Mis queridos cuatro lectores, voy a iniciar este artículo con una pequeña historia.
LO QUE USTEDES VAN A LEER A CONTINUACIÓN ESTÁ
BASADO EN LA VIDA REAL.
(ÚNICAMENTE LOS HECHOS FUERON CAMBIADOS)
Érase una vez un wineblogger que, algo cansado del mundo del vino —o más bien, de la actitud de alguna gente alrededor de éste— decidió buscar nuevos horizontes llenos de esperanza y alegría, las cuales había perdido en buena parte del camino.
¿Qué fue lo que nuestro wineblogger, flaco —aún—, ojeroso, cansado y sin ilusiones, divisó en el panorama?
"Mmm, cerveza". (Puntos extras si lo leyeron con la voz de Homero Simpson).
Así que, este apóstol de la vinangelización, empezó a buscar información sobre la cerveza, y llegó a tal grado que, en la revista especializada en vino llamada Vinísfera [año 2, número 11], se publicó su artículo "Tour cervecero".
Pero, ¿encontrará nuestro protagonista en el mundo de cerveza aquella alegría, ese gozo que había perdido por bloguear?
El destino —y Google— quisieron que nuestro vinangelizador diera con una página web, más específicamente con un blog, que escribía sobre cerveza.
Su nombre: In Cervesio Felicitas [incervesio.blogspot.com].
(Nota al pie de página: Como la palabra "Felicitas" está en latín, se pronuncia acentuando la primera letra i, es decir: Felícitas. Gracias por su atención. Prosigamos.)
¿Qué encontró en ese blog cervecero? ¿Acartonamiento? ¿Términos técnicos insufribles? ¿Esnobs? ¿Pose en vez de goce (tomado de la frase del buen René Rentería: "Más goce y menos pose")?
¡Para nada! ¡Todo lo contrario! Con un lenguaje silvestre, animado, pero sobre todo jocoso, descubrió porqué el autor de ese blog, Eslem Torres García, mejor conocido en ese momento como Mr. Moustache, puso dicho nombre al blog "In Cervesio Felicitas", que en español significa: "En la cerveza está la felicidad".
(Otra nota al pie de página: En el mundo del vino se usa la frase en latín "In vino veritas", que quiere decir en español "En el vino está la verdad". Gracias por su atención. Prosigamos.)
Y así fue como el wineblogger de esta historia, revitalizado por lo que leía en ese blog, y por los comentarios que el buen Eslem le respondía gustoso de compartir sus conocimientos, recobró la fe en la humanidad.
Y así nació una muy buena relación con mi camarada Eslem, la cual continúa hasta estos días. De hecho, el buen Temo Villasana y yo nos reunimos un montón de veces con Eslem y su roomie (ahora compadre) Jesús Leos —Leos del mal para sus amigos y enemigos— a probar un resto de cervezas de los más diversos estilos.
Sí, el wineblogger de esta historia era yo.
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Temo Villasana (izq.), Eslem Torres (centro) y yo merengues (der.). |
(Servicio a la comunidad: si alguien sabe dónde anda el buen Temo, por favor pásenme su celular, email, telex, lo que sea, para poder contactarlo. Gracias de antemano.)
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Temo Villasana (izq.), Jesús Leos (centro) y Eslem (der.). disfrutando de la Vielle Provision Saison Dupont (Belgian Farmhouse Ale) en tamaño Champaguama. |
Fin.
En verdad, considero una gran fortuna el haber conocido al buen Eslem, a quien además pude apoyar en una intensa campaña de cervangelización, con lo cual adquirí un segundo apostolado.
(Pauso un momento, a ver si no me cae un rayo del cielo. Todo en orden. Prosigamos.)
Y es que Eslem se empezó a preocupar cuando el esnobismo empezó a infiltrarse en el mundo de la cerveza.
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Peligro latente: el beer snob |
¿Y qué hizo el jocoso Mr. Moustache —alter ego de Eslem— para contraatacar? Algo de lo que mejor sabe hacer: usar la ironía y el sarcasmo.
