lunes, 31 de marzo de 2025

Nuestro primer encuentro con los vinos Rivero González

Dice el buen libro: "Y es que ¿quién ha despreciado el día de los comienzos humildes?".

Nadie debería hacerlo, y menos cuando la determinación, la tenacidad y la disciplina vienen bien respaldadas con preparación y estudio.

Esta vez, mis queridos cuatro lectores, les quiero compartir ese peculiar primer encuentro que tuvimos mi esposa y yo con los vinos Rivero González (rgmx.mx), de Parras de la Fuente (Coahuila), y cómo han evolucionado las cosas desde ese entonces.

Remontémonos al domingo 20 de abril de 2008, pues ese fin de semana Elsa y yo viajamos y nos hospedamos en Parras, para visitar la bodega más famosa de la entidad, que es Casa Madero, la más antigua de todo el continente americano.

Pues estando allá, en el mapa turístico que conseguimos, aunque venían mencionadas muchísimas bodegas locales —demasiado artesanales para mi gusto—, había una en particular que me llamó la atención. Se llamaba Viñedos Buena Fe y su vino se llamaba Rivero González.

(Dé clic en la imagen para ampliarla)

Como se muestra en la imagen de arriba, vimos la dirección: Ramos Arizpe esquina con 16 de Septiembre, en Parras de la Fuente. "OK, pues vamos a conocer esa bodega".

Claro, primero fuimos a conocer los puntos obligados de interés —Obvi Kenobi—.

La Ludi dando estampa al fondo a la Iglesia del Santo Madero

"Bueno, vamos a visitar esa bodega", y siguiendo el mapa en papel —era el año 2008, no había Google Maps, eh—, llegamos al punto indicado.

"OK, parece que es aquí".


"Veamos más de cerca"


"Oooookeeeeeeeyyyy. Ropa de mezclilla y... vinos"

Nunca me había tocado ver que un negocio de ropa compartiera espacio con una tienda de vinos. Parras, siempre tan innovador, eh. ;-)

Bueno, pues entramos al negocio y esto es lo que encontramos.







En un display bastante humilde, encontramos una cava refrigerada, algunas botellas de vino y unas fotografías para denotar la razón de ser de esa esquina del local.

Dado que mi lema es juzgar lo que está dentro de la botella, no lo que está a su alrededor, nos llevamos un par de ellas: su tinto en cosechas 2004 y 2005. Además, no tenían degustación en ese local. 

Rivero González tinto 2004


Rivero González tinto 2005


No los probamos ese mismo fin de semana, sino algún tiempo después. Durante ese fin de semana, además de visitar Casa Madero, probamos varios de los vinos dulzones —ninguno de mi gusto, ya lo dije— de los productores locales. 

Pero, ¿qué sucedió con estos vinos que eran desconocidos, al menos para mí?

El primero que abrimos fue el 2004. Y tras probarlo, lo primero que pensé fue: 


"Casa Madero, ya tienes verdadera competencia en tu propia tierra".


¡Buenísimo! Y el 2005 lo estuvo también. De hecho, lo compartimos en una cata con aficionados a vino locales, quienes también se quedaron sorprendidos con este vino tinto parrense.

Y es que, si uno se encuentra un buen vino —y más si es vino mexicano—, siente el deber moral de compartirlo con quienes son verdaderos aficionados.

En un viaje que hice a Ensenada, en diciembre de 2009, fui invitado a una de las habituales cata a ciegas de un grupo de entusiastas y conocedores del vino de por allá, y me llevé un Rivero González tinto. Nunca habían hablado oír de ese vino. Y no le fue mal, eh.

Vino tinto Rivero González en Ensenada

Entusiastas del vino en Ensenada

Luego, algún tiempo después, el 28 de septiembre de 2010, cuando los vinos Rivero González iban a presentar sus ediciones especiales para conmemorar el bicentenario de la Independencia de México y el centenario de la Revolución Mexicana, ¡tuvimos la fortuna de asistir al evento!

Yes!

Ahi tuvimos la oportunidad de conocer en persona a María Rivero (aquí una entrevista reciente que le hicieron), quien junto al sommelier Ludovic Anacleto, llevaron la conducción de ese evento.

Los vinos a degustar esa noche

María Rivero


María Rivero presentando la historia de Viñedos Buena Fe


Ludovic Anacleto conduciendo la degustación


Los cuatro vinos Rivero González que disfrutamos


Al final, pudimos acercarnos a platicar un poco con María y tomarnos la foto del recuerdo.

