domingo, 28 de septiembre de 2025

Albarolo Breta | Vinos Shimul | 2014 | México | Tinto | Seco

Mis queridos y muy avant-garde cuatro lectores, confieso que el vino que reseñaré en esta ocasión, desde que leí su nombre me dije a mí mismo: "Tengo que probarlo". Pero que no surja entre ustedes la falsa percepción de que fui hipnotizado por marketing puro y barato. No, de ninguna manera. Si no supiera que detrás de esta botella se encuentra el trabajo de alguien a quien considero un productor confiable, como el ingeniero Álvaro Ptacnik, ni le entraba.

"Ya, bájale, Rafa. Que sea menos. Mucho rollo. ¿Por qué tanto cuento?", quizás pueda pensar alguien poco documentado en el tema del vino —o de la cerveza, cabe decir—. Paso a aclarar que, el vino en cuestión, es característico porque contiene algo de brettanomyces (de ahí parte de su nombre, Breta). ¿Y qué diablos es eso? Pues es una especie de hongo unicelular (levadura) cuya presencia en vino o cerveza se llega a considerar un defecto, un contaminante...

"¡Guácala!", se apresura a exclamar el enófilo amateur. Pero, lo que no sabe, es que la presencia en una ligera cantidad, crea en los vinos unas notas únicas y muy elegantes, inigualables —para nuestro gusto, los aficionados al brett (así le decimos de cariño)—.

¿Y qué sucedió con esta variante del vino emblema de Shimul, el Albarolo? ¿Logró su objetivo de elegancia o causó su ruina por contaminación?

Albarolo Breta 2014


Desde el momento en que abrí este vino, empezó toda una experiencia, mis inquisitivos lectores. Y es que, si recordamos que, como lo dice la etiqueta y nos lo explicó el mismo Ing. Ptacnik (clic para leer la nota), sus vinos no son filtrados ni estabilizados, pues era de esperarse la presencia de sedimentos en este ejemplar de hace 11 años (recuerden que es 2014).

En el corcho mismo —que cuidó con celo el precioso caldo bajo su cuidado, cual fiel guerrero—, como se puede apreciar en la foto, aparecieron unos cristales, los cuales son completamente inocuos (o sea, no hacen daño, son inofensivos). 


Cristales de sedimentos en el corcho de este vino de 11 años

Cuando tenemos un vino con sedimentos lo que corresponde hacer es decantarlo con cuidado, sin sacudir la botella para asegurarse de que los sedimentos se queden en los hombros de la botella. Sí, en las botellas tipo bordalesa, como la de este caso, la parte donde la botella empieza a estrecharse para formar el cuello se le conoce como los hombros de la botella.

Decantando con cuidado el vino

Como lo que me sobran son billetes (Not!), uso un decantador reciclado de una botella del otrora famoso y hoy extinto Padre Kino (ver imagen). ¡Ejte decantador no lo tiene ni Riedel!

Y, de esta manera, tenemos la mayor parte del líquido en el decantador, listo para ser servido.

Vino decantado, listo para disfrutarse

Aclaro que es la mayoría el líquido porque, como se podrán imaginar, en la botella permanece vino que ya no podemos verter pues los sedimentos se transferirían también, y eso es lo que queremos evitar precisamente.


Pero no se quedó ahí para siempre...

Ahora sí, ya podemos proceder con la nota de cata en toda regla.
  • Vino: Albarolo Breta
  • Cosecha: 2014
  • Productor: Vinos Shimul (shimul.net)
  • País: México
  • Región: Valle de Guadalupe, Baja California
  • Uvas: 100% nebbiolo
  • % alcohol: 13.8
  • Comentarios: No filtrado, no estabilizado. 
  • Precio: $600.00 pesos mexicanos (directamente con el productor)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: ***** (5 de 5)
  • Disfrutado el día: 26 de septiembre de 2025

Vista del Albarolo Breta 2014

En vista, este vino es de un profundo color rojo granate. Me llamó particularmente la atención el aro acuoso alrededor de la orilla del vino, cuyo grosor yo esperaría fuera más corto por la edad del vino, pero parece que las botellas de esta cosecha aún pueden ser guardadas por más tiempo sin problema.