Eslem siempre ha sido generoso —que su alter ego arrogante no los confunda, amigos: Eslem es de esos que se quitan la camisa para dártela si te ve en necesidad, neta—, por lo que en su curso incluía un diploma para que te sintieras soñado de haberlo terminado y estar graduado.
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Dale clic en la imagen para aumentar el tamaño. |
Creo que el formato en PDF ya no está en el blog de Eslem, pero aquí se los comparto —ya saben, los de Informática guardamos backup de todo ;-) —.
¡Y vaya que hubo interesados en graduarse de este curso! Tuve el gusto de ayudar en esa campaña de cervangelización. Y para muestra, algunas fotos.
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No salgo yo porque fui quien tomó las fotos, jejejeje. |
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Da clic en las imágenes para aumentar el tamaño. |
(Una nota más al pie de página: Cuando algo realmente me interesa y los involucrados son gente honesta, me comprometo a fondo. En verdad que te gustaría tenerme en tu equipo. Después de este autocomercial, prosigamos.)
Y pues, ya saben, el resto es historia. Empezaron los artículos promocionales, las giras, la firma de autógrafos, etcétera.
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Mis vasos de colección. |
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Esta playera oficial (de mi colección) aún transpira la ironía de Mr. Moustache (prometo lavarla más seguido, pero no creo que se le quite) |
Y, ya saben, todo el mundo de la cerveza estaba así:
Y así fue como Eslem, de la noche a la mañana, se volvió millonario y uno de los jóvenes más codiciados de Monterrey.
¡JA JA JA JA JA JA JA JA! Casi estoy seguro que Eslem está azotado en el suelo en este momento. No sé si de risa o por la cruda de anoche, pero lo está. Sorry, pero la jocosidad se contagia.
No, ya en serio, ¿cómo le fue a este muchacho y, más importante, por qué le entró a esto de la cerveza?
Pero empecemos por el principio, shall we? En la entrevista que me aceptó el buen Eslem, en las instalaciones de su actual casa cervecera llamada Huerca (cervezahuerca.com), al preguntarle por su lugar natal me aclara que, aunque muchos creen que nació en Ciudad Valles, San Luis Potosí, él nació en Tampico, Tamaulipas, pero desde los 2 años vivió en Ciudad Valles. Así mismo, de inmediato hace otra aclaración pertinente: "Yo no soy de Ciudad Valles, San Luis Potosí; San Luis Potosí es mío". Así que, amigos potosinos, ya saben a quién reclamarle —en horario de oficina, por favor—.
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Instalaciones de cervecería Huerca |
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Instalaciones de cervecería Huerca |
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Instalaciones de cervecería Huerca |
Continuando con el inicio de su historia, Eslem se vino a Monterrey desde sus primeras 16 primaveras para estudiar en FIME, de la UANL, donde se graduó de Ingeniero en Electrónica y Automatización. ¿Y cómo fue que un estudihambre universitario con espíritu foráneo terminó interesándose en cervezas extranjeras de sabores complejos, en vez de ponerse hasta las chanclas cada fin de semana —como dicta el protocolo— con las agüitas amargas de las macrocervecerías nacionales?
Todo fue gracias a que su roomie (ahora compadre), Jesús Leos, mejor conocido como Leos del mal por sus amigos —y también sus enemigos—, le contó de una cerveza que tenía que probar sí o sí: la Carolus, de Bélgica. Estando en su cuarto o quinto semestre de carrera, y una vez que la pudieron encontrar en Monterrey, a Eslem le gustó mucho y fue el momento en que se preguntó: ¿y por qué sabe diferente a las demás cheves? Probando más cervezas en un Wings Army, como las Minerva y la Duvel en tamaño champaguama, se preguntó: ¿qué tienen de especial?
Y a partir de ese momento, y gracias a Google, Eslem empezó a buscar toda la información que pudo sobre las cervezas, las levaduras que usan, los insumos, el azúcar, etcétera.