La del recuerdo.

Ahora, que veo todo lo que han hecho en esa vinícola familiar, me siento maravillado y feliz de ver lo que han logrado con mucho esfuerzo. 

Aquí les comparto un par de artículos sobre su éxito.
O, simplemente visiten su página web rgmx.mx, y se sorprenderán.


Tengo varias botellas de Rivero González guardadas —entre ellas, vino blanco, rosado y ¡naranja!—, pero la que más ilusión me da, es esta:

Rivero González tinto 2020

Lo disfrutaré, sin duda, como la primera vez que probé aquel vino que compré en una tienda de ropa de mezclilla.


"Y es que ¿quién ha despreciado el día de los comienzos humildes?".


Hasta la próxima.



domingo, 30 de marzo de 2025

¿Qué hace un Sommelier?


Queridos cuatro lectores, les transcribo a continuación una conversación que tuve con un amigo, durante una de mis catas de vinangelización.

—¿Cómo se les llama a esas personas que saben mucho de vinos?

—Sommeliers.

—¿Y tú eres sommelier?

—No, claro que no.

—¿Y qué tanto te hace falta para serlo?

—Pues mucho, porque esa es una carrera; para eso se estudia.


Les comento, mis queridos lectores, que hace tiempo una publicación regia cometió un "errorcito" de juicio, como el de mi amigo. Aquí las imágenes referentes de esa ocasión.


¿¡Queeeeeeeeeé?!

Tuve que escribir al editor para aclararle que yo no era sommelier, ni nunca le dije o insinué a su reportero que lo fuera. Pero bueno, lo impreso, impreso está.

En mi blog, obviamente, publiqué una nota haciendo esa misma aclaración. Y hasta mi camarada, el buen Guffo, me dedicó esta caricatura, remarcando esa embarazosa anécdota con  unas irónicas comillas.

Genialidad del Guffo, con sus personajes del "Escuadrón Retro".


De hecho, hacía poco que había publicado en mi anterior blog un artículo referente a los sommelieres, el cual me permito compartir a continuación con ustedes.


¿Qué hace un Sommelier?

[Publicado originalmente en julio de 2009]

“Pregúntale al Sommelier”. “Sommelier en línea”. “Consulte a nuestro Sommelier”. Seguramente todos, en nuestra búsqueda de información sobre el vino, hemos encontrado alguna sección en revistas o en sitios de Internet con títulos parecidos a los que acabo de mencionar. Pero, ¿qué es lo que hace exactamente un Sommelier para saber qué le podemos preguntar?

Antes que nada, debemos saber que Sommelier es una palabra francesa y que en España cuentan con una palabra castellanizada equivalente: Sumiller. En México es más común el uso de la voz francesa Sommelier, la cual por cierto se pronuncia como se lee.

Aunque  algunas definiciones de diccionario dicen que el Sommelier es: “la persona encargada del servicio de licores”, o “un camarero encargado del servicio del vino”, lo cierto es que sus conocimientos y responsabilidades son muchas más amplias que eso.  

Para mí, una mejor definición sería que el Sommelier es un profesional encargado de todo lo relacionado con el vino en un restaurante: desde su compra, la administración (selección y rotación) y mantenimiento de la bodega (cava), la elaboración de la carta de vinos, y, la parte más importante, que es dar asesoría y un buen servicio al cliente sobre el maridaje recomendado entre los vinos y los platillos del menú. 

¿Parece completa la definición? Pues la verdad es que sigue quedando corta, pues para ser un Sommelier completo deben aprender también sobre bebidas destiladas (también llamadas espirituosas), cerveza y coctelería. Algunos también tienen conocimientos sobre otra bebida fascinante, que es el café, y sobre tabaco (puro o pipa).

¿Y cómo se llega a obtener el conocimiento y el grado de Sommelier? Si en tiempos pasados un Sommelier se formaba de manera autodidacta, hoy día lo más común es que los interesados aprovechen la oferta que existe de cursos, diplomados, y en los casos más formales, de carreras de Sommelier reconocidas y avaladas por las instituciones de educación en algunos países.  Incluso hay cursos de la modalidad semipresencial y online (vía Internet).

