domingo, 26 de octubre de 2025

Mis horas de vuelo - Álbum con algunos vinos probados al momento

Mis siempre  apreciados cuatro lectores, en esta ocasión quiero compartir con ustedes, a manera de "mis horas de vuelo", por así decirlo,  un álbum fotográfico con algunos de los vinos que he probado hasta el momento. Digamos que son como mis horas de vuelo como consumidor de vino.

He acostumbrado documentar fotográficamente, cuando ha sido posible, la mayoría de los vinos que he probado —con cámara compacta, profesional o la de mi celular— aunque de muchos no tengo un registro.

Unos cuantos probados en una ocasión

De muchos de esos vinos que verán en las fotos aún conservo mis registros escritos de las notas de cata realizadas en ese momento. De hecho, empecé a registrarlos en esta pequeña libreta, decorada y forrada por un servidor, específicamente para este fin.

Mi primer registro de notas de cata

Claro que me acabé esa libreta, lo que me llevó a iniciar otra, y luego otra, para pasarme a una carpeta rellenable, hasta que ahora utilizo una libreta especializada.

La evolución de la documentación de mis notas de cata

Antes de cerrar el blog anterior, llevaba un registro de poco más de 800 vinos probados. Claro que cuando cerré aquel blog no dejé de probar vinos, así que fácilmente el millar fue superado hace tiempo.

Bueno, la idea es que puedan ustedes conocer los tipos de vinos con los cuales he armado la memoria sensorial —a través de los años y con mucha práctica— que uso para comparar los vinos que pruebo y reseño para ustedes, con mucho gusto, mis valiosos cuatro lectores.

Sin decir más, aquí abajo les pongo la liga para acceder al álbum fotográfico.

Den clic en esta liga para ir al álbum "Algunos vinos probados"


Otra manera de acceder a ese álbum será dando clic en esta imagen que verán, ya sea en el lado derecho de su navegador de la computadora, o en la parte de abajo del navegador de su celular.


Este álbum lo estaré actualizando cada vez que pruebe un vino nuevo. De hecho, ustedes notarán que el álbum contiene algunos vinos de los cuales aún no he escrito su reseña. Paciencia y saldrá en su momento, porque traigo muchos pendientes.

Espero les agrade este acervo fotográfico.

Hasta la próxima.


sábado, 25 de octubre de 2025

The Prisoner Red Blend | The Prisoner Wine Company | 2022 | Estados Unidos | Tinto | Seco

Desde que probé este vino, hace ya más de una década, The Prisoner Red Blend se ha convertido en uno de mis vinos favoritos por una sencilla razón, mis encantadores cuatro lectores, que es que está elaborado principalmente con la uva tinta zinfandel, que puedo decir es mi uva favorita.

Aún así, no crean que hay ningún favoritismo al elaborar esta reseña, eh (guiña el ojo).

The Prisoner Red Blend 2022

  • Vino: The Prisoner Red Blend
  • Cosecha: 2022
  • Productor: The Prisoner Wine Company (theprisonerwinecompany.com)
  • País: Estados Unidos
  • Región: Napa Valley, California
  • Uvas: zinfandel, cabernet sauvignon, petit sirah, syrah, merlot y malbec
  • % alcohol: 15.2
  • Comentarios: crianza en barrica de roble
  • Precio: $1799.00 pesos mexicanos (en La Castellana - lacastellana.com)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: ***** (5 de 5)
  • Disfrutado el día: 23 de julio de 2025


Aunque la etiqueta no lo especifica, se entiende que la uva usada mayormente en este ensamble es la zinfandel porque, como muestra la lista de uvas que tomé de la propia página web de la bodega, la zinfandel es la uva que ponen al principio. Si se fijan, no están en orden alfabético tampoco. Así que ahí tienen un tip más para su acervo enológico. Las demás uvas ayudan a dar estructura y personalidad a este vinazo. Y, como bien nos explicó don Carlos Villarreal Martínez (leer esa nota aquí), es mucho más complicado hacer un vino de una mezcla de uvas que uno de una sola uva. Aquí el enólogo —como dijo don Carlos— es el verdadero héroe.

Al servirse en la copa este gran vino, disfrutamos de un profundo y limpio color rojo-púrpura.

Vista de The Prisoner Red Blend 2022

En nariz es todo un concierto de aromas, desde potentes a sutiles, destacando de inicio la frutilla negra y roja, como arándanos y ciruela. El paso por barrica (que tampoco lo dice la etiqueta) se hace evidente por notas típicas de la crianza como son tabaco de pipa con aroma de vainilla, nueces y algo especiado. A pesar de su grado de alcohol superior a lo que acostumbramos probar (son 15.2%), no se percibe en la nariz esa sensación caliente cuando no está bien integrado y sobresale notoriamente. No, no es así. El buqué de este vino es elegante y delicioso.

En la boca se confirman todos los aromas frutales como sabores potentes, en un vino de cuerpo pleno y sedoso, con taninos medianos y astringentes (como se esperaba), con un final muy largo al pasar por la garganta. Por supuesto, es un vino seco, y con una excelente acidez.

¿Qué les puedo decir? Para mí, este vino ha merecido siempre las 5 de 5 estrellas en mi Relación Precio Calidad (RPC) que hoy le vuelvo a otorgar.

Ahora, el maridaje recomendado con este vino es un buen corte de carne asada, pues sus potentes y afinados taninos pueden cortar la grasa y la proteína sin ningún problema. Es una de las bellezas de la uva zinfandel, que es de las más potentes junto a la cabernet sauvignon y la shiraz.

Elsa y yo probamos en octubre del año pasado este mismo vino pero en su cosecha 2021, cuando fuimos a las cabañas Los Encinos, en Santiago, N.L.

The Prisoner Red Blend 2021

El maridaje le quedó fantástico. Se los recomiendo ampliamente.