De esta manera, este estudiante universitario prefirió gastarse su dinero en cerveza que valiera la pena: 200 pesotes de aquel entonces se le iban en tres cervezas de la calidad de una Carolus, en vez de un 12 o un 24 de Tecate. Se consiguió material para estudiar sobre los diferentes estilos de cerveza que había en ese momento, es decir, como Eslem mismo dice, "se clavó" en esto de la cerveza.
Ah, claro. Y como todo buen entusiasta que se toma en serio su afición, Eslem empezó a hacer cerveza en su casa, con materiales un tanto rudimentarios, pero a veces le salía bien y otras no tanto, pero el ánimo y el deseo nunca se perdió, sino al contrario, fue aumentando hasta que llegó a ser actualmente el Maestro Cervecero de Huerca. Eh, qué tal.
Eslem me dio todo el recorrido por la planta de esta microcervecería, explicándome a detalle todo, desde los insumos que se utilizan —entre ellos y orgullosamente, agua de pozo del meritito Cerro de la Silla, i 'ñor—, hasta todo el equipo con que cuenta esta microcervecería.
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Insumos |
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Equipos |
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Y más equipos |
Por cierto, a Eslem no le agrada el término "cerveza artesanal", pues piensa que es una mala traducción de craft beer, donde craft se traduce más bien como una manualidad, pero... ¿cerveza manual? No suena atractivo en absoluto. ¿Cómo prefiere identificarlas él? "Cerveza de microcervecería", es su respuesta. Pero reconoce que está difícil cambiar el concepto así que, ni modo, llegó para quedarse.
Y, ¿qué cervezas ha estado elaborando en la actualidad? Pues las que se pueden encontrar en las tiendas HEB con la marca Huerca, por supuesto. Algunos restaurantes también ya las tienen, como la cadena de tacos Atarantados. Pregunten por las huercas.
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Les presento a las cuatro huercas de Eslem |
Ah, pero bajo su propia marca registrada, también elabora la cerveza Felicitas (acuérdense, es felícitas, eh), con la que ha realizado estilos muy variados, y personalmente he tenido la oportunidad de disfrutar —y de compartir este disfrute—. Estas son algunas.
La cerveza "Que no se apague la lumbre", hecha en colaboración para Neo Leon , la he probado ya dos veces. Buenísima.
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Bien creisis estas cheves, jejejeje. |
(Ootra nota al pie de página: Las cheves de Eslem, de su marca Felicitas, se estrenan en el bar Cheve Craft, del Mudo, así que les recomiendo seguir Cheve Craft en redes sociales para que se enteren (Facebook, e Instagram).
Como dice mi buen amigo Kike, fue un verdadero agasajo compartir esta oportunidad con el buen Eslem, que además de saber mucho de cerveza, y ser todo un Maestro Cervecero, es una gran persona. Él admite que le gusta hacer sentir bien a la gente y, en verdad, lo demuestra.
Dice una frase:
Una persona auténtica
es difícil de encontrar,
pero fácil de identificar.
Y el buen Eslem Torres García es así, auténtico, legal; es neta.
Yo no brindo —debido a mis creencias religiosas—, pero sí puedo disfrutar de una buena cerveza, la Huerca Güerita (la cual insisto que sabe a la Carta Blanca que bebía mi papá), y desearle el mejor de los éxitos al buen Eslem, quien ha demostrado que con trabajo arduo, plena convicción, y sobre todo, integridad —algo raro en estos tiempos—, se puede lograr alcanzar a hacer lo que realmente quieres.
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Huerca Güerita, como la Carta Blanca de antaño. |
Mucho éxito mi estimado Eslem. Y avísame cuando vayas a sacar alguna cheve nueva y jocosa. Ahí estaré.
Hasta la próxima.
PD.- Ningún oso fue lastimado durante el proceso de elaboración de este artículo.
(Chiste que sólo Eslem y algunos otros entenderán)