La nariz del vino era lo más esperado por mí, y cuando la examinamos Elsa y yo, tras una profunda aspiración... ¡Wow! ¡Ahí está la brett! ¡Me encantaaaaa! 

Si quisiera tratar de explicar cómo es el aroma, sin duda usaría la misma expresión de Elsa: "Huele como a petróleo". Pero es una sobresimplificación, la verdad. El aroma de la brett, para mi gusto, cuando es en la cantidad correcta, da mucha elegancia, y no es molesto.
Pero no predominó únicamente la brett, sino que se integró con los  aromas a frutos rojos, el cuero, la grasa (como de chorizo), el tabaco, la vainilla. 

En boca, impresionante: de cuerpo medio, con una acidez buenísima y taninos suaves, presentaba un final muy muy largo. El alcohol se sentía en su justa medida.

Todo perfecto.

Esta vez, este vinito acompañó una tabla de quesos con un dip de receta secreta de Elsa, y su versión de papas bravas que quedaron muy bien.

El acompañamiento de esta ocasión

Este vino me pareció excepcional, por lo que le doy 5 de 5 estrellas en mi Relación Precio Calidad (RPC).


Ah, ¿y qué onda con los sedimentos? Bueno, pues únicamente para fines didácticos —¡hic!— es que servimos el resto del vino en una copa para mostrarles a qué nos referimos.

Botella con sedimentos


Sedimentos dispersos en el vino


Los sedimentos solos

¿Hacen daño los sedimentos si nos lo tomamos o los comemos? No, para nada. De hecho, contrario a lo que pudiera parecer, no tienen un sabor marcado, más bien no saben a nada. Pero la sensación no es agradable cuando los bebes. Se sienten como granos de arena, como azúcar que no se disolvió bien. Por eso, es preferible seguir el proceso de decantación para que la experiencia de beber el vino sea más placentera.


Seguro que a mi estimado Eslem Torres, maestro cervecero, le causará curiosidad este artículo. No creo que él quiera la presencia de brett en sus cervezas. O quién sabe...

Hasta la próxima.

Rivero González Tinto | Rivero González | 2020 | México | Tinto | Seco

Después de la desafortunada, horrenda y detestable experiencia con el vino tinto que terminó en el caño (dar clic aquí para leer esa nota), fue pertinente sacar de la cava algún espécimen que nos hiciera olvidar ese ingrato momento. Y más, cuando ya contábamos con unas deliciosas viandas preparadas para la ocasión.

Ni tardo ni perezoso me dirigí a la cava y, tras una pausada cavilación, el elegido fue aquel vino que mencioné al final de ese artículo titulado "Nuestro primer encuentro con los vinos Rivero González" (dar clic aquí para leerlo).

¿Cumplió las —en ese momento aún más —altas expectativas?

Rivero González Tinto 2020

  • Vino: Rivero González Tinto
  • Cosecha: 2020
  • Productor: Rivero González (rgmx.mx)
  • País: México
  • Región: Valle de Parras, Coahuila
  • Uvas: cabernet sauvignon, merlot y cabernet franc
  • % alcohol: 13.5
  • Comentarios: 24 meses en barrica de roble francés
  • Precio: $1030 pesos mexicanos (comprado en línea con el productor)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: ***** (5 de 5)
  • Disfrutado el día: 21 de septiembre de 2025

Este vino parrense es una mezcla bordalesa (dadas las cepas en cuestión) elaborada usando uvas de vides de 21 años (plantadas alrededor de 1999), y cuya producción no es elevada, pues nos tocó la botella numerada 10591 de las 19542 que se hicieron.



¡Qué emoción! Ver cómo había evolucionado el viñedo desde aquella vez que probamos el primer Rivero González tinto cosecha 2004, cuando las vides apenas tenían 5 años, aproximadamente.

