: consiste en afirmar que cuanta más gente sostenga una proposición, más cierta es.

Tenemos casi 4000 farmacias en el país, ¿aún crees que los medicamentos genéricos no sirven? 

[Tomado de un espectacular]

 

8. Ad populum —que apela al pueblo—: muy similar a la falacia anterior, pues también invoca al número de personas que sostienen un argumento, pero además llama a los sentimientos y no al razonamiento.

Negar el milagro del Tepeyac sería ir en contra del fervor de millones de mexicanos.

 

9. Ad verecundiam o magíster dixit —que apela a la autoridad o “lo dijo el Maestro”—: defiende que algo es cierto solamente porque lo ha dicho una autoridad o un personaje destacado; sin embargo, no se puede desechar por falaz un argumento cuando el personaje es un experto en la materia.

El Papa, el mismísimo Santo Padre, ha bendecido hoy al señor Corleone. ¿Se cree usted más listo que el Papa? 

[Tomado de la película El Padrino III (1989)]

 

10. Cum hoc ergo Procter hoc —junto con esto, a consecuencia de esto—: se da por sentada una relación causa-efecto entre dos cuestiones que no necesariamente la tienen.

Ese joven usa rastas; debe de ser drogadicto.

 

11. Dicto simpliciter —del accidente—: falacia deductiva en la que, por simplificación, se toma una propiedad accidental para definir lo general, y se omiten o eliminan las excepciones aceptabes.

Todas las mujeres manejan mal.

 

12. Del dominó o la pendiente resbaladiza: da por ciertas consecuencias que no son seguras y, a veces, ni siquiera probables.

Hoy compras una película pirata; mañana clonan tu tarjeta.

 

13. Non causa pro causa —de la falsa causa—: confunde una causa con algo que no lo es, o toma como condición suficiente para un acontecimiento algo que no califica como tal.

No tomes Red Bull: anoche me tomé diez con vodka y no sabes el daño que me hizo.

 

14. De la generalización apresurada o la conclusión precipitada: concluye algo general con base en uno o pocos casos.

Llegando al aeropuerto de París me robaron mi equipaje. Esos franceses son todos unos ladrones.

 

15. Del espantapájaros —strawman—: para debilitar al interlocutor, rebate su argumento, pero tergiversándolo.

Dices que me amas, pero para ti eso es dejarme sola; si no quieres que vaya contigo a la fiesta es porque algo me estás ocultando. 

[Tomado de cualquier novia celosa]

 

16. Del secundum quid —de acuerdo a cualquier cosa—: cuando el argumento implica la negación de que las reglas generales tienen excepciones o si se aplica una regla general a una excepción.

No es cierto que sea buen cirujano: ayer se le murió un paciente.

 

17. Falso dilema: cuando se presenta la situación como si sólo hubiera dos alternativas posibles, o cuando se emplean términos en disyuntiva que no son ciertos, exhaustivos o concluyentes.

Si no te gusta el cine mexicano, es porque eres un malinchista.

 

18. Sofisma patético: busca la manipulación de los argumentos y la persuasión a través de las emociones.

Dolor es recibir la llamada del secuestrador de tu hija. Pena de muerte a asesinos y secuestradores.

 

19. Petitio principii —o petición de principio—: se trata de dar como premisa la conclusión que pretende demostrar.

—¿Por qué dices que la influenza es mortal?

—Porque es influenza.

 

20. Por ambigüedad: cuando se emplean palabras en más de un sentido o cuando éste no queda explícito.

La perra de tu hermana es una estúpida.

 

21. Tu quoque —tú también: no se dan razones; se intenta debilitar al interlocutor con un “tú también lo has hecho” o “también lo has dicho”.

—Oye, no está bien que les grites tanto a los niños…

—¡Ay, tú mejor cállate, que el otro día le gritaste a tu mamá!

 

Es difícil detectar estos argumentos falaces, pero están ahí, todos los días, al acecho. Pónganse aguzados.

 

Hasta la próxima.



viernes, 23 de mayo de 2025

El hígado, las aminotransferasas y tú

Mis queridos cuatro lectores, en este artículo de mi blog quiero compartirles algo que considero importante, pues está relacionado con la salud y con el consumo de algunas bebidas que he mencionado aquí.

