miércoles, 1 de enero de 2025

Meta cumplida: llegar al 2025

 


Un momento, permítanme. Uno, dos, tres y... cuatro. Muy bien, todo en orden. Sólo estaba pasando lista de mis cuatro lectores.

Mis queridos, les comento que este es el primer artículo de esta sección de Reflexiones, en la que quiero expresar algo más personal. Es todo.

Y la inauguro diciéndoles que estoy feliz de haber cumplido una meta. No, no es la de reabrir mi blog —eso ni lo tenía planeado—, sino la de haber pasado al año 2025 sin entrar a quirófano, rompiendo así la racha de cada tres años.

Yep. 2015, 2018 y 2021. Cada uno de esos años, por un problema cardíaco que tengo, tuve que entrar a que me hicieran un cateterismo, y en 2015 y 2018 fue necesaria una angioplastía.

¿Qué es eso? Es cuando tienes una arteria del corazón tapada por una placa de grasa y deben entrar a tu corazón a destaparla, como se muestra en estas ilustraciones: puede ser que entren por una arteria de la pierna (una vez conmigo) o por la de un brazo (las otras dos), llevan un globito con una malla llamada Stent, y donde esté la obstrucción, inflan el globito lo cual despliega la malla y esta se queda expandida. Desinflan el globito y lo retiran, y la malla abierta permite el paso de la sangre que estaba obstruido.



Los cardiólogo llaman lesiones a las arterias tapadas. En mi caso, cuando entré por primera vez en el 2015, el Dr. Cecilio Enríquez detectó que "la arteria descendente anterior muestra una lesión crítica en su tercio proximal de 97%...".

Es decir: tenía esa arteria —que provee casi el 60% de la sangre al corazón— tapada en un 97%. 

Mi esposa Elsa me dice que el doctor le comentó que a esa le llaman "La lesión de la viuda". Afortunadamente, y gracias a Dios, en mi caso no cumplió con su apelativo.

En 2018, se me tuvo que practicar una reestenosis, lo que significa que debido a que se empezó a cerrar el Stent que me habían puesto tres años atrás (ya estaba cerrado en 70%), tuvieron que aplicar el mismo procedimiento, pero ahora me colocaron dos Stent medicados más. El doctor Oddir Jáuregui fue quien hizo la operación esta vez.

Y, la última vez, en 2021, en plena pandemia, de nuevo estuve en quirófano, pero esta vez no encontraron ninguna lesión (taponamiento), sino que las palpitaciones anormales que tenía fueron debido a que desarrollé una fibrilación auricular. Esto es peligroso porque esa arritmia rara (se siente como un aleteo, como si tuvieras un pájaro atrapado dentro del pecho y quisiera salir volando), puede ocasionar coágulos que, si se llegan a ir a cualquier parte del cuerpo, pueden causar problemas sumamente serios —y hasta la muerte, claro—.

Lo bueno es que esto último con medicamento se puede manejar. Claro, se añadió otra medicina más a todas las demás que ya tomaba, pero al menos es manejable, gracias a Dios. Y claro, hay que ser disciplinado.

¿Qué factores desencadenaron mi condición, si siempre había sido deportista y nunca he tenido sobrepeso? Bueno, principalmente dos cosas: el estrés crónico (¡maldito!) y la hipercolesterolemia familiar, que es una enfermedad que heredé de papá, y aparentemente fui el que se sacó el tigre en la rifa porque ninguno de mis hermanos —afortunadamente— la tiene.

Así que, mis queridos lectores, estoy feliz porque cumplí mi meta de romper la maldición de los "tres años y a quirófano".

No, no estoy celebrando la llegada de un nuevo año (yo no celebro esas fechas).

Simplemente, como decía el grupo Rare Earth en su famosa canción: 

I just want to celebrate another day of livin'...




Pueden buscarla en Youtube.


Hasta la próxima.


8 comentarios:

  1. Esperemos que siga la buena racha, amigo

    ResponderEliminar
  2. Muy bien hecho Rafa! Que sigas con buena salud y que te cuidas!

    ResponderEliminar
  3. No sabía de tu condición, Rafa, pero gracias a Dios este año tu salud fue buena y deseo siga así. Saludos!

    ResponderEliminar
  4. Gracias. A seguir con la buena racha. :-)

    ResponderEliminar
  5. Así es, hay que cuidarnos, agradecer y disfrutar, la vida es bella.

    ResponderEliminar
  6. ¡Ha seguir en la lucha por la vida y por la fe!

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario. Este será revisado, y en caso de pasar un estricto control de calidad (jajajaja, hasta yo me la creí), se decidirá si pasa a la catafixia (donde puede mejorar o empeorar, no lo sabemos). Si eres un bot, ni lo intentes. Si no lo eres, pero quieres serlo, busca ayuda amigo(a).
Ahora sí, adelante, Shakespeare.