Rivero González tinto 2004

Pero ahora, ya con 21 años, hasta puede comprar alcohol en Estados Unidos. ¡Cómo pasa el tiempo!

Empezamos con la vista de este vino.

Vista de Rivero González Tinto 2020

Un limpio mediano color rojo rubí luciendo en copa.

Ahora, la nariz..


[Suena el "Aleluya" de Georg Friedrich Händel de fondo]

¡Uff! Now we are talking, baby! Me encantan los vinos que presentan sus aromas de manera tan elegante, y este definitivamente lo hizo. Mucha armonía en las notas de frutos negros y especias (pimienta), con la madera aportando la vainilla y el cuero; bien integraditas.

Y, por supuesto, en boca no se quedó atrás, y evidentemente dejó ver su crianza, dejando de ser ese chiquillo de 5 años, impetuoso y vivaz, para volverse ese joven que adquiere madurez y atractivo, con quien se pueden tener pláticas inteligentes y profundas —sin descartar algo de Star Wars o Marvel, pues, ¿para qué es la vida sino para dar oportunidades y ampliar panoramas?—. Es necesario darle su tiempo para expresarse bien, que se desenvuelva, pero cuando agarra confianza (es decir, al abrir en la copa), es un vinazo: con cuerpo pleno, las notas a frutillas negras son las más marcadas, con taninos pulidos, buena astringencia y mejor acidez. Digno acompañante de la cena de esa tarde: bruschettas preparadas con maestría por Elsa con pan de Bread y diversos quesitos y pesto.




La verdad, nos sorprendió agradablemente este vino, por lo que le doy 5 de 5 estrellas en mi Relación Precio Calidad (RPC). 

Gracias, Rivero González, por salvar la noche.


Hasta la próxima.


sábado, 27 de septiembre de 2025

MasterChef® Vinoteca Tinto Rioja | Criadores de Rioja | 2022 | España | Tinto | Seco

Mis siempre oportunos cuatro lectores, hoy estarán presenciando algo inédito en este blog. Sin decir algo más, procedamos con la nota de cata.

MasterChef® Vinoteca Tinto Rioja

  • Vino: MasterChef® Vinoteca Tinto Rioja
  • Cosecha: 2022
  • Productor: Criadores de Rioja
  • País: España
  • D.O.Ca: Rioja
  • Región: Rioja
  • Uvas: tempranillo
  • % alcohol: 13.0
  • Precio: Menos de $200 pesos mexicanos (liquidación en HEB)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: 0 (0 de 5)
  • Aborrecido el día: 27 de julio de 2025


Como ciertamente lo notaron, este vino se publicita como si fuera parte de la vinoteca de MasterChef®, el conocido programa de televisión sobre cocina. Y supongo que se refiere a MasterChef® México, porque la etiqueta dice que este vino se importó para este país.

¿Corcho de plástico?

Desde que lo abrí algo ya presagiaba el desastre por venir. ¿Un vino de Rioja con tapón de plástico? ¿Neta? Pues sí, ha sido el primero en mi vida que me toca comprar con dicho tipo de sellado.


Vista del MasterChef® Vinoteca Tinto Rioja

Empezamos la cata con la apariencia: color rojo-púrpura, limpio.

Ahora la nariz. A copa quieta... nada. Tras mover la copa con cierta violencia se asomaron las frutillas rojas con suma timidez.

Sigue la prueba de fuego, en la boca... y el desastre se consumó: sabe casi a agua, súper debil de sabor y con demasiada astringencia. 

Así que decidimos terminar con la miseria de este vino —y nuestro sufrimiento, de paso—. ¡A la cañería!

Denle play al vídeo


Se supone que la cosecha 2022 en La Rioja fue calificada como "Muy buena", de acuerdo a la tabla de añadas que publica la página oficial (dar clic aquí: riojawine.com/es/doca-rioja/anadas), pero lo que estaba embotellado ahí era bazofia.