Aunque algunos de ustedes ya sepan cuál es la función del hígado —o si no, lo pueden buscar en Google como yo lo hice—, en corto les comento que el hígado ayuda al cuerpo a digerir alimentos, almacenar energía y, la que nos compete ahora, eliminar toxinas. Es decir, ayuda a limpiar la sangre que circula por todo nuestro cuerpo, una función evidentemente vital.

Ahora, ¿qué son las aminotrasferasas que menciono en el título? Pues son unas enzimas que sirven como indicadoras en los exámenes de sangre. ¿Y qué indican? Pues indican que si al hacerte un examen de sangre éstas aumentan más del rango normal, puede haber un daño en el hígado, precisamente. 

¿Qué tipos de daño? Los posibles son daños hepáticos (en el hígado), musculares o cardíacos entre otros. 

Entonces, cuando esto sucede es una señal evidente de que algo no está bien, y hay que revisar qué puede estar pasando.


Como ustedes han de saber, audiencia culta y conocedora, la cirrosis —junto con la hepatitis— es una de las enfermedades más conocidas del hígado, con gravísimas y hasta fatales consecuencias.

Puede ocasionarse por uno de los enemigos más fuertes del hígado: el alcohol. Aunque también existe la cirrosis medicamentosa, pues hay medicamentos que son hepatotóxicos, es decir, que dañan el hígado, pero a los pacientes no nos queda otra más que tomarlos, pues la alternativa sería peor. 

No se asusten, mis valientes lectores, esto se puede solucionar con equilibrio, ejercicio, buena alimentación y moderación en los hábitos.


—Oye, qué solemne se puso el Rafa. ¿Pos qué trae?


Mis apreciados lectores, les comparto que ya llevo casi 10 años tomando Atorvastatina, el medicamento que me ayuda para poder deshacer la grasa arterial que mi cuerpo no desecha bien (aquí la nota donde lo expliqué), y resulta que ésta es una de esas medicinas hepatotóxicas. De hecho, ya somos millones de personas en el mundo tomando algún tipo de estatina. 


¿Qué es lo que se puede hacer para mantener a raya los indicadores de transferasa y cuidar la salud del hígado? Como no se puede dejar de tomar el medicamento (ni ganas de volver una cuarta vez al quirófano), es indispensable moderar la ingesta de alcohol. 

Se habla mucho del "consumo responsable", pero cuando se tienen enfermedades que no se tenían hace décadas, hay que ser más responsable todavía.


En caso de que no se hayan hecho algún examen de laboratorio donde aparezcan las transferasas, hay otro indicador más visual  de si algo podría no andar bien con el hígado, y es la llamada panza chelera

Como el hígado también ayuda a descomponer las grasas, y prepararlas para su posterior digestión y absorción, cuando éste se está dañando entonces no puede hacer bien su trabajo, por lo que se le acumula la grasa y se puede convertir en una enfermedad llamada hígado graso, de graves consecuencias.


Este, mis queridos cuatro lectores, fue un anuncio de XHGC al servicio de la comunidad. Espero sea de utilidad.

Pronto volveremos con más notas de cata, porque con equilibrio y moderación, todo se puede.

Hasta la próxima.



lunes, 19 de mayo de 2025

sábado, 17 de mayo de 2025

Flöw Blanco Espumoso Semidulce | Flöw | s/a | México | Blanco | Semidulce

Mis queridos cuatro lectores, dice el buen libro que Dios le dijo a Abraham (o Abrahán, en castellano, según la RAE): "Escucha a tu esposa" —palabras más, palabras menos—. 

¿Por qué traigo esto a colación? Bueno, es debido a que el vino que se reseñará en esta ocasión lo probamos ya dos veces. Y la segunda ocasión fue para confirmar el maridaje recomendado por mi esposa, Elsa, tras probarlo la primera ocasión. 

Flöw Blanco Espumoso Semidulce

Este vino mexicano es el hermano del tinto espumoso de Flöw reseñado la ocasión anterior (aquí la nota), que sinceramente nos asombró. 

No se diga más y entremos en materia, ¿les parece? Pasemos a la nota de cata correspondiente.

