martes, 16 de septiembre de 2025

La incontenible evolución del idioma

Bien lo decía el Maestro Sandro Cohen, mis prosódicos cuatro lectores, cuando escribió que "[...] es cierto que todos los idiomas evolucionan y que resulta imposible detener este proceso [...]". Por supuesto, el idioma hablado evoluciona mucho más rápido que el escrito, como muy acertadamente lo declaró Abraham Simpson, el papá de Homero.

¿Qué onda, eh?

Y es que, cuando uno está joven, puede pensar que todas las palabras que existen ya están registradas en esos enormes libros llamados diccionarios, los cuales además traen la explicación de su significado en los diversos contextos que correspondan (es decir, la acepción).

Pero, como decía Adal Ramones en el monólogo de su programa Otro rollo: "Pues... ¡No es cierto!". Y, en breve, les presentaré un caso de la vida real —acompáñenme a ver esta triste historia (snif)— .

Permítanme primero platicarles que cuento en mi biblioteca con un único diccionario en español, que es un "Pequeño" Larousse ilustrado edición 2000. Pongo la palabra pequeño entrecomillada porque me parece un perfecto ejemplo de ironía, pues se trata más bien de un instrumento que fácilmente puede descalabrar a un cristiano —y a uno que otro ateo que se atraviese—. 

Mi actual tumbaburros

Ese es mi actual tumbaburros (por cierto, palabra aceptada por la Real Academia Española; aquí la liga para leer la definición), y a este acudo cuando encuentro en mis lecturas palabras nuevas o que no estoy seguro de su significado en cierto contexto, principalmente cuando no tengo un dispositivo móvil —celular o tableta— a la mano para investigar. Así es, mis queridos cuatro lectores, para evitar distracciones hago lo posible de leer mis libros alejado de esos gadgets.

Sardónico significa...

Es cierto que la mayoría de las palabras no han cambiado su significado principal, pero también hay palabras nuevas (como textear) o hay acepciones nuevas para las ya existentes. 

Creo que a todos nos queda claro cuando hay palabras nuevas, ¿verdad? Sobre todo, son palabras que generalmente surgen por los avances tecnológicos que se dan a pasos agigantados. 

Pero, ¿nos queda igualmente claro cuando hay una nueva acepción? Aquí les va un ejemplo de la vida real, el cual concuerda con una parte del excelente artículo del blog de Redacción sin Dolor titulado «Superman», Supermán y el bizarro Bizarro: lecciones de español que nos dejan los cómics (pueden dar clic aquí para leerlo).

La palabra en cuestión es bizarro. Al buscarla en mi "pequeño" diccionario, la definición presenta dos acepciones, como pueden ver en la fotografía.

Para bizarro, dos acepciones y ya.

Sinceramente, aunque he escuchado y leído la palabra bizarro muchísimas veces desde mi infancia, nunca había sido con ninguno de los contextos que encontraba en los diccionarios. Pero, como bien explica el artículo de Redacción sin Dolor mencionado arriba, la Real Academia Española (la RAE, para la raza), agregó una tercera acepción la cual —ahora sí— ya hace total sentido a la idea que se expresaba en las lecturas y programas de televisión que veíamos.


Para bizarro, la tercera fue la vencida.

Ahora, mi "pequeño" amansaburros se siente incompleto, pero aún tiene muchísimas más palabras que me son útiles.

Eso sí, lo que hago ahora cuando siento que las explicaciones del significado que encuentro en mi diccionario no se acoplan a lo que estoy leyendo, busco en los medios electrónicos para buscar la información más actualizada. A continuación les comparto unos de los sitios que reviso:

  • El diccionario de la Real Academia Española [liga: dle.rae.es]


Por supuesto, también recomiendo leer el blog de Redacción sin Dolor, cuyos artículos, que aunque breves son buenísimos.


Abracemos el cambio en el idioma, mis queridos cuatro lectores; aceptémoslo, pues, como ya nos hemos dado cuenta, es incontenible. 


Hasta la próxima.


1 comentario:

Gracias por tu comentario. Este será revisado, y en caso de pasar un estricto control de calidad (jajajaja, hasta yo me la creí), se decidirá si pasa a la catafixia (donde puede mejorar o empeorar, no lo sabemos). Si eres un bot, ni lo intentes. Si no lo eres, pero quieres serlo, busca ayuda amigo(a).
Ahora sí, adelante, Shakespeare.