Esto es lo inédito que están presenciando, estimados cuatro lectores: mi calificación de Relación Precio-Calidad de este vino es de cero sobre cinco. Nada. Nothing. Rein. Nichts. Niente. Nic. Intet. 无 (wú). 아무것 아닌 것 (amugeos anin geot)ничто (nichto).

Ni regalado.


La verdad no sé quién haya decidido que ese bodrio debería ser considerado como parte de "la vinoteca" de este conocido programa de televisión, del cual, sinceramente no sé mucho —ni me interesa saber—. De lo poco que sé es que en este show aparecen dos personas que conocí hace tiempo. Uno de ellos es el chef Adrián Herrera —cuyos amigos (entre los cuales no me cuento) sé que llaman el Loco Herrera—, y el otro es Carlos Leal.



Chef Adrián Herrera y Carlos Leal.
Foto tomada de @senorsapiens

A ambos los conocí en mi primera etapa de bloguero en diversas catas de vino. Y al chef Herrera lo traté un poco más —él sí es chef, o sea jefe; bien ganado ese título— pues me invitó algunas veces a catar vinos cuyas notas luego publicaba en su columna del periódico Milenio (con un estilo "muy florido", por decirlo de alguna manera), o para probar vinos para sus restaurantes; en esa época tenía dos: la Fonda San Francisco y el Paso del Norte.











De la comida que probé en sus restaurantes puedo decir que siempre me agradaron sus recetas. En tal aspecto, mis respetos para el chef.

Y con lo que alcancé a conocer del chef Herrera, creo que, si él hubiera probado el vino reseñado en esta ocasión, hubiera sido menos piadoso que un servidor en la reseña del mismo.

Hasta la próxima.


jueves, 18 de septiembre de 2025

¿Sanborns va a morir?

Mis siempre atentos cuatro lectores, mientras escribo estas líneas estoy escuchando la conmovedora voz de Frida Boccara cantando una canción francesa, gran éxito del año 1969, titulada Venise va mourir (Venecia va a morir). Aquí les pongo la liga para escucharla. Creo que esa melancólica melodía da un buen marco a este artículo. 

Les cuento que ayer, aprovechando un día libre, quise ir al Sanborns de la Plaza Morelos, en el centro de Monterrey, a tomar un café en la barra y leer un poco. Es algo que ya había hecho hace tiempo, e incluso cuando papá vivía varias veces fuimos ahí a tomar un café y platicar. Fueron buenos tiempos.

Pero ahora, al entrar, contemplo la barra completamente sola. Ningún parroquiano sentado en ella. Aunque no se veía esa area abandonada, sí se veía triste.

Como pueblo fantasma la barra de este Sanborns.

Al preguntar a una dependiente del lugar si seguían atendiendo en esa área, ella me contesta que no, y que ahora sólo se atiende en el área de restaurante. Resignado, hacia allá dirigí mis pasos.

Hasta su emblemático anuncio vio tiempos mejores.

No creo equivocarme cuando digo que el atractivo de este lugar era poder tomarse un cafecito en la barra y platicar con los amigos con quienes te habías citado, o los que te encontrabas ahí. Para quienes buscaban un lugar agradable para leer el periódico, sin entablar conversación alguna, también era un buen punto.

Esa barra era el corazón de este Sanborns.

Pero pareciera que, tal como la canción mencionada hacía referencia a Venecia, este Sanborns va a morir. Sinceramente, no sé si este local se halla en la mira de Carlos Slim, el magnate y propietario actual de la cadena, quien ya ha cerrado algunos (según dice esta nota - dar clic). Pero si no es el ingeniero Slim, el servicio y el ambiente lo van a matar.

Ayer, desde que me asignaron mesa hasta que una mesera se acercó a preguntarme qué iba a ordenar, pasaron 15 minutos. 15 minutos. Y a lo mucho habría otras cinco mesas ocupadas. Sólo pedí café. Y desde que lo pedí hasta que me lo trajeron pasaron otros 10 minutos.