Ahora, quiero hacer mención importante de lo siguiente: aunque este vino se puede conseguir en la tienda de vinos La Castellana, específicamente este vino 2022 que acabo de reseñar fue traído directamente desde la vinícola The Prisoner, ubicada en Napa Valley, California, Estados Unidos, como un regalo. Con razón no le hallé los marbetes del SAT por ningún lado. 

Fue una sumamente agradable e inesperada sorpresa, totalmente urdida en secreto por mi amigo Eliel y su novia Guille. ¡Qué detallazo, en verdad! Muchas gracias a ambos. Que Diosito les dé mucho más —snif—.

Definitivamente, este es un vino para una ocasión especial, como compartirlo lo antes posible con tus seres queridos. ¿Qué puede ser más especial que eso?

♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

Hasta la próxima.



"Escribir es un trabajo tan difícil como la minería de carbón. Pero sin el glamour."

Mis serenos cuatro lectores, acompaño este momento de redacción con una taza de buen café espresso, mientras medito en la frase de Fran Lebowitz que da título a este artículo.

El buen café debería ser un derecho divino

Bien saben ustedes, público culto y conocedor, que el contexto es sumamente importante para captar realmente el sentido con que el hablante dijo una frase, a fin de no terminar usándola mal.

A lo que se refiere Fran no es al simple hecho de tomar pluma y papel —o un dispositivo mecánico (máquina de escribir) o uno electrónico (celular, tableta, portátil)— y ponerse a plasmar letras y signos de puntuación. Ella se refiere a la profesión de ser escritor. Y, no solo eso, sino también a ser un buen escritor. Porque, como ella misma ha dicho —y coincido con ella— no todos tenemos el talento de los grandes escritores, ni los antiguos ni los contemporáneos. Pero, no por eso vamos a dejar de escribir, ¿verdad?

Si alguien quiere dedicarse a ser escritor, es decir, que vaya a querer vivir de eso, pues tiene una presión mucho mayor que quienes simplemente deseamos expresarnos usando palabras. De ahí es donde surge esa dificultad que ella describe como la que vive un minero que baja a las entrañas profundas de una peligrosa mina de carbón —¡imagínense!—, ah, y sin ser tan glamorosa la vida del escritor como la del minero. Tan irónica Fran, como siempre.

Personalmente, como ya mencioné antes en este escrito, es por gusto que escribo en este blog, así como lo hice en el anterior. Acá entre nos, les comparto que cuando tenía el blog anterior me propusieron de Kala Editorial (quienes le publicaron un libro de cuentos al buen Guffo Caballero [liga aquí]) el hacer un libro con notas de mi blog. Como no tenía el interés ni las ganas de gastar dinero en eso (oh sí, por si no lo sabían, tú tienes que meter de tu lana) les agradecí la propuesta pero la decliné.

Con todo y dedicatoria del buen Guffo

En mi caso, la escritura es mi hobby, mi pasatiempo. Es como, por ejemplo, conozco a algunos que tienen el pasatiempo de andar en bicicleta de montaña. Estas personas saben que no basta con contar con un buen equipo, sino que necesitan conocer ciertos principios y reglas, y tener en su haber herramientas para hacer su actividad ciclista mejor cada día (no es lo mismo andar en planito que en una subida, y mucho menos en una bajada escarpada). 

Quienes gustamos de escribir sabemos muy bien que únicamente contamos, como "material", con palabras y signos de puntuación.  No hay más. Pero no basta con ello, pues necesitamos también seguir las reglas de gramática, de sintaxis y de ortografía para poder expresar de la mejor manera lo que queremos decirQue sea entendible. Sabemos que se trata de que quien lea nuestros escritos lo haga sin la necesidad de que estemos nosotros presentes para explicarles lo que quisimos decir. Si ese fuera el caso, entonces fracasamos como escritores. 

A diferencia de cuando nos expresamos hablando frente a alguien, que podemos hacer pausas, o gestos con nuestras manos, los ojos o la misma boca, o que aceleramos o bajamos el ritmo de la plática, o subimos o bajamos el tono para sonar más ansiosos o calmados, respectivamente, los escritores no contamos con esos recursos; tenemos que tratar de expresar la ironía, la tristeza, la felicidad y todas las demás emociones usando únicamente palabras y signos de puntuación. Difícil, ¿verdad?

Personalmente, quiero mejorar en mi redacción, porque es algo que me gusta: aprender cosas nuevas. De hecho, ya me inscribí a un curso de Redacción Sin Dolor, basado en el trabajo del Maestro Sandro Cohenque iniciará la próxima semana.

Basado en el trabajo del Maestro Sandro Cohen

Seguramente me daré cuenta de muchos errores de redacción que cometo, pero eso será lo más emocionante: aprender cosas nuevas y enderezar lo que ande torcido.

Si les llegara a interesar el curso, den clic en esta liga.

Luego les cuento cómo me fue. 

Hasta la próxima.


viernes, 24 de octubre de 2025

8KM Carmenere | Santa Rita | 2024 | Chile | Tinto | Seco

Mis siempre considerados cuatro lectores, les tengo una noticia: ya es viernes. Y, como decía el gran Maestro Germán Dehesa: hoy toca

En este caso, hablo de lo tocante a echar un buen vinito, y qué mejor si es un espécimen digno de añadirse a nuestra lista de vinos 3B: bueno, bonito y barato. Ah, y con maridaje sugerido, faltaba más. "Pa' que vean cómo los quiero, condenadotes", diría el otrora famoso personaje, El Mostachón, de Los Polivoces.

A'i les va.

8KM Carmenere 2024

  • Vino: 8KM Carmenere
  • Cosecha: 2024
  • Productor: Viña Santa Rita (santarita.com)
  • País: Chile
  • Región: Valle Central
  • Uvas: 100% carmenere
  • % alcohol: 12.5
  • Precio: $159.00 pesos mexicanos (en tienda HEB)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: ***** (5 de 5)
  • Disfrutado el día: 19 de julio de 2025

No había caído en cuenta de que no había publicado antes una reseña de algún vino chileno. Mea culpa. Pero vamos a resarcir esa afrenta vinícola en este momento.

