domingo, 23 de noviembre de 2025

Calvin y Hobbes por siempre

Mis cómplices cuatro lectores: como quizás recuerden que mencioné en una publicación anterior (aquí está la liga), soy un fan de los cómics. De entre todos los que he conocido a la fecha mi favorito es —y por mucho— Calvin y Hobbes, de Bill Watterson.

Este pasado 18 de noviembre de 2025, esta entrañable tira cómica cumplió sus primeros 40 años de existencia.


Quienes no conozcan toda la historia de este cómic quizás no sepan que solo fue dibujado durante 10 años, culminando exactamente el 31 de diciembre de 1995. A pesar de eso, la calidad de sus dibujos y mensajes sigue tan vigente como cuando dejó de publicarse en los periódicos de todo el mundo.

Una muestra de mi colección

Así empezó todo

Qué curioso es que, como lo explicó el mismo autor Bill Watterson, la primera tira de Calvin y Hobbes se publicó en tan poquitos periódicos que ni siquiera salió en el periódico del pueblo en el que él vivía. Pero en unos pocos años estaría en todo el mundo traducido a diferentes idiomas.

La primera tira

Esta es, al parecer, la única foto conocida de Bill Watterson, cuya personalidad nunca lo llevó a buscar los reflectores ni a llamar la atención. Él solo quería dibujar (lo que le encantaba) y que los dejaran en paz a él y a su creación: Calvin y Hobbes.

Bill Waterson en 1986

Sabemos que el de la foto es efectivamente Bill Watterson, porque él mismo se dibujó al menos en dos ocasiones; en una de ellas, irónicamente, como si tratara de taparse la cara para conservar su tan preciada privacidad.






La lucha por defender su creación

"Si es un cómic tan famoso como dices, ¿por qué no hemos visto ningún producto que tenga la imagen de Calvin o de Hobbes o de ambos, como sí los hay de Snoopy y Garfield?", quizás sea algo que se estén preguntando, público curioso e inquisidor. La respuesta es sencilla: durante años Bill Watterson, el papá de Calvin y Hobbes, luchó en los tribunales para conservar los derechos de su tira cómica, de tal manera que los personajes se mantuvieran únicamente donde él sabía que iban a funcionar: en la tira cómica.

"Calvin and Hobbes was designed to be a comic strip and that's all I want it to be. It's the one place where everything works the way I intend it to". —Bill Watterson

Al igual que en varios de sus libros de compilaciones, en el documental Dear Mr Watterson (pueden ver el trailer aquí abajo) se explica todo el proceso y desgaste que implicó esa lucha legal.



[Hey, psst. Si gustan ver el documental completo, al día de hoy lo encuentran en esta liga].

Como se podrán imaginar, mis siempre inteligentes cuatro lectores, Bill ganó la disputa y esa es la razón por la que no vemos a sus entrañables personajes en productos de comercialización masiva. Lo único que permitió el autor es que se reeditaran sus tiras en compilaciones impresas, de pequeño o de gran formato, y en una página de internet (más adelante les puse la liga). Calvin y Hobbes se mantendrían en casa.

Claro, eso no ha impedido que algunas personas hayan elaborado productos no oficiales que nosotros, los verdaderos fanáticos (de hueso colorado, como decimos en mi tierra) deseemos adquirir, además de los productos oficiales, como la colección completa de Calvin y Hobbes en el idioma original, el inglés.











Sin olvidar la gran cantidad de calcomanías (pegatinas o stickers) ilegales con la imagen de un Calvin meón que está orinando sobre el logotipo del equipo deportivo odiado. Personalmente, la utilización de esa imagen me parece repulsiva y reprobable. Nunca tendría una de esas.