En verdad, si no fuera porque estuve tratando de leer mientras esperaba, me hubiera parado e ido a otro lugar. Pero quise darle su oportunidad.

Fran y yo, con el café más rápido del Oeste.

Subrayo el hecho de que estuve tratando de leer, porque entre el volumen alto de la música del restaurante y el volumen más alto todavía de la música proveniente de la sección de Electrónica de la tienda no había manera fácil de disfrutar de la lectura. Realmente parecía un duelo a ver cuál fuente emisora de sonido era la más molesta, pues ni siquiera estaban tocando las mismas canciones. Decidí declarar un salomónico empate, pues cada uno sacó lo peor de sí mismo, debo reconocerlo. Se lucieron.

$45 pesotes.

Decidí pedir la cuenta, la cual ascendió a $45 pesos por un café. Aunque era de refill, la verdad ya no quería más café, sino que me quería retirar de ahí ya. Quizás fueron los últimos pesos gastados en ese restaurante por mí, para siempre.

Después del mal sabor de boca de esta experiencia, me pasé a la acera de enfrente a visitar a un viejo conocido: el emblemático edificio de la librería Iztaccíhuatl



Quizás otro giro comercial que tiene sus días contados. Espero equivocarme.


Hasta la próxima.



martes, 16 de septiembre de 2025

La incontenible evolución del idioma

Bien lo decía el Maestro Sandro Cohen, mis prosódicos cuatro lectores, cuando escribió que "[...] es cierto que todos los idiomas evolucionan y que resulta imposible detener este proceso [...]". Por supuesto, el idioma hablado evoluciona mucho más rápido que el escrito, como muy acertadamente lo declaró Abraham Simpson, el papá de Homero.

¿Qué onda, eh?

Y es que, cuando uno está joven, puede pensar que todas las palabras que existen ya están registradas en esos enormes libros llamados diccionarios, los cuales además traen la explicación de su significado en los diversos contextos que correspondan (es decir, la acepción).

Pero, como decía Adal Ramones en el monólogo de su programa Otro rollo: "Pues... ¡No es cierto!". Y, en breve, les presentaré un caso de la vida real —acompáñenme a ver esta triste historia (snif)— .

Permítanme primero platicarles que cuento en mi biblioteca con un único diccionario en español, que es un "Pequeño" Larousse ilustrado edición 2000. Pongo la palabra pequeño entrecomillada porque me parece un perfecto ejemplo de ironía, pues se trata más bien de un instrumento que fácilmente puede descalabrar a un cristiano —y a uno que otro ateo que se atraviese—. 

Mi actual tumbaburros

Ese es mi actual tumbaburros (por cierto, palabra aceptada por la Real Academia Española; aquí la liga para leer la definición), y a este acudo cuando encuentro en mis lecturas palabras nuevas o que no estoy seguro de su significado en cierto contexto, principalmente cuando no tengo un dispositivo móvil —celular o tableta— a la mano para investigar. Así es, mis queridos cuatro lectores, para evitar distracciones hago lo posible de leer mis libros alejado de esos gadgets.

Sardónico significa...

Es cierto que la mayoría de las palabras no han cambiado su significado principal, pero también hay palabras nuevas (como textear) o hay acepciones nuevas para las ya existentes. 

Creo que a todos nos queda claro cuando hay palabras nuevas, ¿verdad? Sobre todo, son palabras que generalmente surgen por los avances tecnológicos que se dan a pasos agigantados. 

Pero, ¿nos queda igualmente claro cuando hay una nueva acepción? Aquí les va un ejemplo de la vida real, el cual concuerda con una parte del excelente artículo del blog de Redacción sin Dolor titulado «Superman», Supermán y el bizarro Bizarro: lecciones de español que nos dejan los cómics (pueden dar clic aquí para leerlo).

La palabra en cuestión es bizarro. Al buscarla en mi "pequeño" diccionario, la definición presenta dos acepciones, como pueden ver en la fotografía.

Para bizarro, dos acepciones y ya.