La duración de los estudios varía bastante dependiendo de la institución y el país. Hay cursos y diplomados desde 32, 72, 100 ó 172 horas hasta 6 meses, mientras por otro lado existen carreras cuya duración va desde los 2 hasta los 4 años para obtener un título oficial de Sommelier, siendo esto más común en Argentina y países del Viejo Mundo como España, Italia y Francia.

El grado máximo al que puede aspirar un Sommelier es al título de Master Sommelier, el cual es otorgado únicamente por “The Court of Master Sommeliers” (courtofmastersommeliers.org) , y que desde su fundación en 1969 a la fecha [2009] sólo ha otorgado este título a 167 Sommeliers. 

Como en todas las carreras, una vez terminada es posible ahondar en algún área que haya sido la que mayor interés haya despertado. Así podemos encontrar Sommeliers que se dedican de lleno a la administración de la cava de un restaurante, otros pueden optar por querer ampliar sus conocimientos enológicos consiguiendo un trabajo en una bodega vitivinícola, y otros más pueden incluso involucrarse en un proyecto enológico personal (o colectivo) para elaborar su propio vino. 

Sea cual sea la actividad principal que quieran desarrollar personalmente, hay una que es esencial y que nunca deben de olvidar ejercer: promover la cultura del vino en cualquier ámbito en que se encuentren.


[Fin del artículo original]


Personalmente, he tenido la oportunidad de conocer, platicar y aprender de varios hombres y mujeres sommeliers, algunos en persona, otros por medio de sus artículos, videos o podcast, tanto mexicanos como extranjeros.

Sé que me van a faltar algunos nombres de los sommeliers con los que he podido interactuar, pero prometo venir y actualizar la lista cada vez que el cacumen me haga recordarlos, ¿de acuerdo? Aquí va:

  • Julio Grinberg
  • Ludovic Anacleto
  • José Castrillo
  • Osvaldo Tinoco
  • Humberto Falcón
  • Mónica Ron
  • Pilar Meré
  • Gina Estrada
  • don Pedro Poncelis Brambila (Maestro de muchos)
  • Pedro Poncelis Raygoza
  • Antonio Laveaga
  • Luis Fernando Otero Terragosa
  • Valente García de Quevedo
  • Mikel Garaizabal

Entonces, como pueden leer, mis queridos cuatro lectores, formarse como sommelier tiene su chiste, como decimos en México: "no es nomás de enchílame otra". 

Es una carrera, que como cualquier otra, se ennoblece cuando se comparten generosamente los conocimientos adquiridos; pero en el caso de los sommelieres, hacerlo forma parte de su esencia. 

Hasta la próxima.



sábado, 29 de marzo de 2025

Cómo se cata el aceite de oliva

Aceite de oliva virgen extra elaborado por
vinos Shimul (variedad: bola raya)

Mis siempre apreciados y autodidactas cuatro lectores, les cuento que no únicamente se plantan viñas en áreas donde se dan bien estas plantitas, sino que en ocasiones también encontramos olivares, de los cuales salen las olivas o aceitunas —quizás su nombre más conocido en México.

Olivares de Bodegas de Santo Tomás, en Baja California


Aceituna en el olivar

En una visita que hice a Bodegas de Santo Tomás, en Baja California, su Director General, Juan Pablo Nuñez, nos llevó en un tour para conocer los olivares de la compañía. Pero también nos organizó una cata de los cuatro aceites de oliva que ellos producían.

Juan Pablo Núñez y los aceites a catar

Personalmente, fue algo nuevo y sorprendente, pues yo ni siquiera sabía que se cataban los aceites. Es más, hasta podría decir que, como dicen muchos respecto al vino, yo pensaba: "todos los aceites de oliva saben igual". ¡Cuán equivocado estaba!

En esa ocasión, catamos cuatro de los aceites que la bodega estaba elaborando en ese momento. Cada uno de una variedad diferente de aceituna: nevadillo, manzanilla, misión y ascolano.

Aceites de Bodegas de Santo Tomás
Variedades de izquierda a derecha: nevadillo, manzanilla, misión y ascolano.




Las variedades de olivas o aceitunas usadas


Bueno, para la cata, se sirvieron los aceites de oliva en copas que se usan para vino.

Aceite de oliva servido, listo para ser catado

Ah, se me pasaba mencionar que se utiliza manzana verde para limpiar el paladar entre cada aceite probado.

No olvidar la manzana verde

Tal como se hace con el vino, se puede revisar el color del aceite, su limpieza y brillantez.