Su influencia en mi vida

A diferencia de Garfield, una historieta muy sencilla que busqué y leí muchas veces desde pequeño, en Calvin y Hobbes las tiras no presentaban únicamente temas  entretenidos y comunes como no querer ir a la escuela o hacer la tarea, o las emocionantes vacaciones y las aventuras que se inventaban, el pleito con su inteligente vecinita y compañera de clase, etcétera. Bill Watterson también tocaba temas más profundos e íntimos. Cómo olvidar aquella tira (normalmente duraban de lunes a sábado) donde se encontró un pequeño mapache enfermo en el campo, introduciendo así el tema de la muerte, esta siempre inquietante e injusta.




O cuando aprovechando una tira dominical (cuyo formato Bill Watterson rediseñó, cambiando la manera de hacer cómics —como bien se explica en el documental mencionado antes—), creó una de las más hermosas series de viñetas para expresar su propio dolor cuando perdió a su gatita Sprite, quien le sirvió de inspiración para muchas de las actitudes felinas que plasmó en Hobbes.



Por supuesto, leer toda la serie de esta grandiosa historieta me motivó a hacer dibujos de estos amados personajes.





Pero creo que su mayor influencia en mi vida tiene que ver con la alegría de vivir, de divertirse; con nunca perder la capacidad de asombro; con la amistad, la camadería, la complicidad; la confianza de contarle a tu mejor amigo cómo te sientes, escuchar sus consejos que quizás no te gusten. Y, por supuesto, la ironía y el sarcasmo de Hobbes es magistralmente sublime.





Pero otra cosa muy importante que aprendí fue del propio autor, Bill Watterson. Él tenía bien claro lo que quería para su creación. No lo veía como un simple producto. Aunque hubiera ganado una inmensa cantidad de dinero cediendo los derechos de uso de sus personajes (imagínense: loncheras, playeras, gorras, tenis, calcetas, cuadernos de colorear, calendarios, figuritas en la caja feliz de McDonalds, juguetes, videojuegos y un interminable etcétera), para él eso no era lo más importante. 

Aprendí que la integridad y los valores no son negociables. No todas las personas tienen un precio. Y eso es algo que admiro de este noble dibujante, y me he propuesto imitar —ya antes me han ofrecido monetizar mi blog; no, gracias—.

Han sido muchísimas las lecciones de vida aprendidas.

 La conclusión

Finalmente, como ya mencioné antes, el 31 de diciembre de 1995, estando en la cúspide de los cómics del mundo, se publicó la última tira de Calvin y Hobbes.

La última tira de Calvin y Hobbes


Nuevamente, con gran maestría, el señor Watterson aprovechó una tira dominical (disfruten de cómo rompe con el formato tradicional de puros cuadros) para entregar su mensaje final, en el cual nos invita a todos a iniciar una nueva etapa con ojos de aventurero, dejando atrás lo familar, usando una preciosa analogía: "¡Es como tener una gran hoja de papel en blanco para dibujar en ella!", dice Hobbes.

Les revelo íntimamente, mis apreciados cuatro lectores, que esta última imagen me ha inspirado cuando he tenido que dejar atrás algo que me ha sido conocido y habitual por un largo tiempo, pero cuyo final ha llegado. Así pues, mientras te encuentres con tu mejor acompañante a tu lado, sin miedo "¡vamos a explorar!".

Antes de concluir, quiero compartirles la liga para leer legalmente las tiras de Calvin y Hobbes en español (dar clic aquí), o si desean leerlas en el idioma original, Calvin & Hobbes en inglés (dar clic aquí).

Deseo que disfruten de la mejor tira cómica de todos los tiempos, según mi opinión. Y que encuentren la alegría y la inspiración que necesiten.

Hasta la próxima.



2 comentarios:

Gracias por tu comentario. Este será revisado, y en caso de pasar un estricto control de calidad (jajajaja, hasta yo me la creí), se decidirá si pasa a la catafixia (donde puede mejorar o empeorar, no lo sabemos). Si eres un bot, ni lo intentes. Si no lo eres, pero quieres serlo, busca ayuda amigo(a).
Ahora sí, adelante, Shakespeare.