Sinceramente, aunque he escuchado y leído la palabra bizarro muchísimas veces desde mi infancia, nunca había sido con ninguno de los contextos que encontraba en los diccionarios. Pero, como bien explica el artículo de Redacción sin Dolor mencionado arriba, la Real Academia Española (la RAE, para la raza), agregó una tercera acepción la cual —ahora sí— ya hace total sentido a la idea que se expresaba en las lecturas y programas de televisión que veíamos.


Para bizarro, la tercera fue la vencida.

Ahora, mi "pequeño" amansaburros se siente incompleto, pero aún tiene muchísimas más palabras que me son útiles.

Eso sí, lo que hago ahora cuando siento que las explicaciones del significado que encuentro en mi diccionario no se acoplan a lo que estoy leyendo, busco en los medios electrónicos para buscar la información más actualizada. A continuación les comparto unos de los sitios que reviso:

  • El diccionario de la Real Academia Española [liga: dle.rae.es]


Por supuesto, también recomiendo leer el blog de Redacción sin Dolor, cuyos artículos, que aunque breves son buenísimos.


Abracemos el cambio en el idioma, mis queridos cuatro lectores; aceptémoslo, pues, como ya nos hemos dado cuenta, es incontenible. 


Hasta la próxima.


lunes, 15 de septiembre de 2025

Fran y Jorge: la inteligencia irónica que nos hace falta

Mis aspiracionales cuatro lectores, hoy les platico sobre dos escritores, a los cuales ya podría considerar en la categoría de "Héroes" para mí, uno conocido de hace años y una recién descubierta.

El primero es el autor mexicano Jorge Ibargüengoitia, cuyo apellido "trabalenguoso" no vuelves a olvidar una vez que empiezas a disfrutar de sus libros. A Jorge lo descubrí gracias a la magnífica revista mexicana Algarabía, lo que me impulsó a buscar estos dos hilarantes libros que son una selección de los artículos que escribió para el periódico mexicano Excelsior de 1968 a 1976. Su increíble ingenio (lo que en inglés se conoce como wit) aplicado a la idiosincrasia del mexicano, nos dejaron una gran colección de artículos que te arrancan unas grandes carcajadas.

"Misterios de la vida diaria" e "Instrucciones para vivir en México".

Pero Jorge fue además un prolífico novelista, y algunas de sus obras fueron incluso llevadas al cine, como "Estas ruinas que ves".

Dos de sus excelentes novelas.

Personalmente disfruté mucho más de sus artículos para el Excelsior, pues la ironía con que describe cosas tan cotidianas que vivimos los mexicanos aún el día de hoy, te hacen pensar: "¡Eso mismo me ha pasado y pienso exactamente lo mismo!".

Se los recomiendo mucho, por si no lo han leído.

Qué lástima que se nos fuera tan joven, a los 55 años, en un accidente de aviación, en España. Afortunadamente, como bien decía el Maestro Sandro Cohen: "El escritor [...] posee un arma secreta: las palabras escritas permanecen, mientras que las pronunciadas en voz alta se las lleva el viento".

Y recientemente descubrí a la magnífica escritora estadounidense Fran Lebowitz, gracias al documental de Netflix titulado "Pretend it's a city", dirigido por Martin Scorsese. Este es el trailer.


Fran sigue viva —algo que ella dice que a algunas personas las hace enojar— a pesar de fumar desde los 12 años y vivir —o sobrevivir— en Nueva York desde los 18. Y a sus casi 75 años mantiene su ingenio y agudeza intactos. Pueden encontrar en Youtube muchas entrevistas y sesiones de preguntas y respuestas con ella. Son entretenidísimas y cargadas de humor inteligente.

Sus primeros dos libros fueron compilados en uno solo llamado en inglés The Fran Lebowitz reader, y en español le pusieron Un día cualquiera en Nueva York.  Espero en octubre llegue mi ejemplar en inglés, porque quiero tenerlo y leerlo en el idioma original.

Súper entretenida lectura.