Vista del aceite catado


Luego, se gira levemente la copa para que el aceite se impregne en ella, y acercamos la nariz para ver qué aromas detectamos. Y, la verdad, es que ¡los cuatro aceites tenían aromas diferentes!

Girar el aceite y luego percibir sus aromas

Pero espérense, cuando lo probamos en boca, ¡uff!

Pasamos a la prueba de fuego, en la boca

Hay que sorber un poco de aceite en la boca, pasarlo a través de ella, para sentir el peso —hay aceites ligeros y otros más pesados— y la untuosidad. Luego, como con el vino, manteniendo la cabeza derecha, hay que hacer un pequeño hueco con los labios y jalar aire para que bajen más aromas por el retrogusto

Finalmente, hay que tragar el aceite y notar el sabor que nos deja en la garganta.

Hay aceites que dejan una especie de picor en la garganta, como si se les hubieran puesta una especia, mientras que hay otros de sabor más neutro. Esto nos permite discernir para qué tipo de platillo lo podemos usar, como aderezo en ensalada, en la preparación de algún plato, etc. 

Luego, hay que comerse un pedazo de la manzana verde para limpiar el paladar y pasar al siguiente ejemplar a catar.

En aquella ocasión me traje una botella de cada uno de esos cuatro tipos de aceite, y a Elsa le encantaron. De hecho, le enseñé a catarlos también. ;-)


Cuando un aceite de oliva es realmente bueno, con que viertas un poco en un plato, agregues vinagre balsámico y mojes trozos de un buen pan en la mezcla, es un verdadero agasajo. Una copita de vino, una buena plática y no ocupas más.



Por eso, ya decidí mandar traer un buen aceite de vinos Shimul (acá la nota), junto con sus vinos —como vieron en la foto inicial, también hacen aceite de oliva.

Los invito, estimados lectores, a hacer esta cata de aceites. Es muy didáctica.

Hasta la próxima.


jueves, 27 de marzo de 2025

Bonarda | Estancia Mendoza | 2022 | Argentina | Tinto

 

Estancia Mendoza Bonarda 2022

Mis queridos cuatro lectores, en esta ocasión toca la oportunidad a un vino argentino de una uva no tan conocida como lo es la malbec. Es la uva bonarda, originaria de Borgoña, en Francia, pero que en Argentina da vinos muy interesantes y de buen precio. De la misma manera que con los malbec se pueden obtener vinos potentes, también se logra con la bonarda, como en el caso del vino La Posta Bonarda.

Pero volviendo a la uva bonarda, se pueden conseguir a precios muy accesibles vinos más bien ligeros y con buena acidez, lo cual los hacen muy buenos acompañantes de pizzas, tapas españolas y platillos sencillos por el estilo.

Sin más, pasemos a la nota de cata y al maridaje de esa ocasión.

  • Vino: Bonarda
  • Cosecha: 2022
  • Productor: Estancia Mendoza (estanciamendoza.com.ar)
  • País: Argentina
  • Región: Mendoza
  • Uvas: 100% bonarda
  • % alcohol: 13
  • Precio: $149.00 pesos mexicanos (en Soriana)
  • Volumen: 750 ml
  • Calificación Precio/Calidad: *** (3 de 5)
  • Disfrutado el día: 8 de febrero de 2025



Bonito color rojo-púrpura nos presenta en copa, de mediana profundidad, brillante y limpio.

Su nariz es moderada, y predominan las frutillas como arándanos rojos, cereza y fresa —en jalea—.

Es un vino seco en boca, de cuerpo ligero y —tal y como se esperaba— muestra una rica acidez viva y fresca, con taninos suaves y amables. El sabor es moderado, con final mediano, y mucha fruta en boca.

Es un vino joven, muy agradable, y le doy 3 de 5 estrellas en mi Relación Precio Calidad (RPC).

Sería un buen vino de diario.

Ahora, una recomendación: bajarle la temperatura de servicio a 14 grados centígrados, para que la experiencia con la acidez sea más placentera.

Este es un vino para beberse lo más joven posible. No va a evolucionar mucho en copa; así como se muestra al principio cuando se sirve, así se va a mantener.

Ahora, el maridaje de esa ocasión.









Acompañamos este vino con unas tapitas de pan artesanal de ajo, queso ricota, ajo rostizado, jamoncito serrano, durazno asado, cebolla morada fresca, con una reducción de vinagre balsámico, que sirvió de puente.