Como pueden ver, se trata de un vino muy accesible, que no pasa de los $200 pesos mexicanos, y que fácilmente se encuentra en tiendas de autoservicio, como el HEB donde lo compré yo.

Vista de 8KM Carmenere 2024

Nota a pie de página: se podría escribir un artículo completo de la fascinante historia de la uva carmenere, la cual creían que había desaparecido del mundo, pues en Europa toda fue devorada por la plaga de la filoxera. Pero, no es el momento. Baste con decir que fue milagrosamente hallada en Chile y aún podemos disfrutar de esta uva poco conocida, pero muy agradable. Spoiler alert: creían que era uva merlot.

Como pueden ver en la foto, se presenta un vino de profundo color rojo-púrpura, muy limpio de apariencia.

En nariz se muestra aromático, con notas totalmente frutales, a frutilla oscura, como arándano negro. Aclaro que no tiene el aroma a chicle, la nota bubblegum, que personalmente no me agrada. Este huele muy rico.

En la boca se siente seco, pero afrutado (no dulce), y con una acidez muy viva, la cual podría sentirse demasiado si no se sirve a una temperatura más abajo de 15 grados centígrados. Yo sugiero tomarlo a 12 grados centígrados. De hecho, la merlot no tiene la misma acidez de la carmenere, por lo que no entiendo cómo las confundieron los chilenos, pero bueno, eso es otra historia y no quiero tener problemas diplomáticos. Viva la paz.

Este vino es de cuerpo ligero, con taninos medianos y suaves, y con un final largo.

Nos pareció un vino bien balanceado, excelente para ser un vino de diario, por lo que le doy 5 de 5 estrellas en mi Relación Precio Calidad (RPC). 

Y para acompañar este vinito 3B, nos decidimos por unas empanadas argentinas, donde predominó la carne (natural, picante, dulce), aunque hubo chistorra y champiñones también.


Maridaje de esa ocasión

Las que quedaron mejor con el vino, para nuestro gusto, fueron las de carne picante, después las de carne dulce, y finalmente un empate entre las demás.

En Chile hay varias bodegas confiables, y Santa Rita es una de ellas. Tiene vinos de precio mayor, pero aún los de precio más moderado, como esta línea 8KM, valen la pena.


Así que, ¿qué esperan? Váyanse por su vinito y sus empanadas, pizzas, tacos, hamburguesas, o lo que gusten, y que Dios bendiga lo que caiga en la barriga.

Recuerden: hoy toca.

Hasta la próxima.



Observando el mundo | "¿Te preocupa la IA (inteligencia artificial)?"

Mis afables cuatro lectores, les cuento que cuando retomé la escritura de mi blog, y a medida que iban surgiendo mis artículos publicados en este, hubo quien me preguntó que si yo los escribía directamente o los generaba mediante inteligencia artificial, la tan últimamente mentada IA.

Sinceramente, confieso que me sorprendió mucho tal insinuación, y desconozco lo que haya motivado a esa persona a suponer que yo podría estar usando la IA para escribir mis artículos. A quienes realmente me conocen y han tenido la oportunidad de conversar conmigo, esa idea no les cruzaría por la cabeza.

No, no utilizo herramientas de IA para que escriban por mí los artículos que luego publico bajo mi nombre en este blog. Todo lo que ustedes, mis cordiales cuatro lectores, leen en este blog fue meditado, investigado, redactado y corregido por una mente humana: la mía. Escritura al estilo de la vieja escuela —old school—.

Artículos escritos al estilo de la vieja escuela

Por supuesto, cuando no cuento con material suficiente en mi biblioteca  sobre algún tema del que quiera escribir, o se trate de un tema sobre el que sea pertinente buscar información actualizada, entonces investigo usando búsquedas de Google. Nunca he utilizado alguna herramienta especializada de IA, como el célebre ChatGPT. ¿Las usaré expresamente para esto algún día? No. No me interesa.

Siendo un profesional del área de Informática no soy nada ingenuo como para declarar "Nunca usaré la IA", pues sé que las búsquedas de Google la utilizan, así como los videos que me sugiere YouTube, las canciones que me recomienda Spotify y "cree que me pueden gustar", los oportunos mensajes de la aplicación Uber Eats que parece saber exactamente el momento cuando me empieza a rugir la tripa de hambre, sin olvidar los Google Ads que empiezan a aparecerme sin que yo haya hecho una búsqueda en forma en Google, sino que simplemente hablé en voz alta con alguien sobre algún producto que me interesaba (tétrico, ¿verdad?).

Quienes piensen que la IA es el futuro están muy equivocados. La IA es el ahora.

"¿Te preocupa la IA?", es una pregunta que se escucha frecuentemente en muchas partes.

"Estoy más preocupada por la inteligencia humana que por la inteligencia artificial", respondió no hace mucho a dicha pregunta la escritora Fran Lebowitz en una entrevista con su ya famosa agudeza. En este caso, concuerdo con ella. Seguimos buscando vida inteligente en el espacio sideral cuando, en realidad, es más urgente encontrarla en este planeta. Pero bueno, qué le vamos a hacer.

Sobre la IA se dice mucho que nos va a quitar los trabajos, tal como decían nuestros vecinos del Norte sobre los indocumentados que entraban a su país. Y no los veo haciendo redadas para deportar las herramientas de IA. Sospechoso...

Hablando en serio (o al menos intentándolo), si hay algo que en este momento sí me preocupa sobre el uso de la IA son los mentados algoritmos que las empresas tecnológicas han desarrollado, basándose en estudios neurológicos y psicológicos, para influenciar nuestras decisiones. Y esos algoritmos, que son carísimos pues generan ganancias increíbles, se han aplicado a navegadores, redes sociales, páginas de internet y aplicaciones de todo tipo para mostrarnos lo que ellos quieren que veamos.