Conforme la he leído y escuchado, veo que coincidimos en bastantes cosas, aunque en otras discrepamos (personalmente la política no me interesa). Pero siempre me saca una sonrisa lo que esté leyendo de sus escritos.

Una de las cosas con las que coincido con ella es la importancia de leer. De hecho, cuando le preguntan que qué recomendación les daría a los jóvenes que quieren ser escritores, ella invariablemente contesta que no vayan a una escuela de escritores, sino que mejor se dediquen a leer y a aprender gramática. Y tiene sentido: de esa manera desarrollas tu propio estilo —y no uno institucional, todos los alumnos teniendo el mismo—. Pero la gramática, esa sí es crucial.

Y otra cosa que aconseja es: si no tienes talento en algo, no lo intentes hacer de manera profesional. Simplemente, no. No lo hagas. Ojalá muchos "artistas" e "influencers" pusieran atención a sus palabras. Pero es algo de lo que ella se queja: por más que lo dice, nunca le hacen caso. Qué lástima, Fran. Para todos nosotros también.

Regreso al punto sobre leer. Realmente es de lo más importante. Una vez que aprendes a hacerlo, eres imparable. Tienes todo el mundo por delante. El problema es que si nos enseñaron a ver a la lectura como un castigo, como un "tienes que", será prácticamente imposible desarrollar gusto —no digamos afición— por esta actividad.

Mis libros,...

..más libros,...

...que hasta ya no caben.

¡Ah!, y está totalmente comprobado por la ciencia que es muchísimo mejor leer usando libros físicos —así como escribir con lápiz y papel— que utilizar medios electrónicos, pues se obtiene un mejor aprovechamiento del aprendizaje.

Como sé que mis cuatro lectores son una audiencia culta y conocedora, estoy 100% seguro que disfrutan leer. ¿Leer qué? ¡No importa! ¡Lo que sea que les atraiga! Así es como se logra la afición a algo: tiene que ser algo que te guste, te atraiga. Ya sea que lean el buen libro, o cómics, o novelas románticas, o un interminable etcétera, ¡qué bien! Pero hay que leer.

Tu mente se abrirá como no te imaginas.


Hasta la próxima.


In memoriam | César Güemes: la bonhomía personificada

Hoy, mis altamente apreciados cuatro lectores, quiero recordar a una de mis amistades epistolares que más se extraña. Me refiero al Maestro César Güemes, quien se nos adelantó en el camino, allá por abril del 2022.

Con beneplácito leí la nota "buena, breve y sustanciosa" que escribió Jesús Alejo Santiago en el períodico Milenio dando la noticia (clic aquí para la nota), hablando de la personalidad del buen César. 

Al buen César no tuve el placer de conocerlo en persona, lo cual hubiera sido un completo agasajo, sin duda, pero la lectura nos unió: yo leyendo sus artículos y él leyendo mi anterior blog de vinos. De hecho, el aprecio por el buen vino también fue algo que compartimos.

Uno de mis tesoros, es una de sus novelas—Cinco balas para Manuel Acuña, buenísima— que él me envió a Monterrey, dedicada de su puño y letra. Esta es la foto de esa joya que engalana mi biblioteca. Es un honor haber recibido esta amabilidad de parte del buen César Güemes.

Una verdadera joya.

Además de este, tengo su novela Soñar una bestia. Muy recomendable también. Esta la conseguí en Monterrey.


Además, digitalmente conservo aún los correos que nos intercambiamos, de los cuales comparto aquí un par de sus respuestas.


Tuvimos un par de llamadas telefónicas, y tras recordarlas, junto a las comunicaciones que cruzamos, en verdad que concuerdo con Jesús Alejo Santiago en la palabra que atinadamente escogió para describir la personalidad de César: la bonhomía. Era a todo dar.

Solapa de uno de sus libros.

Tengo la firme convicción de que lo conoceré en persona, en el futuro, para poder disfrutar de esa plática sabrosa que se nos quedó en puntos suspensivos...

Hoy lo recuerdo con bastante aprecio.


Hasta la próxima.