Y otras tapitas de pan artesanal de tomate y ajo, tomate cherry rostizado, mezcla de albahaca, arúgula, ajo, aceite de oliva, sal y pimienta, queso panela y queso parmesano, y su correspondiente reducción de balsámico. Este último fue el maridaje que se logró mejor.

¡Ah! Y le hicimos la prueba de la aceituna y la pasó satisfactoriamente.

Nos gusta probar el vino con una aceituna, a ver si lo aguanta.


En resumen, está muy bien para una comida o cena relajada, sin complicaciones. Y a buen precio.

Hasta la próxima.


miércoles, 26 de marzo de 2025

La prueba del Sabritón®: un ejercicio práctico sobre el maridaje

Lo necesario para nuestro experimento

 "Vamos a hacer un experimento de química", diría el otrora famoso hombre del clima, el ingeniero físico Juan Carlos Iracheta, cuando salía en el programa de televisión Hoy Mismo, hace muchos ayeres. Y eso es lo que les quiero compartir hoy, mis siempre atentos cuatro lectores.

Primero, honor a quien honor merece —como debe ser—, y  tengo que reconocer la autoría de La prueba del Sabritón®, que corresponde a Juan Pablo Nuñez Glennie, quien fue Director General de Bodegas de Santo Tomás, quien hizo este ejercicio ante y con nosotros.

Juan Pablo Núñez (derecha) con los Sabritones® al centro
(Visita a Bodegas de Santo Tomás - Diciembre 2009)

Yep, son Sabritones®

Antes de continuar, creo pertinente recordarles que en este blog publiqué la guía sencilla de maridaje, basado en el método desarrollado por Juan Pablo. Pueden dar clic en esta liga para leerlo.

Bueno, pues este experimento nos servirá para darnos cuenta de cuánto impacto tiene la elección de la combinación de sabores entre el vino y la comida.

Como lo puse en la foto de inicio de este artículo, para este experimento necesitaremos dos cosas: una bolsa de Sabritones® y una botella de vino ST Colombard de Bodegas de Santo Tomás.

ST Colombard 2022

Lo primero que hay que hacer es, cerrar los ojos, comerse un Sabritón® y ponerle mucha atención a los sabores que percibimos: notemos el sabor a limón, a ácido cítrico, a la sal, al chile, al pimentón o paprika, la notita dulce del maíz inflado.

¿Ya detectaron los sabores? Si no están seguros, va de nuevo. Cómanse otro Sabritón®, ándenle, sin pena. Pongan atención plena —o mindfulness— en este ejercicio.

¿Listos? Muy bien. Ahora, abran la botella de vino ST Colombard (de la añada que consigan) y échenle un poco de vino a un Sabritón® —que se moje sin empaparse— y cómanselo. Ahora cierren sus ojos y búsquenle los sabores. ¿Qué detectan ahora?

Sorprendentemente se darán cuenta de que... ¡el único sabor que destaca es el del pimentón o paprika! ¡Los demás sabores simplemente desaparecieron! Ah, verdá.




En este caso, la combinación entre el vino y la comida, en vez de resaltar sabores, los nulificó.

Ahora saben por qué, cuando a veces me preguntan cuál vino les recomiendo comprar, les hago muchas preguntas sobre la comida con la cual van a acompañarlo, incluyendo salsas, especias, etc. Una elección al ai-se-va puede darle en la torre a su comida o cena.

El experimento más reciente que hicimos con unos amigos

Hace poco hicimos este didáctico experimento con unos amigos y quedaron sorprendidos con el resultado.

Los invito a ustedes a hacerlo en casa. Este vino ST Colombard lo conseguí en las tiendas grandes de Soriana (no en las que dicen "Súper").

Ahora bien, aunque luego haré la nota completa de cata de este vinito de Bodegas de Santo Tomás, les puedo comentar, a quienes gustan de los vinos dulcecitos, que este les gustará sin duda.

Además, es muy sabroso para acompañar comida como curry.

Curry y vino ST Colombard, terminados.


Y los comensales encantados con ese maridaje

En la contraetiqueta, este vino dice que se recomienda también con: tinga de pollo, quesos azules y pay de limón. Eh, ¿qué tal? Ya tienen la comida completa sugerida hasta con postre.

Si les gusta experimentar, apúntense este ejercicio para el próximo fin de semana.

Hasta la próxima.