![]() |
Don Carlos Villarreal Martínez. "...Y al vino, vino". |
Seis décadas como aficionado consumidor: entrevista a don Carlos Villarreal (Última entrega de cuatro)
[ Entrevista realizada el 20 de enero de 2011 ]
La mitificación del vino ha sido causa también de que, en México, éste sea
visto como un artículo de lujo, como un mero elemento de celebración, en vez de
lo que realmente es: un alimento saludable, buen acompañante de otros
alimentos, como podría ser la leche. Así es visto en otros países donde
diariamente se compra el vino para la casa, para la familia. En nuestro país,
el vino siempre ha sido hostilizado por el fisco. Ojalá que eso cambie algún
día.
¿Y por qué tomamos vino?, es la siguiente pregunta que don Carlos
contesta, imaginando cómo sería en los tiempos bíblicos en que el vino se hacía
en tinajas a cielo abierto, sin control de levaduras ni nada parecido, y con
higiene primitiva. “El mosto que se vinificaba amanecía de una condición, y en pocas
horas seguramente ya había cambiado, y aún así la gente lo apreciaba. Lo
apreciaban, no por el sabor, pues ¡imagínate como sabría un vino en esas
condiciones! Y tampoco porque fuera buen acompañante de los alimentos. Eso del
maridaje es cosa moderna, cuando se pudo controlar la fermentación, cuando se
pudo guardar el vino, embotellar, etcétera. Yo creo que lo apreciaban, sin
duda, porque embriagaba, porque era euforizante y ponía a la gente contenta”.
Además de por su sabor, aroma y persistencia, don Carlos considera que
es bueno beber vino por una serie de valores que nunca consideramos y que mucho
menos son mencionadas por los catadores. Dichos valores fueron publicados por
él en el texto de su primera colaboración en la columna “…Y al vino, vino”, el
11 de julio de 2003, y que a continuación reproduzco:
"El vino es el rey de la
mesa", afirman algunos eminentes autores al escribir sobre temas
gastronómicos, y no cabe duda de que tienen sobrada razón al reconocerle a esta
bebida esa real dignidad.
A manera de algunos ejemplos, se puede mencionar que el vino de mesa tanto está presente, cordial y llano, en la mesa sencilla, como generoso y magnífico en ambientes refinados; gratifica a quien lo busca en momentos difíciles; estimula el buen entendimiento en la discusión constructiva; favorece a la mejor apreciación de las manifestaciones artísticas; se presenta al hacerse las paces entre naciones en pugna; y acude sumiso para ser consagrado en el rito religioso. Disfrutemos, pues, de las bondades del vino de mesa.
Así concluye la entrevista que me concedió don Carlos Villarreal, cuyos
puntos de vista me servirán para reflexionar y ver con diferentes ojos los
tiempos que ahora nos tocan vivir, comparar actitudes, poner sobre la balanza
las cosas aprendidas y darle el verdadero valor que le corresponden. Esta
plática —que espero no sea la última— ha sido como un recodo en mi experiencia,
en el cual algunos conceptos han tomado mayor fuerza para seguir su camino,
mientras que otros se han perdido al no soportar la fuerza del remolino. Creo
que cuestionándonos es como realmente aprendemos.
[Fin de la cuarta y última entrega]
Hasta que nos volvamos a ver, mi estimado don Carlos, para compartir muchas buenas botellas de vino, para tener conversaciones sabrosas e inteligentes. Hasta entonces.
0 comments:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Este será revisado, y en caso de pasar un estricto control de calidad (jajajaja, hasta yo me la creí), se decidirá si pasa a la catafixia (donde puede mejorar o empeorar, no lo sabemos). Si eres un bot, ni lo intentes. Si no lo eres, pero quieres serlo, busca ayuda amigo(a).
Ahora sí, adelante, Shakespeare.