jueves, 1 de mayo de 2025

Prometeo embotellado contra la "cultura" del vino y por la Cultura del vino



Prometeo era un astuto titán de la mitología griega que amaba y protegía a la raza humana, llegando al grado de engañar al mismísimo Zeus a favor de los humanos, y todo a causa de las injusticias que el máximo dios hacía a estos.

Cuenta la leyenda que Zeus decidió quitarles el don del fuego a los humanos, dejándolos en la mayor miseria. Prometeo robó entonces una centella del fuego sagrado para restituir a los hombres el bien perdido. Zeus al enterarse, enfureció y encadenó a Prometeo a una roca en una alta y gélida montaña, donde viviría castigado por el resto de su vida.

Esta historia bien se puede aplicar al mundo del vino, pues pareciera que el fuego del conocimiento ha sido colocado en el más alto templo, allá donde los dioses habitan, y se ha llegado a considerar que el vino es sólo para expertos, para snobs, para gente "conocedora", y no para los mortales.

El objetivo de esta sección, “Prometeo embotellado”, es contestar a las dudas más comunes de la gente que empieza en este fascinante mundo del vino. Preguntas que he oído tanto en catas organizadas como en reuniones informales, y que son por demás válidas, y que además, todos hemos tenido alguna vez. Para contestarlas me apoyaré en lo que he aprendido en cursos, o en pláticas, o en catas, o leyendo libros, revistas y cualquier otra forma de comunicación que mencione algo del vino que nos sea de utilidad. 

Por devolver el mundo del vino a los mortales, ¡va por ti, Prometeo!


—Publicado originalmente en elmundoderafaibarra.com 
el 24 de julio de 2008



Mis queridos cuatro lectores, en estas últimas semanas he estado reflexionando sobre lo que escribí en aquel artículo del 2008 que reproduje arriba. Y al releer el editorial de la revista Vinísfera, de su ejemplar del año 1, número 1, redactada por Carlos Valenzuela y Marco Martínez, veo que compartíamos la misma intención, pues tal editorial decía: "Cuando comenzó a germinar la idea [de la revista] —en la ciudad de Guadalajara—, decidimos que era necesario quitarle lo solemne al mundo del vino y acercarlo así al mayor número de personas en México, sin que esto signifique banalizarlo".

Como vemos, la intención de ellos —y permítaseme decir— y la mía eran buenas. Ahora bien, ¿lo logramos? Desde nuestras humildes trincheras, ¿lo conseguimos?

Me gustaría pensar que sí. Que tal como "el loco" del poema de Blanco Belmonte se la pasó sembrando con la mejor de las intenciones, algo estamos logrando hacer para aumentar la cultura del vino en México, y quizás en otros lugares donde tienen a bien leernos.

Ahora bien, esa dichosa palabrita, cultura. ¿Por qué en el título puse la palabra cultura tanto entre comillas como con mayúscula? Pues, porque se me atora al pensar en el concepto que vierte Byung-Chul Han en su libro "Vida contemplativa", donde analiza y llega a la siguiente conclusión: "La acción es constitutiva de la historia, sin duda, pero no es una fuerza formadora de cultura. El origen de la cultura no es la guerra, sino la fiesta; no es el arma, sino el adorno. [...]. La cultura no se forma con caminos que van directos hacia la meta. [...] La esencia de la cultura es ornamental. Tiene su sede por fuera de la funcionalidad y de la utilidad".

Al leer el ensayo completo, se ve que lo que realmente podemos llamar cultura, sólo se forma cuando se está en un estado de inactividad en el que nuestro cerebro no está pensando en "tener que hacer algo", sino que está completamente relajado, disfrutando el momento. 

Voy a aterrizarlo de esta manera: si una persona quiere aprender de vino y se siente presionada a "tener que aprender" del vino, entonces eso es desarrollar la "cultura" del vino, entre comillas.
Pero, si al contrario, está relajada, disfrutando del momento, aceptando lo que recibe con total apertura y sin presión de ningún tipo, entonces eso es desarrollar la Cultura del vino, con mayúscula.

A como lo veo, es así: el uso de palabras rimbombantes del argot de vino (o como dice un amigo, hablar sommelier), así como actitudes que en vez de acercar, alejan, eso es "cultura" del vino.

Pero, bajar al nivel de los mortales las explicaciones, quitando todo el acartonamiento que podría crearse alrededor, y explicar de manera sencilla, enfocándose más en el disfrute del vino, eso es Cultura del vino.

Y quien esto escribe y suscribe, aspira a esto último.

¿Lo estoy consiguiendo? Me gustaría pensar que sí.


Hasta la próxima.


Nota al pie de página.- En esta nueva etapa del blog, en vez de la sección Prometeo embotellado, inicié una llamada Oye, ¿es cierto que...?


6 comentarios:

  1. Al menos a mí ver si lo estás consiguiendo amigo

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  2. Tinoco Sommelier1 de mayo de 2025, 12:47

    Es muy cierto que hablar de vino de manera sencilla, prudente y explicativa nos hará más vaciar las botellas y unir a la gente a nuestro entorno! Salud...2 y a seguir trabajando mi estimado El Rafa Ibarra
    #elvinonosune

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  3. ¡Que interesante es aprender cosas nuevas!

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  4. Gracias estimado Rafa, yo me inclino en que si ha aumentado y mejorado pero aún nos falta mucho… datos de ChatGPT en México subió en Consumo Per capita de vino de 0.34 lts en 2008 a 1.3 lts en 2024. Sin embargo falta mucho falta mucho ya que en promedio el consumo en Europa anda al rededor de 20 lts.

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Gracias por tu comentario. Este será revisado, y en caso de pasar un estricto control de calidad (jajajaja, hasta yo me la creí), se decidirá si pasa a la catafixia (donde puede mejorar o empeorar, no lo sabemos). Si eres un bot, ni lo intentes. Si no lo eres, pero quieres serlo, busca ayuda amigo(a).
Ahora sí, adelante, Shakespeare.