A ver si me doy a entender: en los inicios de los navegadores, allá por mediados de los años 1990, estas herramientas te traían toda la información que existía publicada en internet en ese momento. Por ejemplo, sería como si necesitaras cierta información y tú fueras a una biblioteca pública y pudieras acceder a todos los libros que hay ahí para investigar. Tú eras quien decidía en qué te ibas a enfocar. Eras tú quien limitaba la información con la que trabajarías.

Pero ahora, la manera en que se diseñan los algoritmos —oh, sí, esto está hecho así con toda la intención— es buscando que únicamente se te presente aquello que quieren que veas, pues lo que se busca es que permanezcas la mayor cantidad posible de tiempo dentro de la página o aplicación que estés usando. Porque eso significa dinero. Por eso el algoritmo sabe más de tus gustos que tú mismo.

Siguiendo con el ejemplo mencionado arriba, ahora sería como si entraras a la biblioteca pública, pero de inmediato cerraran una parte de la biblioteca y solo te dejaran entrar a una pequeña parte de ella que es en la que ya habías estado antes. No eres tú quien ahora limita la información con la que puedes trabajar. Alguien más la limita por ti.

¿Qué es lo grave de esto? ¡Que están limitando tu capacidad de pensar! ¡De conocer de diferentes temas! ¡Diferentes opiniones! ¡Incluso contradictorias!

¿Las consecuencias? Las vemos hoy más que nunca: las opiniones están totalmente polarizadas. Los asuntos se mueven únicamente entre blanco y negro, sin tener la capacidad de ver, no solo un amplio espectro de grises, ¡sino los demás colores, por Dios!

Si piensas que la Tierra es plana, el algoritmo se encargará de mostrarte únicamente información que diga que la Tierra es plana (así como que son unos imbéciles los que digan lo contrario), porque sabe que eso es lo que te gusta y, por lo tanto, te hace quedarte más tiempo en las redes y páginas que concuerdan con tu opinión, y eso significa dinero para los dueños de esas redes, páginas y aplicaciones. Si una de estas herramientas te presentara alguna información que dijera que la Tierra es redonda, tú podrías salirte de esa aplicación y el dueño perdería tu atención, y eso es malo para el negocio. Tome m'ijo, más opiniones sobre lo plano que es nuestro planeta.

Así pues, esto es lo que me preocupa de la IA, y ya lo estamos sufriendo actualmente; no es un problema futuro.


Ahora bien, la IA es una herramienta, como un cuchillo de cocina. En las manos de un niñito es sumamente peligroso, pero cuando está en las experimentadas manos de un gran chef, este puede preparar cosas maravillosas. De la misma manera, si esta herramienta, la IA, cae en manos de gente sin escrúpulos y con mucho dinero, y si no hay todavía leyes locales ni internacionales que permitan capear los peligros que la IA pueda representar, entonces lamento informarles que hay un infante desenfrenado con un cuchillo cebollero, sumamente afilado, corriendo por la casa. ¡Sálvese quien pueda!


Hasta la próxima.


jueves, 23 de octubre de 2025

Un acto de rebeldía: reparando mi estéreo Sony HCD-FL3

Esta historia empieza con un estéreo de alta fidelidad (HiFi) (que también funciona como Home Theater 5.1) modelo HCD-FL3 que compré hace más de 20 años en la propia tienda de la marca Sony, la cual estaba en Plaza Fiesta San Agustín. El equipo, además de ser nuevo y estar brutal, se encontraba en remate. ¿Cuál era su pecado? No tocaba archivos en MP3, y los nuevos equipos ya lo podían hacer. Como eso me vino importando menos que nada, me traje esta joya a casa, y desde entonces lo utilizábamos mi esposa y yo.

Pero, como dice la proverbial frase: "Todo por servir se acaba —y acaba por no servir—". Así que era necesario buscar quién le entrara en serio a arreglar un equipo de estas características (marca, "antigüedad", complejidad).

Nuestro estéreo siendo revisado


Afortunadamente, alguien sí le quiso entrar, y fue el Ing. Alejandro Pérez González, en su taller AC DC Electrónica. Y digo que fue afortunadamente, porque es muy cierto que la gente te dice que mejor te compres un equipo nuevo, en vez de tratar de arreglar el que ya tienes. Estamos en la era del hiperconsumismo, ni más ni menos. Así que, esta frase que me encontré hace tiempo, tiene mucho sentido.
Platicábamos mi esposa y yo que cuando éramos más jóvenes, todo se mandaba a arreglar. Zapatos, ropa, aparatos eléctricos y electrónicos, relojes, cámaras, etcétera. Uno no tiraba a la basura las cosas inmediatamente al fallar o sufrir un desperfecto, sino que se intentaba arreglar. Y la mayoría de las veces se lograba.

Las cosas se cuidaban porque sabíamos lo que había costado obtenerlas, ya sea por nuestros padres o por nosotros mismos.

Por supuesto, obtener algo por medio de la compra es —ahora— mucho más rápido y cómodo que emprender la dura labor de conseguir que te lo arreglen. Investigar dónde lo puedan arreglar, sacar tiempo libre para ir al negocio en su horario de trabajo transportando el objeto descompuesto, preguntar en varios lugares para obtener el mejor precio, esperar a que hagan la reparación y, en su caso, añadir la espera de las partes dañadas que se mandaron pedir. Todo esto implica un esfuerzo y mucha paciencia que las nuevas generaciones no tienen, gracias a la gratificación instantánea que hoy ha permeado hasta la médula. 


¿Y en qué resultó mi acto de rebeldía?

Vivito y coleando

Finalmente, tras un año y medio —sí, leyeron bien— en que se tuvieron que mandar traer piezas que Sony ya no tiene en existencia en México, y además con el reto para el ingeniero Alejandro con este tipo de equipos que tienen muchas piezas interconectadas (el mecanismo de torre de cinco CDs es genial pero complicado), el estéreo volvió a casita. De hecho, en este momento estoy escuchando, de mi colección de vinilos, la banda sonora de la película "E.T., el extraterrestre".