  • Vino: Flöw Blanco Espumoso Semidulce
  • Cosecha: sin añada
  • Productor: Flöw Wines (Instagram: @flow_wine)
  • País: México
  • Región: Valle de Santo Tomás, Baja California
  • Uvas: chardonnay y chenin blanc
  • % alcohol: 10
  • Comentarios: Fermentación parcial, método "cuve close" pero sin añadir azúcar
  • Precio: $450.00 pesos mexicanos (directamente con el productor)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: **** (4 de 5)
  • Disfrutado el día: 26 de abril y 3 de mayo de 2025


Vista del vino Flöw Blanco Espumoso Semidulce

Servido en su copa de flauta, para disfrutar viendo a las burbujas en su loca carrera por llegar primero a la superficie, este vino presenta un bonito, limpio, acuoso y diluido color amarillo verdoso.

Su nariz es aromática, con notas de frutas blancas (personalmente, me resaltó el aroma a lichi)  y flores blancas y levemente algo de levadura.

Pero, de nuevo, como su hermano tinto, es en la boca donde se presenta lo mejor. No es tan potente en sabor como su hermano tinto, lo cual es esperado en un vino blanco de estas características, pero no lo demerita en absoluto.

Como dice la etiqueta, es un vino semidulce —les encantará a quienes gustan de vinos "dulcesitos"—, y tiene muy buena acidez, se siente muy viva. Es de cuerpo ligero, por supuesto.

¿Y qué sabores se perciben? Es sumamente frutal —como su hermano; ha de ser de familia—, con notas de durazno, de mango, y algo mineral, que en lo personal me gustó.

Aunque este es un vino muy sabroso que, sin problema, se puede disfrutar así solito, sin comida, como para tomarse una copita de este vino enfriado, en un día caluroso, vamos a hablar del maridaje de esa ocasión.

La primera vez que lo probamos, fue para acompañar un postre casero que el buen Salvador Costa, de La Boquería, me contó que le preparaba su abuelo, de origen catalán. Quizás luego les pase la receta.


En esta ocasión, no me quedó bien el maridaje, sino que más bien fue un "arrejuntaje". Mea culpa.

Pero Elsa, con su inquieta mente gastronómica, se le ocurrió traer una hoja de nori seca y lo probamos juntos. Mmm, nada mal.



En ese momento, quedó decidido darle una segunda oportunidad de maridaje a este vino. Así que, ni tardo ni perezoso, le mandé un mensaje a Osvaldo Tinoco y le pedí que me separara otro par de sus vinos espumosos.

La revancha estaba acordada.



Flöw blanco espumoso con sushi "mangoso" y con nori

Elsa escogió los rollos de sushi de Nikkori para la revancha de este vino. Los elegidos: el Rollo Mangudo (por dentro: camarón, aguacate y queso crema; por fuera: cubierto con mango), y el Rollo Marco (por dentro: arroz frito, aguacate, queso crema y camarón capeado; por fuera: capeado con salsa de anguila).

¿El resultado? ¡Este sí que fue un buen maridaje! 

Ven, les digo que mi "marida" sí marida. ;-)

La clave en ambos casos fue, a mi parecer, el mango de uno de los rollos (Osvaldo me comentó después que este vino queda bien con ceviche con mango), y el nori horneado, del que siento se acentuó su sabor debido a esa nota mineral que tiene.

Ah, pero faltaba el postre. Digo, ya entrados en gastos, vamos a maridar eso también, ¿no?


Flöw blanco espumoso con unos pastelitos de Panyoli

De los mini pasteles de la pastelería Panyoli, escogimos el mostachón de mango y el cheesecake de limón, para probar.

¿Adivinen cuál le quedó mejor a este vino? Exacto: el mostachón de mango. De hecho, le quedó buenísimo.

"Escucha a tu esposa", resonaba en mi cabeza. Me alegro de haberlo hecho. 

Este vinito, como su hermano, está buenísimo, y le doy 4 de 5 estrellas en mi Relación Precio Calidad (RPC).

Como les dije en el artículo anterior, mándenle un mensaje de Whatsapp a Osvaldo al celular (+52) 81 1807 0815, antes de que se le acabe.

Hasta la próxima.


domingo, 11 de mayo de 2025

Flöw Tinto Espumoso Semidulce | Flöw | s/a | México | Tinto | Semidulce

Continuamos con las notas de cata, mis cuatro lectores entrañables. En esta ocasión, toca el turno a un vino que se cuece aparte. O sea, aunque sí he probado antes vinos tintos espumosos semidulces, este vino no se parece a nada que haya conocido.