¿Valio la pena la espera? Definitivamente. "A lo que vale la pena, toma tiempo llegar", dice el respetado Dr. Enrique Rojas. 

El buen libro dice que "para todo hay un tiempo". Así que, ahora, ha llegado el tiempo de disfrutar de la calidad de sonido que solo un equipo de alta fidelidad puede dar.

Parte posterior, donde van todas las conexiones


Todo el equipo montado en su sacrosanto lugar


El control remoto del estéreo, ¡simplemente brutal!


Tornamesa, audífonos semi profesionales y demás gadgets

¡Ah! Por cierto. Con el paso de los años y el avance de la tecnología, en que ahora las conexiones se hacen inalámbricamente mediante Bluetooth, no importa que nuestro estéreo no toque CDs con archivos MP3, porque ahora cuenta con un adaptador receptor de audio Bluetooth, así que el estéreo ahora toca sin ningún problema los playlist de Spotify emitidos desde mi celular, tableta o portátil.

Me encantan las historias con un final feliz.

Hasta la próxima.




domingo, 12 de octubre de 2025

El galano arte de conversar

¿Les gusta conversar, mis apreciados cuatro lectores? 

A mí me gusta mucho. Creo que tanto como me gusta observar lo que sucede a mi alrededor. Pero, debo confesar que la observación es infinitamente más fácil que la conversación. Porque conversar no es simplemente hablar. Hasta los pericos y los cuervos emiten sonidos parecidos a palabras dichas por voces humanas. Eso no es conversar.

Conversar es un arte en peligro de extinción. Permítanme explicarlo antes de que llegue Greta Thunberg a armar un zafarrancho creando una ONG para salvar la conversación.

Creemos erróneamente que mantener una conversación es simplemente que cada hablante espere su turno para hablar. Qué vergonzoso es cuando quienes participan en este remedo de conversación, por no poner atención a lo que el otro está diciendo, sino que estaba rebuscando en su mente algo más interesante qué decir, expresa algo totalmente fuera de lugar, dada su ansia de intervenir. El silencio incómodo que se produce en ese momento mata por completo esa "conversación".

Conversar tampoco es necesariamente, y sobre todo cuando hay un tema polémico, querer salir victorioso a como dé lugar, en vez de intentar aprender algo o adoptar una perspectiva distinta. Y es que para conversar es indispensable pensar.

En la Regla 9 de su libro "12 reglas para vivir", el psicólogo Jordan B. Peterson explica que "[...] la gente organiza su cabeza conversando. Y si no tienen a nadie para contarle su historia, pierden la cabeza. [...] Una gran parte de lo que consideramos funciones mentales saludables es el resultado de nuestra capacidad de utilizar las reacciones de los demás para seguir siendo operativos en toda nuestra complejidad."

Creo que, en parte, es por esto último que las personas muy mayores sienten la imperativa necesidad de contar las historias de su vida una y otra y otra vez. Aunque, sinceramente, este acto de escuchar que realizamos con ellos no se pueda considerar una conversación en toda la extensión de la palabra.


Bueno, volviendo al tema de la conversación, les decía que no era fácil porque, al ser un arte que se está perdiendo, hay cada vez menos personas con quienes se pueda practicar y disfrutar esta experiencia. 

Hay muchos habladores, hay pocos conversadores.

Para resolver esta alarmante escasez, pondré el siguiente anuncio en el periódico:

SE BUSCA GENTE PENSANTE PARA MANTENER CONVERSACIONES INTELIGENTES

Requisitos:

  • Nivel de lavadero de vecindad: inadmisible. Si va a hablar de personas, mejor quédese en su casa.

  • Poder hablar con libertad de diversos temas. Si únicamente sabe hablar de su deporte favorito, su equipo favorito, su artista favorito(a), su videojuego o RPG favorito, su religión favorita, su actividad religiosa favorita, etc., ni se moleste en responder.
  • Si desea incluir "sus pronombres" en la solicitud, por favor, proceda de la siguiente manera: tome la solicitud en el centro de su mano abierta, estrújela con la mayor fuerza que pueda y arrójela al bote de basura más cercano.
  • Si acostumbra dar trigger warnings antes de una conversación, siga el paso mencionado arriba, tenga la bondad.
  • Tener la premisa de que todos tenemos algo qué aprender; que mediante una conversación podríamos adquirir conocimiento que podría cambiar nuestro comportamiento y forma de ver el mundo, aunque se nos contradiga. Entender que la verdad y el humor son a menudo aliados íntimos, y que éste último es sumamente aceptable usarlo en una conversación.
  • Acompañar la conversación con comida y alguna bebida, también es aceptable.


Luego les cuento cómo me fue.


Hasta la próxima.


Observando el mundo | "Me gusta toda la música"


Mis formidables cuatro lectores, hoy mientras disfruto de un cafecito escuchando los CDs 1 y 2 de mi colección La Música de los Dioses, medito en lo que siento cada vez que escucho a alguien decir la frase que da título a este artículo. Quizás alguno de ustedes también, a la pregunta "¿Qué música te gusta?", ha recibido esa respuesta, a saber, "Me gusta toda la música". Vamos a diseccionar dicha frase, ¿les parece?

"Me gusta..."

La acepción de la RAE sobre el verbo gustar que es la aplicable a este contexto sería equivalente a decir "Me agrada" o "Me parece bien", lo cual no tiene más tela de la cual cortar, así que prosigamos.

"...toda la música"

La palabra toda tiene 17 acepciones, y si además le sumamos las 17 acepciones propias de la palabra cualquiera (a la cual se trata como sinónimo de toda en la sexta acepción), encontramos que, en 34 ocasiones e invariablemente, se refiere a "la totalidad de los miembros de un conjunto". De nuevo, no hay más que se pueda decir, por lo que continuamos.

Aquí es donde se pone interesante el asunto, con la palabra música. Porque, por más que la RAE define que debe ser un "sonido grato al oído", o que debe tener "armonía" o buscaría "recrear el oído", en Wikipedia se menciona que es "un producto cultural", lo cual tira por la borda el concepto de que sea algo grato al oído. ¿Al oído de quién? ¿De todo el mundo? No lo creo.

Pero, bueno, vamos ahora a pensar un poco en qué implica decir "Me gusta toda la música".

Empiezo declarando que yo sí puedo decir que "me gustan todos los sabores de las palelocas de Luxus", porque los he probado todos. La cantidad de sabores de estos dulces es finita y contable (que puede ser contado), por lo que probarlos todos es una meta alcanzable.

Ahora, quien me dice que le gusta toda la música, ¿significa que ya escuchó TODA la música que existe? ¿TODA? ¿TO-DA? Fíjense bien. TODA.

Digo, ¿siquiera puede mencionar, por nombre, uno a uno todos los estilos y géneros de música que existen? 

Y, como empecé diciendo al hablar de la definición de Wikipedia más arriba, al entrar la cultura en escena, la música incluiría hasta los cantos mongoles guturales o khoomii. ¿Los ha escuchado? ¿Le gustan? ¿Los tiene en una de sus playlist de Spotify, Apple Music u otra plataforma? 

¿Le agrada el Death Growl, el Japanoise, el Ruidismo, el Screamo y un  extenso etcétera? 

No conozco a todos los que dicen que les gusta toda la música, pero apuesto doble a sencillo que no a todos les gustan, les agrada o les parece bien toda esa música que mencioné arriba. 

La conclusión es que, siendo prácticamente imposible que alguien haya escuchado toda la música, es imposible que le guste toda la música. 

"Me gusta toda la música" es una afirmación falsa.


Llegado a este punto, la inevitable cuestión "que salta, brinca, se arremolina" (parafraseando al gran Dr. Enrique Rojas) es la siguiente: ¿por qué alguien te responde que le gusta toda la música? Hay varias posibilidades. Mencionemos algunas.

1) Tiene 16 años, y por lo tanto, ya conoce todos los misterios del Universo.

2) No quiere pensar para responder (algo similar a la posibilidad anterior).

3) Quiere zafarse rápidamente de la conversación.

4) No le pone realmente atención a lo que escucha.

5) Lo que realmente quiere es encajar donde sea y no ahuyentar posibles relaciones con sus gustos musicales.

6) Existe la posibilidad de que esa persona en verdad crea que la música que ha escuchado es TODA la que existe, lo cual revelaría su creencia de que el mundo gira alrededor suyo: fuera de ella misma y su órbita cercana no existe nada más.


En otro orden de ideas, he escuchado decir: "Quien dice que le gusta toda la música, en verdad no le gusta nada". Difiero de la absolutez de tal afirmación. Creo que, al menos, un tipo de música sí les ha de gustar, pero no saben cómo responder a tal pregunta, la cual puede parecerles abrumadora y hasta causarles ansiedad. 

Vamos a ayudarlos. ¿Qué opciones tienen para responder a la pregunta de qué música les gusta?

Una opción sería, tras haber hecho una evaluación de sus gustos musicales (que realmente para algunos sería más como un examen de conciencia o acto de contrición, ay Dios), que haga una lista de dichos gustos y se memorice al menos unos cinco (vamos, que cinco de entre TODA la música no es nada). Así podrá decir dicha lista con soltura y parecerá que al menos tiene control de algo en su vida.

La otra opción, también válida, y muy útil hasta para hacer una declaración de principios, es hacer una lista de al menos cinco estilos de música que NO le gusten. Por ejemplo, podría responder: "Me gustan muchos géneros de música, pero los que sí sé que NO me gustan son el reguetón, la bachata, los corridos tumbados,..." y cuanta bazofia haya alguna vez osado insultar su inteligencia. 


Para dar por terminado este TED Talk que nadie pidió, cierro diciendo que, en lo personal, me gusta la música que tenga armonía y me produzca deleite, lo cual he encontrado en muchos géneros musicales.

Pero eso sí, les aseguro que escuchar a alguien "cantar" (súper entrecomillado) emitiendo un sonido parecido al de un perro que se le atoró un hueso de pollo en el pescuezo y trata desesperadamente de expulsarlo, por más que sea parte de "la cultura" de alguien, nunca será algo que me guste. Nunca.

Como bien dijo Fran Lebowitz: "Hay demasiada democracia en la cultura, no la suficiente en la sociedad".

Y, a todo esto, mis melómanos cuatro lectores, ¿qué música les gusta a ustedes?


Hasta la próxima.


domingo, 5 de octubre de 2025

Autoridad: siempre preferible al poder

Mis queridos cuatro lectores, hace mucho tiempo escuché una frase que quedó grabada en mi mente y mi corazón —me encantan los aforismos—, que decía lo siguiente:


"La autoridad sin sabiduría e

como un cincel sin filo: 

en vez de dar forma, destruye".

Se me quedó muy presente, y apenas hace relativamente poco tiempo resurgió en mi cabeza tras escuchar un pódcast del Dr. Enrique Rojas, y más recientemente al leer un artículo suyo en el periódico digital ABC de España, titulado "Tener autoridad".

Uno de los libros de mi biblioteca del Dr. Enrique Rojas

Aprovechando la prodigiosa y empática mente entrenada del Dr. Rojas, fue que me quedó clara la diferencia entre dos palabras y conceptos que confundimos, la mayoría de las veces, y que hasta llegamos a tratar como intercambiables. ¡Qué craso error!

Las palabras son autoridad y poder.

Primero hablemos de la palabra poder, que viene de la palabra latina potestas que, como bien explica el Dr. Rojas, se refiere al que tiene poder y, por lo tanto, manda. 