Flöw Tinto Espumoso Semidulce

Y, si acaso, por leer que se trata de un vino tinto espumoso semidulce, llegáramos a pensar como Robin, podríamos merecer la corrección de Batman.

Wine slap!


No, mis queridos lectores, nada que ver con un Lambrusco ni con un Brachetto D'Aqui ni nada que pueda parecernos similar.

Tuve la oportunidad de platicar recientemente en persona con Osvaldo Tinoco (Instagram: @tinocosommelier), sommelier y productor de estos vinos mexicanos Flöw (Instagram: @flow_wine), quien me explicó que este vino fue elaborado mediante el método "Cuve close" (donde la segunda fermentación se realiza en un tanque de acero inoxidable, ahí se forma la burbuja) y con la técnica de fermentación parcial (no se completa la fermentación alcohólica, dejando así una parte de azúcar de la fruta sin ser consumida por las levaduras). PERO —permítaseme el uso de las mayúsculas para dar mayor énfasis— sin "charmatizar", es decir, sin añadir azúcar, algo común en el método Cuve close. Osvaldo y su equipo, tras mucho intentos, consiguieron que la segunda fermentación se realizara con el azúcar propio de la fruta, la uva. Todo un logro.

Y eso, precisamente, es lo que hace muy diferente a este vino tinto espumoso semidulce.

Pasemos, pues, a la nota de cata.
  • Vino: Flöw Tinto Espumoso Semidulce
  • Cosecha: sin añada
  • Productor: Flöw  (@flow_wine)
  • País: México
  • Región: Valle de Santo Tomás, Baja California
  • Uvas: zinfandel, merlot, shiraz y malbec
  • % alcohol: 10
  • Comentarios: Fermentación parcial, método "cuve close" pero sin añadir azúcar.
  • Precio: $450.00 pesos mexicanos (directamente con el productor)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: ***** (5 de 5)
  • Disfrutado el día: 26 de abril de 2025

Por tratarse de un vino espumoso, obviamente lo servimos en copas de flauta.

Vista de Flöw Tinto Espumoso Semidulce


Es de mediano color rubí, limpio y brillante (como se sirve frío, la copa se opaca un poco). La burbuja, por supuesto está presente. 

En nariz presenta aromas de moderada potencia, dando una engañadora nota a sangría.

¡Ah!, pero en la boca... es otra historia. Obviamente, es semidulce; con una acidez suave y de cuerpo ligero. Pero es de sabor potente, y lo que sobresale es su frutalidad, por supuesto a uva, pero es un sabor que te llena toda la boca, y deja en el retrogusto una nota como perfumada. Es algo sorprendente, no sé cómo explicarlo de otra manera.

Aunque tiene 10 grados de alcohol, éste se siente tan bien integrado, y es tan agradable el vino, que te acabas la botella sin darte cuenta; es en serio. Su nota semidulce, muy particular, y su acidez, crean una combinación increíble.

Nosotros, en esta ocasión, acompañamos este vino con un salmón, con un espagueti con pesto de arúgula, y una focaccia casera que nos trajeron unos queridos amigos. Le quedó bastante bien.



Ah, y para el postre, esos amigos también nos regalaron unos dulces muy especiales: traídos desde Japón, se llaman Sagu Langue de Chat (lengua de gato) y son de chocolate con vino de Hokkaido. Son una delicia. Y con este vino tinto espumoso semidulce quedaron de perlas.



Osvaldo Tinoco, el productor, me comentó que este vino también ha quedado bien con los siguientes maridajes: tacos de trompo, tacos de pastor, lechón, pulpo zarandeado, pizza de peperoni (platillos ligeramente salados), entre otros. Y respecto a postres: con chocolates amargos y semiamargos, como un postre tipo fondant de chocolate que dentro tiene chocolate semiamargo.

Sinceramente, este vino me dejó sin palabras, y le doy 5 de 5 estrellas en mi Relación Precio Calidad (RPC).

Es un vino que tienen que probar. Se los recomiendo ampliamente. Mándenle un mensaje de Whatsapp a Osvaldo al celular (+52) 81 1807 0815, antes de que se le acabe.

En la próxima nota, hablaremos de su vino blanco espumoso.

Hasta la próxima.