¿Cómo obtuvo su poder? Invariablemente, algo o alguien se lo otorgó. Así pues, por dar un ejemplo, tenemos tanto a los políticos que llegaron mediante los "votos del pueblo" como a los que llegaron mediante un golpe de estado. 

Para simplificarlo más, pensemos en el policía que tiene el poder otorgado por un código de conducta aceptado por la sociedad en que vivimos. Pero, ¿obedecemos a estas personas con poder porque queramos hacerlo? La verdad es que no es así, sino que los obedecemos por temor a que nos apliquen alguna penalidad que esté dentro de su poder llevar a cabo, como llevarnos detenidos y meternos a la cárcel. No los obedecemos por gusto.

¿Y qué sucede cuando esas personas dejan de tener ese poder, por cualquier motivo? Pues cuando dejan de estar en una posición política o social elevada, su fuerza desaparece.

Para decirlo de la manera más cruda posible: esas personas sin poder no son absolutamente nada. Nadie las extraña, ni las quiere recordar.

Por eso, las personas que desean el poder por sobre todas las cosas harán lo que sea por mantenerlo. Y estas pueden surgir en cualquier ámbito, ya sea político, comercial, deportivo y hasta religioso. Por ejemplo, imaginen ustedes a un hombre que crece en una organización muy religiosa, al cual se le sugiere que debe de renunciar a buscar una carrera universitaria para poder hacer más por los feligreses de su iglesia. Este hombre sigue la sugerencia —ojo, no es obligación—, con lo cual aparenta ser una persona muy religiosa en su comunidad. Pero en cuanto llega a obtener una posición de poder, lo usa para mantenerse ahí. Porque, como en el mundo laboral no cuenta con la preparación académica para acceder a un puesto de poder (jefatura, gerencia o dirección) y él lo desea mucho (pues se lo autonegó), el único ámbito que le queda para estar por encima de todos es su grupo religioso. Es lo único que tiene, y ese poder lo defenderá con uñas y dientes. Sabe que si pierde ese poder, sería menos que nada.

Y esto también se aplica en la política, los deportes, la industria, etcétera.

Qué triste es el poder por el poder.


Por el otro lado, diametralmente opuesto, tenemos la autoridad, la cual siempre es preferible. Esta palabra proviene del latín auctorĭtas, y como resume de manera magistral el Dr. Rojas, se refiere a aquel que te ayuda a crecer como persona, aquel que se empeña en sacar lo mejor de tu persona. Qué diferencia con la palabra poder, ¿verdad?

El Dr. Enrique Rojas, basado en sus anotaciones, dice que las tres características de una persona con autoridad son las siguientes:

1. La capacidad de esa persona para expresar lo mejor de sí misma como ser humano: es una mezcla de autenticidad y coherencia de vida que la hace atractiva, sugerente y que invita a seguirla de alguna manera.

2. Ejerce una influencia positiva en las gentes que están más o menos cerca o la conocen y saben de ella: ayuda a mejorarnos, sacando lo mejor que tenemos dentro.

3. Esa persona sirve de guía, de referente, de modelo de identidad y empuja a conocerla mejor y de alguna manera, asoma la idea de imitarla, de ser un poco como ella.

La autoridad es aquella condición que tiene una persona que muestra unos criterios positivos, equilibrados, humanos, consistentes... una doctrina fuerte y atractiva, una forma de funcionar de categoría... que lleva, que empuja a seguirla de alguna manera. Esa conducta tiene una calidad intrínseca, que invita a seguir sus pasos y copiarlos. Autoridad es una dimensión humana que es entendida como superioridad psicológica y moral.

El que tiene autoridad invita a la excelencia. Y consigue que los que le siguen mejoren, limen sus aristas y se hagan más humanos, mejores.

Ahora bien, tras escuchar y leer lo que generosamente el Dr. Rojas nos comparte, aquí es donde estriban la diferencia de alguien a quien se considera que tiene autoridad.

¿Quién le otorga dicha autoridad? ¡Somos nosotros mismos quienes le otorgamos esa condición a las personas!

Y, si acaso, esa persona que consideramos una autoridad estuvo en un puesto de poder y deja de estarlo, eso no importa, porque ¡nosotros seguimos considerándola una autoridad!

Y cómo no vamos a seguirla considerando una autoridad, si esa persona realmente nos mostró que se interesaba por nosotros (no por sus propios intereses), nos ayudó a sacar lo mejor de nosotros, porque quería que fuéramos mejores —en felicidad, en habilidades, en altruismo, etcétera—.

Personalmente, conozco varias personas que estuvieron en alguna posición de poder sobre mi persona, mi preparación académica, mi trabajo, mi fe, a las cuales sigo viendo como una autoridad aunque ya hayan pasado hasta décadas que ya no tienen poder alguno sobre mi vida.

Como, nuevamente, con maestría explica el Dr. Rojas, a esas personas las vemos así porque nos ayudaron a educarnos:

Educar es convertir a alguien en persona. Es seducir con los valores que no pasan de moda; acompañar, ir con alguien recorriendo los principales tema de la vida. Educar es amor y rigor; poner raíces y alas. Es una tarea de orfebrería, lenta, gradual, progresiva. Educar es sacar la mejor versión de una persona, puliendo defectos y fomentando valores. Ahí la figura del educador es clave: él sirve de enganche, para saber transmitir con garra y al mismo tiempo, hacer atractiva la exigencia.


Y, por otro lado, sin duda alguna todos conocemos seres que tienen cierto poder sobre nosotros, pero a quienes nunca consideraremos una autoridad. Y, si acaso, les obedecemos, es por el puesto o posición que mantienen, nunca será por gusto. 


Y ustedes, mis inteligentes cuatro lectores, ¿cuántas personas con autoridad reconocen? 


Hasta la próxima.


domingo, 28 de septiembre de 2025

Albarolo Breta | Vinos Shimul | 2014 | México | Tinto | Seco

Mis queridos y muy avant-garde cuatro lectores, confieso que el vino que reseñaré en esta ocasión, desde que leí su nombre me dije a mí mismo: "Tengo que probarlo". Pero que no surja entre ustedes la falsa percepción de que fui hipnotizado por marketing puro y barato. No, de ninguna manera. Si no supiera que detrás de esta botella se encuentra el trabajo de alguien a quien considero un productor confiable, como el ingeniero Álvaro Ptacnik, ni le entraba.

"Ya, bájale, Rafa. Que sea menos. Mucho rollo. ¿Por qué tanto cuento?", quizás pueda pensar alguien poco documentado en el tema del vino —o de la cerveza, cabe decir—. Paso a aclarar que, el vino en cuestión, es característico porque contiene algo de brettanomyces (de ahí parte de su nombre, Breta). ¿Y qué diablos es eso? Pues es una especie de hongo unicelular (levadura) cuya presencia en vino o cerveza se llega a considerar un defecto, un contaminante...

"¡Guácala!", se apresura a exclamar el enófilo amateur. Pero, lo que no sabe, es que la presencia en una ligera cantidad, crea en los vinos unas notas únicas y muy elegantes, inigualables —para nuestro gusto, los aficionados al brett (así le decimos de cariño)—.

¿Y qué sucedió con esta variante del vino emblema de Shimul, el Albarolo? ¿Logró su objetivo de elegancia o causó su ruina por contaminación?

Albarolo Breta 2014


Desde el momento en que abrí este vino, empezó toda una experiencia, mis inquisitivos lectores. Y es que, si recordamos que, como lo dice la etiqueta y nos lo explicó el mismo Ing. Ptacnik (clic para leer la nota), sus vinos no son filtrados ni estabilizados, pues era de esperarse la presencia de sedimentos en este ejemplar de hace 11 años (recuerden que es 2014).

En el corcho mismo —que cuidó con celo el precioso caldo bajo su cuidado, cual fiel guerrero—, como se puede apreciar en la foto, aparecieron unos cristales, los cuales son completamente inocuos (o sea, no hacen daño, son inofensivos). 


Cristales de sedimentos en el corcho de este vino de 11 años

Cuando tenemos un vino con sedimentos lo que corresponde hacer es decantarlo con cuidado, sin sacudir la botella para asegurarse de que los sedimentos se queden en los hombros de la botella. Sí, en las botellas tipo bordalesa, como la de este caso, la parte donde la botella empieza a estrecharse para formar el cuello se le conoce como los hombros de la botella.

Decantando con cuidado el vino

Como lo que me sobran son billetes (Not!), uso un decantador reciclado de una botella del otrora famoso y hoy extinto Padre Kino (ver imagen). ¡Ejte decantador no lo tiene ni Riedel!

Y, de esta manera, tenemos la mayor parte del líquido en el decantador, listo para ser servido.

Vino decantado, listo para disfrutarse

Aclaro que es la mayoría el líquido porque, como se podrán imaginar, en la botella permanece vino que ya no podemos verter pues los sedimentos se transferirían también, y eso es lo que queremos evitar precisamente.


Pero no se quedó ahí para siempre...

Ahora sí, ya podemos proceder con la nota de cata en toda regla.
  • Vino: Albarolo Breta
  • Cosecha: 2014
  • Productor: Vinos Shimul (shimul.net)
  • País: México
  • Región: Valle de Guadalupe, Baja California
  • Uvas: 100% nebbiolo
  • % alcohol: 13.8
  • Comentarios: No filtrado, no estabilizado. 
  • Precio: $600.00 pesos mexicanos (directamente con el productor)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: ***** (5 de 5)
  • Disfrutado el día: 26 de septiembre de 2025

Vista del Albarolo Breta 2014

En vista, este vino es de un profundo color rojo granate. Me llamó particularmente la atención el aro acuoso alrededor de la orilla del vino, cuyo grosor yo esperaría fuera más corto por la edad del vino, pero parece que las botellas de esta cosecha aún pueden ser guardadas por más tiempo sin problema.

La nariz del vino era lo más esperado por mí, y cuando la examinamos Elsa y yo, tras una profunda aspiración... ¡Wow! ¡Ahí está la brett! ¡Me encantaaaaa! 

Si quisiera tratar de explicar cómo es el aroma, sin duda usaría la misma expresión de Elsa: "Huele como a petróleo". Pero es una sobresimplificación, la verdad. El aroma de la brett, para mi gusto, cuando es en la cantidad correcta, da mucha elegancia, y no es molesto.
Pero no predominó únicamente la brett, sino que se integró con los  aromas a frutos rojos, el cuero, la grasa (como de chorizo), el tabaco, la vainilla. 

En boca, impresionante: de cuerpo medio, con una acidez buenísima y taninos suaves, presentaba un final muy muy largo. El alcohol se sentía en su justa medida.

Todo perfecto.

Esta vez, este vinito acompañó una tabla de quesos con un dip de receta secreta de Elsa, y su versión de papas bravas que quedaron muy bien.

El acompañamiento de esta ocasión

Este vino me pareció excepcional, por lo que le doy 5 de 5 estrellas en mi Relación Precio Calidad (RPC).


Ah, ¿y qué onda con los sedimentos? Bueno, pues únicamente para fines didácticos —¡hic!— es que servimos el resto del vino en una copa para mostrarles a qué nos referimos.

Botella con sedimentos


Sedimentos dispersos en el vino


Los sedimentos solos

¿Hacen daño los sedimentos si nos lo tomamos o los comemos? No, para nada. De hecho, contrario a lo que pudiera parecer, no tienen un sabor marcado, más bien no saben a nada. Pero la sensación no es agradable cuando los bebes. Se sienten como granos de arena, como azúcar que no se disolvió bien. Por eso, es preferible seguir el proceso de decantación para que la experiencia de beber el vino sea más placentera.


Seguro que a mi estimado Eslem Torres, maestro cervecero, le causará curiosidad este artículo. No creo que él quiera la presencia de brett en sus cervezas. O quién sabe...

Hasta la próxima.